El corazón es el músculo que impulsa la sangre por las arterias de nuestro cuerpo a todas partes, aportando oxígeno y sustancias nutritivas de vital importancia. A su vez, el corazón está alimentando a través de las arterias coronarias, tanto la izquierda como la derecha, originadas en la aorta y ramificadas para llegar a todas las fibras cardíacas. Por lo tanto, el corazón es nuestro motor, y sin motor no vamos a ningún lado.
En los últimos años las enfermedades cardiovasculares han aumentado en la población occidental. Nuestro tipo de dieta, la falta de deporte, el estrés cotidiano, fumar... todos son factores de riesgo que aumentan nuestra propensión a sufrir un fallo cardiovascular.
En caso de que hayas sufrido algún tipo de enfermedad relacionada con el corazón, debes de tener presente que los médicos, en los últimos tiempos, han pasado de recomendar reposo absoluto y prolongado a realizar ejercicio, sosegado y controlado, pero siempre realizar algún deporte para mejorar nuestra salud.
Antes de ponerte a realizar algún tipo de deporte, lo primero que debes de hacer es consultar con tu médico y someterte a un reconocimiento, que permitirá identificar el estado de tu corazón y seguir los consejos que el doctor te dé, pues influyen muchos factores y cada persona es diferente. Por eso necesitarás una rutina adecuada y especializada a tus características.
Lo primero que debes de saber a la hora de realizar algún tipo de deporte o ejercicio para mejorar tu corazón después de una enfermedad cardiovascular, es que existen dos grandes grupos de deportes, los isométricos y los isotónicos. Para ti los isométricos estarán vetados, son todos aquellos conocidos como estáticos orientados a ganar masa muscular. Lo están porque este tipo de ejercicios se orientan a ganar músculo, lo que aumenta la presión arterial, algo que no queremos bajo ningún concepto. Así que hay que evitar todo deporte relacionado con levantamiento de cargas.
El mejor ejercicio que puedes hacer es el isotónico o dinámico, este aumenta la capacidad funcional, disminuye el consumo de oxígeno y siempre lo realizaremos por debajo del umbral máximo de nuestra capacidad. Este tipo de ejercicio, favorece también la reducción del colesterol total, particularmente elimina LDL, también conocido como colesterol malo, y aumenta el HDL o colesterol bueno. Todo esto a nivel físico, pues también el ejercicio se ha comprobado que tiene un factor psicológico determinante, aumentando las posibilidades de recuperación al mejorar nuestro autoestima. Por eso es muy importante que te marques una rutina con unos horarios y los cumplas siempre.
Una pauta general, antes de entrar en qué deportes te recomendamos realizar, es seguir estos 4 pasos siempre que te pongas a hacer algún deporte o ejercicio físico:
Periodo de calentamiento. Comienza de forma progresiva, no hay prisa. Poco a poco notaras como aumenta tu temperatura corporal, disminuyendo la viscosidad articular y aumentado la elasticidad muscular, lo que reduce resistencias.
Ejercicio aeróbico. Dentro del tipo de ejercicios isotónicos, debemos de realizarlos de forma aeróbica. Esto quiere decir que nunca debes de sentir fatiga, que no es lo mismo que agotamiento, lo primero es malo, lo segundo normal. La duración del ejercicio varía según lo que tu médico te recomiende, pasando de los 10 minutos a los 45 según tu estado cardiovascular.
La adaptación muscular que se produce con el ejercicio aeróbico y dinámico es la más beneficiosa para tu corazón. Esta aumenta el desarrollo muscular paulatino, reduciendo el riesgo cardíaco.
Enfriamiento progresivo. Al finalizar el ejercicio, debes de tomarte el mismo tiempo que te tomaste a la hora de calentar, para enfriar, tan importante es lo uno como lo otro. Reduce la intensidad, y baja pulsaciones de tu corazón, haciendo estiramientos suaves y una relajación progresiva.
Ahora que ya sabes qué tipo de ejercicio realizar y cómo llevarlo a cabo, te sugerimos una serie de deportes que se adecuan a tus necesidades, no sin antes recordarte que tan importante es la cantidad como la calidad. El ejercicio no solo hay que hacerlo, hay que hacerlo bien, pues corremos el riesgo de empeorar nuestra situación, y lo último que queremos es tener un tobillo lesionado que nos postre en cama una larga temporada. Invierte en equipamiento deportivo adecuado, pues a la larga te compensará.
Caminar y Correr
Posiblemente sea el más simple y el más beneficioso a la vez. Para caminar o correr, según nos encontremos, lo mejor es buscar un terreno llano, sin desniveles que alteren nuestras pulsaciones y tratar de caminar unos 20-30 minutos seguidos a buen ritmo. Buen ritmo se define de forma coloquial como "aquel ritmo que nos permite mantener una conversaciones sin sofocarnos". Paulatinamente iremos conociendo nuestro límites y aumentando la distancia e intensidad, pero como siempre, bajo la supervisión y consejo de nuestro médico. Aunque dependiendo de donde vivas podrás hacer mejor este deporte, lo recomendable es hacerlo al aire libre, tratando de evitar los gimnasios y sus aglomeraciones y sofocos. Caminar por la mañana o al atardecer por un sitio que nos relaje y guste, sería lo ideal.
Montar en bicicleta
Montar en bicicleta obviamente se torna más complejo que caminar o correr, pero son muchas las personas que desde jóvenes han sentido predilección por este deporte. No será desde luego lo primero que nos pongamos a hacer nada más salir del hospital, pero con el tiempo tampoco debemos de renunciar a ello. El ciclismo nos permite realizar rutas, ideal para zonas costeras y llanas. Dado que el riesgo de caída está siempre presente por muy despacio que vayamos, es recomendable realizarlo en compañía, por lo que es una excusa perfecta para conocer a otras personas. Existen numeraros asociaciones de personas con problemas cardiovasculares amantes de este deporte.
Nadar
Nadar es otra de las propuestas interesantes para mejorar tu corazón. Efectivamente, es verdad que es uno de los deportes más completos que existen, pues pone todo nuestro cuerpo a funcionar. En este caso necesitaremos sí o sí una piscina, por lo que nos tendremos que apuntar a algún gimnasio o club, o acudir a las instalaciones municipales si las hubiera. En este caso es muy importante que la temperatura del agua no esté muy fría. Así mismo, es un deporte ideal para problemas de espalda y para controlar la respiración, añadidos que nos vienen genial para mejorar el funcionamiento de nuestro corazón. Recuerda realizarlo a baja intensidad y sabiendo que estilos como la braza, o mariposa no son adecuados.
Relaciones sexuales
Aunque no sea deporte en sí, es un tema recurrente en los casos de problemas cardiovasculares. Muchos pacientes se preguntan si pueden seguir manteniendo relaciones sexuales, y en este aspecto sí se asemeja al deporte. Debemos de mantener el reposo indicado, pero transcurridas algunas semanas podremos retomar la actividad, sin realizar esfuerzos y de forma calmada.
Yoga y meditación
Finalmente, un ejercicio que nos puede venir muy bien, los días que descansemos entre sesión y sesión, es realizar yoga. Mantendremos el cuerpo activo pero en baja intensidad al tiempo que nos relajamos y controlamos la respiración. El yoga y la meditación son formas excelentes también de conocer a otras personas, lo que sin duda nos ayudará a recuperarnos.
Recuerda que a pesar de haber sufrido una enfermedad cardiovascular, con el tiempo podrás hacer una vida normal, siempre estando atento a las señales que nos manda el cuerpo y acudiendo a las revisiones del médico.