El derrame pericárdico es una afección del corazón que requiere tratamiento médico inmediato. Es una acumulación de exceso de líquido entre las capas del saco que rodea el corazón. Los síntomas más habituales incluyen la dificultad para respirar y el dolor en el pecho. Existen tratamientos disponibles y eficaces y es necesario detectarlo a tiempo para evitar complicaciones.
Qué es
El derrame pericárdico es un síntoma común del mesotelioma pericárdico; un cáncer raro que se forma en el revestimiento del corazón. Este revestimiento, conocido como el pericardio, se compone de dos capas. Normalmente, existe una pequeña cantidad de líquido entre estas capas para lubricar el revestimiento y ofrecer protección alrededor del corazón. El mesotelioma pericárdico y otras afecciones pueden hacer que se acumule un exceso de líquido en el revestimiento del corazón. Otras causas de derrame pericárdico incluyen inflamación, infección y otros cánceres primarios del tórax.
El exceso de líquido puede aumentar la presión sobre el corazón, una condición llamada taponamiento cardíaco. Esto evita que las cámaras se llenen completamente y se traduce en una mala circulación y un suministro inadecuado de oxígeno, algo que si no se trata puede tener serias complicaciones.
El tipo de tratamiento que requiere esta afección implica procedimientos quirúrgicos menores o mayores, dependiendo de la gravedad de la afección.
Síntomas
Los síntomas aunque son comunes, merece la pena destacar que no todas las personas que padecen un derrame pericárdico pueden tener síntomas, es decir, que puede pasar en ocasiones desapercibido hasta que la situación empeora. A pesar de esto, los síntomas más comunes del derrame pericárdico son los siguientes:
- Falta de aliento o dificultad para respirar con normalidad
- Respirar de forma incómoda al estar acostado o recostado
- Dolor en el pecho (zona izquierda)
- Sensación de presión en el pecho
El derrame pericárdico puede ser causado por tumores de mesotelioma pericárdico que crecen en el revestimiento del corazón. Aunque también existen otras causas que incluyen:
- Mesotelioma pleural u otros cánceres de tórax.
- Inflamación del revestimiento del corazón.
- Infección bacteriana, viral, micótica o parasitaria.
- Ciertos medicamentos de quimioterapia como la doxorubicina y la ciclofosfamida
- Terapia de radiación
- Tiroides poco activa
Proceso diagnóstico para los derrames pericárdicos
Para poder diagnosticar el derrame de pericardio se utilizan diversas pruebas diagnósticas que incluyen:
- Un examen médico
- Una radiografia en el pecho
- Una tomografía computarizada del tórax
- Resonancia magnética del corazón
- Ecografía del corazón (ecocardiograma)
Tratamiento de derrame pericárdico
El derrame pericárdico causado por el mesotelioma se trata con procedimientos que drenan el líquido o extirpan quirúrgicamente el revestimiento donde se acumula el líquido.
Pericardiocentesis
Una pericardiocentesis es un procedimiento quirúrgico menor que drena líquido alrededor del corazón. Se administra anestesia local y se inserta una aguja fina en el revestimiento pericárdico. La aguja es guiada por un ultrasonido del corazón para asegurar la precisión y prevenir lesiones. La aguja se sustituye por un catéter que drena el exceso de líquido. Este proceso puede tardar varias horas.
Existe la posibilidad de que el líquido regrese después de una pericardiocentesis. Los pacientes con derrame pericárdico recurrente pueden ser candidatos a una pericardiectomía para prevenir la recurrencia y evitar complicaciones en el futuro.
Pericardiectomia
Una pericardiectomía, o ventana pericardial, es una cirugía que remueve parte o todo el revestimiento del corazón. Se utiliza para tratar el derrame pericárdico, la inflamación del pericardio (pericarditis) y el mesotelioma pericárdico. Una pericardiectomía parcial extirpa una parte enferma del revestimiento del corazón. Una pericardiectomía total elimina casi todo el revestimiento. La cirugía evita que el líquido se vuelva a acumular. La recuperación en el hospital puede tardar entre una y dos semanas, dependiendo de la gravedad de la afección.
Si notas cualquier molestia a la hora de respirar o crees que no va algo bien en cuanto a tu corazón, acude inmediatamente al médico para que valore tu estado de salud. Nunca dejes pasar cualquier síntoma que notes extraño porque podría esconder algún problema de salud serio.