Hoy en día son muchas las personas que, desgraciadamente, sufren un ataque de ansiedad o un ataque de pánico. Unos problemas, que aunque muchos no lo sepan, son diferentes. Dicho de otro modo, aunque los síntomas de ambos ataques son muy parecidos, estos son fenómenos distintos. Por lo tanto, antes de saber más acerca de cada uno de ellos será importante conocer sus principales diferencias.
Un ataque de pánico se produce cuando el sistema nervioso de la persona en cuestión se encuentra amenazado o en una situación de peligro o riesgo. Se trata de una sensación momentánea, que surge de la nada y que puede durar durante un período de tiempo que va desde los segundos, a los minutos o las horas. Sin embargo, la ansiedad es diferente ya que se prolonga en el tiempo. Dicho de otro modo, persiste.
Para conocer más detalles que podrán servir para saber diferenciar a la perfección un ataque de ansiedad de un ataque de pánico será fundamental conocer lo que caracteriza a cada uno de ellos y así poder actuar con la mayor brevedad posible.
Características del ataque de pánico
Normalmente, suele ser más común padecer ataques de ansiedad que de pánico. No obstante, siguen siendo muchas las personas que hoy en día se enfrentan a este problema y sufren sus consecuencias. Por ello, es importante conocer las características de este tipo de ataque para así poder controlar mejor la situación en caso de que se produzca.
- Aparece de la nada: El ataque de pánico puede darse sin necesidad de que el individuo se encuentre en una situación de estrés, miedo o angustia. Es decir, de manera inesperada. Algo que complica las cosas porque no está en manos de la persona el tener más o menos posibilidades de padecerlo sino que la sensación aparece y es imposible de ser reprimida.
- Descontrol: Cuando se produce este tipo de ataque, el individuo sufre y sale de sí mismo. Es decir, entra en una situación dramática que le desborda hasta el punto de pensar que va a morirse o que le va a dar algo. No es capaz de retomar el control de la situación y se encuentra aterrado. Si bien es cierto que esta sensación, a diferencia de la ansiedad, no persiste en el tiempo de manera continuada.
- Trastorno de ansiedad: La agorafobia es un problema que muchas personas que sufren ataques de pánico desarrollan. Este básicamente es el miedo a ciertos lugares o espacios que pueden ser abiertos o cerrados. El individuo se siente amenazado ante la posibilidad de volver a sufrir un nuevo ataque y esto hace que no todos los lugares sean de su agrado.
- Necesitan de ayuda: Cuando una persona sufre ataques de pánico necesitará la ayuda de especialistas con los que tratar este problema para ser capaz de superarlo. Algo que también podríamos decir que puede llegar a suceder en el caso de padecer ansiedad de una manera constante. Sin embargo, cuando se sufre un ataque de pánico serán las personas que estén al lado del individuo el cuestión quienes deberán de ponerse en marchar para ayudarle y controlar la situación ya que el afectado será incapaz de hacerlo por sí mismo. Es una situación de inmensa tensión y bastante más extrema que en el caso de la ansiedad.
Aspectos distintivos de un ataque de ansiedad
La ansiedad es una sensación que, por desgracia, hoy en día muchas personas han vivido. Y es que, cualquier situación de estrés o tensión prolongada puede derivar en este problema. De hecho, existen algunas características que permiten identificarlo a la perfección.
- Se conoce el motivo: Por norma general, todas las personas que han padecido un ataque de ansiedad han encontrado fácilmente el motivo o la razón del mismo. Es decir, una persona que no tiene preocupaciones, estrés o algo que le esté generando dolores de cabeza no va a vivir un ataque de este tipo. Por lo tanto, los que lo sufren sabrán identificar perfectamente las causas. Algo que a su vez facilita el impedir que se produzcan.
- Reacción a la incapacidad: Este tipo de ataque suele producirse en situaciones en las que el individuo es incapaz de asimilar lo sucedido. Por ejemplo, en el caso de conocer una mala noticia relacionada con la salud de un ser querido, el no poder asimilar esa información hará que la persona se bloquee y responda en forma de ataque de ansiedad.
- Más tratable: Aunque la ansiedad no deja de ser un problema, es cierto que acabar con ella será menos incierto que en el caso de los ataques de pánico. Es decir, la persona en cuestión deberá de aprender a canalizar las cosas de otra manera y a no tomárselo todo de tal manera que su salud se vea afectada por la ansiedad que se provoca.
En conclusión, se recomienda ponerse en manos de un especialista en caso de haber vivido un ataque de cualquier de los dos que se han comentado anteriormente. Sólo así se podrá superar con la mayor de las certezas este tipo de problemas y evitar su aparición. Respirar hondo, huir de las tensiones, salir de los lugares que provoquen cierto estado de incomodidad, tener una visión positiva, relativizar o descansar cada día son sólo algunos de los consejos que habrá que seguir para alejarse de este tipo de problemas.