Fumar es un hábito contraproducente que te va matando poco a poco, aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades y te resta años de vida por el deterioro continuo de los órganos del cuerpo. Por eso, continuamente muchos fumadores se deciden a intentar dejarlo.
Los efectos de dejar el tabaco comienzan aproximadamente al medio día de haber dejado de fumar. El cuerpo poco a poco comienza a desintoxicarse y mejorar su funcionalidad. La tasa cardiaca disminuye y los pulmones no estarán tan congestionados. Cuando hayan pasado dos o tres semanas nuestra presión arterial habrá mejorado significativamente y la función pulmonar también. Sin embargo, algo común a casi todos los fumadores es que han engordado durante el proceso. ¿Por qué ocurre esto?
Los exfumadores se quejan de la ansiedad tan tremenda que sufren las primeras semanas, se notan más nerviosos, tienen problemas para concentrarse y engordan porque no paran de picotear entre horas como una estrategia para no retomar el tabaco. Tiene su explicación. Cuando fumamos perdemos sensibilidad olfativa y gustativa pero volveremos a tenerla tras pasar 2 o 3 días sin fumar cuando las concentraciones de monóxido de carbono de nuestro cuerpo desaparecen del todo. La persona aprecia mejor los sabores de los alimentos y por lo tanto los disfruta más. Por otro lado, la nicotina es una sustancia que produce relajación y bienestar porque la nicotina actúa sobre las áreas del cerebro relacionadas con la recompensa y placer. Cuando fumamos vamos a estar más tranquilos, pero es al dejar de fumar cuando empieza a aparecer el síndrome de abstinencia y con ello ansiedad, el cuerpo nos está pidiendo de nuevo nicotina. Si en ese momento consumimos hidratos de carbono simples nuestro entrará en un estado de relajación parecido al de cuando fumamos. Por eso, muchos fumadores pican entre horas para evitar fumar de nuevo. Finalmente, el tabaco acelera el metabolismo basal, cuando lo dejamos nuestro cuerpo pasará por un enlentecimiento transitorio hasta que se acostumbra al cambio y se estabiliza.
Dieta para dejar de fumar
La dieta para dejar de fumar tiene que ser equilibrada para que no falte ningún tipo de nutriente, dando prioridad a un tipo de alimentos que a otros, no solo por su tasa calórica si no porque se ha comprobado que hay alimentos que tienen la capacidad de mejorar o empeorar el sabor de un cigarrillo, por lo que si acostumbramos a tomarlos y después fumamos notaremos que el cigarrillo nos sabe peor. Es una ayuda para dejar de fumar porque lo veremos menos apetecible. Otros sin embargo realzan su sabor: las carnes, las grasas, azúcares y sobre todo el café y el alcohol, cuando tomamos estos últimos entran más ganas de fumar. Estos resultados fueron demostrados por la universidad de Durkeim, en Carolina del Norte (EEUU). A continuación os dejamos con los alimentos que os ayudarán a acabar con esta terrible adicción.
1- Frutas de temporada
Da igual el tipo de frutas que escojas porque todas empeorarán el sabor del tabaco, pero si puedes, decántate por las de temporada porque las encontrarás más jugosas (en el punto exacto de maduración), accesibles y a mejor precio. Escoge frutas con un gran contenido de agua y fibra, como las naranjas, ciruelas, kiwis... Te ayudarán a saciarte, haciendo que te sientas lleno.
2-Verduras
Al igual que en el caso anterior cualquier tipo de verdura te vendrá bien contra esta adicción.. Si es verano opta por platos más frescos e incorpóralas a tus ensaladas. En general te beneficiarás más de sus propiedades si las tomas en crudo como la lechuga, y si no es posible al vapor, como las judias verdes, las acelgas, el brócoli, el calabacín, la coliflor... Pero si es invierno las disfrutarás más si las tomas cocidas en forma de puré.
Algunos ejemplos de platos que puedes cocinar con verduras son:
-Berenjenas a la parrilla, añádele un poco de salsa bechamel por encima si quieres darle más sabor.
-Judías verdes al vapor que puedes tomar aliñadas con vinagre o jugo limón y una cucharadita de aceite de oliva.
-Ensalada mixta de cebolla, tomate, lechuga y trocitos de manzana o pera. Puedes añadir pollo o atún para incorporar proteínas al palto y frutos secos como las nueces o almendras porque contienen grasas saludables para el cuerpo.
-Puré de calabacín.
3- Hidratos de carbono integrales y legumbres
Las pastas, panes y arroz puedes comerlos con tranquilidad en porciones adecuadas, sin embargo es aconsejable que sean integrales porque contienen fibra que aparte de ayudar al tránsito intestinal no producen cambios bruscos en la insulina y ayuda a controlar la cantidad de azúcar en sangre. Por lo tanto, no se llega con tanta ansiedad a la siguiente comida. Las legumbres también contienen un índice importante de fibra y son sanísimas si se sabe cocinarlas bien. Algunos platos que podemos realizar:
-Arroz al curry con pollo o ternera.
-Macarrones a la napolitana.
-Lentejas con un refrito de cebolla y zanahorias.
4- Frutos secos y especias contra la nicotina
Los olores y sabores que desprenden ambos tipos de alimentos ayudan a erradicar esta adicción porque empeoran el sabor del cigarrillo y se evita el antojo. Entre las especias opta por el ajo, el curry, la canela y aliños como el jugo de limón y jengibre. Entre los frutos secos de elección tenemos una gran variedad. Las nueces y las almendras contienen ácidos grasos omega-3 y vitaminas variadas. Los pistachos y las avellanas por otro lado ayudan a prevenir enfermedades cardiacas porque dilatan los vasos sanguíneos. Además algunos estudios defienden que las avellanas previenen contra el alzheimer.
Todos estos frutos secos puedes tomarlos entre las comidas si no puedes evitar picar entre horas o como un complemento a otros platos. Por ejemplo puedes añadirlos a las ensaladas o a tus platos principales: pollo con almendras, ternera con salsa de avellanas, merluza al horno con salsa de pistachos, etc.
Alimentos que deberías evitar durante un tiempo
Como hemos dicho antes hay alimentos que producen ganas de fumar y tomarlos es una forma de fomentar la adicción. Hablamos de las grasas saturadas, los azúcares, el alcohol, el café y cualquier tipo de bebida estimulante. No se trata de que los elimines hasta que consigas dejar la adicción pero consúmelos en cantidades moderadas y siempre acompañados de otras comidas saludables, nunca solos.
Por último, no dejes de fumar de golpe porque si no la ansiedad acabará contigo, ve reduciendo el número de cigarrillos de forma progresiva. Empieza prescindiendo de los cigarrillos menos apetecibles (los que fumamos cuando nos aburrimos) y toma solo los que ves necesarios (como el de antes de dormir o nada más despertar). Sin embargo, tienes que reducirlos progresivamente. Si te entran muchas ganas de fumar bebe un vaso de agua fría de golpe, se te pasarán un poco las ganas y te hidratará.