Las dietas milagro son esas dietas para adelgazar que nos prometen perder peso rápida y fácil. En una sociedad donde somos impacientes y lo queremos todo para "ya" y con el menor esfuerzo posible, es normal que este tipo de cosas hayan proliferado. Por supuesto, no serían tan famosas si no dieran resultados: perder peso, lo perderás, pero ¿a qué precio?
Algunos de los riesgos para la salud a los que nos enfrentamos al someternos a un régimen milagro son el conocido efecto yo-yo (llegas a adelgazar, pero lo recuperas más rápido aún e incluso lo aumentas), terminas teniendo unos malos hábitos alimentarios o alteraciones en el organismo que son perjudiciales para la salud (como trastornos metabólicos, alteraciones cardiovasculares o alteraciones dermatológicas). Además, en la pérdida de peso lo que se va no es la grasa, sino proteínas. También hay consecuencias a nivel neuropsíquico como ansiedad, insomnio, irritabilidad...
Y es que al final, la falta de información nutricional y el fácil acceso a este tipo de régimen milagroso, terminan suponiendo riesgos para la salud. Por ello, si de verdad te estás planteando bajar de peso, ve a un especialista que te indicará cómo hacerlo de forma sana y duradera en el tiempo.
Hay muchísimas dietas para adelgazar, que suelen triunfar por temporadas y modas, pero en concreto, se pueden acotar en cuatro géneros, todas con el objetivo de perder peso y que terminan suponiendo riesgos para la salud: dietas ricas en hidratos de carbono, las que se basan en la toma de un alimento, dietas disociadas (pobres en hidratos de carbono o ricas en grasa) e hipoenergéticas.
Dietas excluyentes
Estas dietas se basan en eliminar de la dieta algún nutriente. Hay varios tipos, ya que pueden ser ricas en hidratos de carbono y sin lípidos y proteínas, como la del Dr. Prittikin y la Dieta del Dr. Haas. También hay ricas en proteínas y sin hidratos de carbono: Dieta de Scardale, Dieta de los Astronautas, Dieta de Hollywood y la Dieta de la Proteína Líquida. Todas estas producen una sobrecarga renal y hepática muy importante. También encontramos las dietas ricas en grasa, como la dieta de Atkins, Dieta de Lutz, que son también conocidas como dietas cetogénicas. Pueden ser muy peligrosas para la salud, produciendo graves alteraciones en el metabolismo.
Las dietas que excluyen las proteínas y las grasas tienen muchísimas consecuencias negativas, ya que esto conlleva a una importante ausencia de ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Estas dietas tienen una peculiaridad: se ingiere mucha fibra. El problema es que el organismo termina teniendo problemas para absorberlo, por lo que puede provocar cólicos abdominales, diarreas, etcétera.
Dietas que se basan en la toma de un único alimento
El alimento en cuestión es el que suele darle el nombre al régimen. Además de generar malos hábitos alimenticios y provocar alteraciones digestivas, terminan por ser terriblemente aburridas. Algunas de las dietas más famosas es la dieta de la alcachofa o la dieta de la manzana. En definitiva, dietas para adelgazar con las que sólo jugarás con tu salud.
Dietas disociadas
Estas dietas, caracterizadas por ser pobres en hidratos de carbono o ricas en grasa, provocan resultados realmente rápidos, pero pagando a cambio con alteraciones importantes a nivel nutricional. La base es eliminar los hidratos de carbono, dejando de lado a la glucosa, que normalmente es la principal fuente de energía de nuestro organismo. Estas dietas para adelgazar son ricas en grasas, por lo que nuestro organismo termina sufriendo importantes alteraciones, como altos niveles de colesterol, gran pérdida de líquidos y electrolitos, favoreciendo la deshidratación, aumentando los niveles de ácido úrico. En realidad es una dieta muy sencilla para perder peso, basada en que no se deben mezclar en la misma comida un primer plato de lentejas (hidratos de carbono) con un segundo de ternera o pescado (proteínas).
Las dietas disociadas más famosas son la Dieta de Hay o Disociada, Régimen de Shelton, la Hollywood, la Montignac y la Antidieta.
Dietas hipoenergéticas
Las dietas hipoenergéticas se caracterizan por la ingesta de entre 1000 y 1500 Kcal al día. Uno de los principales problemas de esta dieta es que terminamos obsesionándonos por cada caloría de lo que comemos. Los peligros y las consecuencias de estas dietas son mucho más notables, constituyendo verdaderos riesgos para la salud: mareos, pérdida de cabello, sequedad de piel, malestar general...
En este tipo, encontramos la dieta "toma la mitad" (que disminuye abruptamente la cantidad de alimentos), las dietas con preparados formulados que sustituyen comidas y el ayuno total, que tiene múltiples efectos negativos para la salud, como la aparición de anemia, cetosis, alteraciones de la función hepática, arritmias e incluso muerte súbita.
Otras dietas famosas que se incluyen en esta categoría son: la dieta de la Clínica Mayo, la Dieta Gourmet y la Dieta Cero. Con estas, el efecto rebote es impresionante, que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular. Esto es debido a que el cuerpo es sabio y se adapta a consumir poca energía. Por tanto, cuando se vuelve a una alimentación normal, el cuerpo tiende a "guardar" toda la energía que pueda, previendo que los alimentos volverán a restringirse en cualquier momento.
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