La fimosis es una de las enfermedades más comunes que les ocurren a los hombres a lo largo de su vida. Sí que es verdad que, normalmente, suele darse cuando estos se encuentran en una edad temprana, pero realmente puede hacer aparición en cualquier momento. El número de casos que se dan cuando el hombre aún es un niño son el 95% pero, como ya hemos dicho, no siempre ocurre así y puede haber causas que provoque que la fimosis aparezca a una edad más avanzada.
Cuando hablamos de fimosis nos referimos a un problema que se origina en la piel que recubre la parte superior del pene, el prepucio. Se origina cuando la piel de éste es tan estrecha que no permite que el glande se descubra, ya sea de manera parcial o total, independientemente de si el pene se encuentra en estado de relajación o de erección. Los problemas vienen cuando, al no poder retraer esa piel, el hombre puede sentir dolor a la hora de orinar o de mantener relaciones sexuales, además de tener dificultades para limpiar esa zona pudiendo crear distintas infecciones que deriven en algo más grave.
Cuando a un hombre se le detecta un problema de fimosis la solución es siempre la misma: una operación quirúrgica. Para ello, una vez que se noten los problemas que supone no poder retraer la piel del prepucio, será necesario acudir al médico especialista, en este caso el urólogo, para que explique qué pasos hay que seguir y, sobre todo, que le ponga fecha a la intervención para poder solucionar el problema. No se trata de una operación que tenga mucho riesgo, es más, generalmente es sencilla. Apenas dura más de media hora y el paciente puede volver a su casa, aunque sí que deberá de tener cuidado para recuperarse bien.
Recuperación de la operación de fimosis
Como ya hemos dicho, cuando un hombre siente que algo en su pene no va bien, como por ejemplo, sintiendo dolor o teniendo problemas al miccionar, debe de acudir al médico para que le ponga remedio a su mal. En el caso de que tenga que ser intervenido de fimosis, pasará por quirófano durante apenas 40 minutos y después deberá de tener una serie de cuidados. La recuperación, aun así, suele ser rápida y total en, aproximadamente, unas semanas que tarden los puntos de sutura en caerse.
Y es que tras la intervención el médico le dará una serie de pautas que debe de seguir para que la recuperación sea lo más rápida y total posible. Las recibirá después de la operación, tras la cual podrá volver a su casa, ya que, además de ser rápida, solo emplea la anestesia local en la zona que va a ser intervenida, es decir, en el pene. Es importante seguirlas para no alargar la recuperación más de lo necesario.
- Tener secas las vendas durante las primeras 24 horas. Esta recomendación va ligada al miedo que tienen los recién operados a la hora de orinar. No hay ningún problema siempre y cuando las vendas estén secas. En caso de que se humedezcan, será necesario secarlas o cambiarlas para que no haya ningún tipo de problema con los puntos.
- Higiene. Un poco ligado a lo anterior, está la necesidad de higiene en la zona intervenida para que no se infecten los puntos. Por ello, es preciso que se mantenga la zona del glande lo más limpia posible para que no haya ningún tipo de problema.
- Usa ropa interior ajustada. La posición del pene es importante para que los roces no provoquen daño alguno, ya sea en forma de dolor o de heridas. Por ello, es bueno que el hombre utilice ropa interior que le quede ajustada para que el pene no se mueva y, así, evitar cualquier tipo de roce.
- Lavar diariamente la herida. Con el fin de evitar infecciones que puedan complicar la curación de la zona intervenida, es necesario que se lave la zona a diario. No es recomendable que haya contacto con el jabón, por lo que deberá hacerse de manera independiente a la ducha. Para ello, bastará con limpiar la zona, aplicar betadine y esperar a que éste se seque antes de volver a poner la gasa que lo cubra.
- Evitar las relaciones sexuales. Después de la intervención, será necesario que el paciente espere entre tres y cuatro semanas antes de mantener relaciones sexuales por dos motivos. Por un lado, está el hecho de que la erección puede resultar dolorosa, impidiendo poder tener una correcta vida sexual. Asimismo, el roce que se produce en la penetración también puede afectar negativamente a los puntos.
- Tener un recipiente con agua fría a los pies de la cama. Por las noches, es posible que el hombre pueda tener erecciones espontáneas que le supongan un gran dolor por la tirantez de los puntos colocados en la zona intervenida. Por ello, si se tiene un recipiente con agua fría a los pies de la cama, en caso de que haya una erección, metiendo los pies, se puede conseguir calmar.
- Acudir al médico. Después de la operación de fimosis, es posible que aparezca algo de sangre en las gasas, pero siempre que haya una cantidad superior o algún otro líquido será necesario acudir al médico. Del mismo modo habrá que actuar cuando haya algún problema con los puntos.