En un primer vistazo, el trastorno bipolar es fácil de entender. Es un trastorno en el que la persona experimenta cambios extremos de humor, altibajos muy fuertes con períodos intermedios de normalidad. Pero si nos fijamos detenidamente en el trastorno y en las experiencias de las personas que lo padecen, se empieza a ver la complejidad que tiene y aparecen los términos "bipolar I" y "bipolar II".
El trastorno bipolar y su diagnóstico
La premisa del trastorno bipolar es relativamente sencilla. Para ser diagnosticada, una persona debe experimentar al menos un episodio de manía o hipomanía.
Para la mayoría de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar, los síntomas depresivos también están presentes antes de la aparición de la manía o hipomanía. Es posible que estos episodios no sean obvios y que la persona no los considere lo suficientemente graves como para buscar ayuda.
Hay que tener en cuenta que las personas bipolares no son todas iguales, cada una vive su experiencia de una manera muy personal. La duración y la intensidad de los estados de ánimo varían de una persona a otra, algunas personas experimentan principalmente "altos" y otras experimentan más "bajos, mientras que otras cambian rápidamente entre estos estados, teniendo altibajos muy pronunciados.
La diferencia fundamental entre el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II es la duración y la intensidad de los momentos de euforia o altos, y la presencia de depresión mayor, o bajos. Vamos a ver esta división con detalle.
Síntomas específicos del trastorno bipolar I
El trastorno bipolar I requiere una experiencia de manía, pero no requiere un episodio de depresión mayor. Sin embargo, es habitual que muchas personas experimentan síntomas de depresión. Se entiende como manía un período de anormalidad, que presenta un estado de ánimo elevado, persistente o irritable, lo suficientemente grave como para impedir el funcionamiento. Se deben experimentar tres o más síntomas de la siguiente lista:
- Autoestima excesivamente elevada
- Disminución de la necesidad de dormir
- Hablar más de lo habitual
- Distracción
- Fuga de ideas, es decir, pasar de una idea a otra sin ser coherente con los temas
- Incremento de la actividad dirigida a una meta concreta
- Alta participación en actividades peligrosas, en las que se puede acabar lesionado
Para que un episodio se pueda denominar maníaco debe durar al menos una semana. Es posible que una persona que experimente manía no sea consciente de que está enferma o de que necesita tratamiento, y a veces un episodio puede incluir una experiencia de psicosis o pensamientos delirantes.
Muchas personas que experimentan la manía, describen sus acciones como eufóricas, se sienten invencibles y, por tanto, ninguna idea es demasiado grande o demasiado optimista.
Síntomas específicos del trastorno bipolar II
Una persona con trastorno bipolar II debe experimentar al menos uno de los episodios depresivos mayores y que estos duren al menos dos semanas, junto con una experiencia de hipomanía que dure al menos cuatro días.
Un episodio hipomaníaco es parecido a la manía. Consiste en un estado de ánimo elevado, persistente o irritable, con más energía y tres o más síntomas de la siguiente lista:
- Muy alta autoestima
- Disminución de la necesidad de dormir
- La persona se muestra más habladora de lo habitual
- Fuga de ideas
- Distracción
- Aumento de la actividad dirigida a una meta concreta
- Participación en actividades peligrosas
A diferencia de la manía, un episodio de hipomanía no se considera lo suficientemente grave como para afectar el funcionamiento social o para requerir hospitalización ya que no incluye psicosis y el impacto de un episodio no se considera un deterioro significativo. De hecho, es posible que las personas que experimentan hipomanía continúen actuando con normalidad, aunque modifiquen su rutina.
Esto no quiere decir que el trastorno bipolar II sea un trastorno más leve. El impacto y el trauma asociados con la hipomanía son reales y debilitantes. La experiencia de la depresión y la impulsividad asociada con el trastorno bipolar II también pueden contribuir a los intentos de suicidio.
Es probable que la persona afectada no sea consciente de sus síntomas debido a que no siempre son fáciles de identificar. Por ello, que sus personas cercanas, familiares y amigos, sean testigos de estos síntomas y puedan informar al médico para completar un diagnóstico se considera información fundamental.
Síntomas del trastorno bipolar
Como se mencionó antes, el trastorno bipolar I causa manía y depresión mientras que el trastorno bipolar II causa hipomanía y depresión. Vamos a ver estos tres síntomas con más detalle.
Manía
Un episodio maníaco es más que un simple sentimiento de euforia, más que tener mucha energía o que estar distraído. Durante un episodio maníaco, la manía es tan intensa que puede interferir con las actividades diarias de la persona afectada. Es difícil redirigir a alguien que pasa por un episodio maníaco hacia un estado más tranquilo y más razonable. Las personas que se encuentran en una fase maníaca del trastorno bipolar pueden tomar decisiones irracionales, como gastar más dinero del que tienen. También puede adoptar actitudes peligrosas, como indiscreciones sexuales, aventuras con otras personas aunque ya se tenga pareja.
Un episodio no puede considerarse propiamente maníaco si está causado por influencias externas como el alcohol, las drogas u otra enfermedad.
Hipomanía
Un episodio hipomaníaco es un período de manía que es menos grave que un episodio maníaco. Aunque es menos grave que un episodio maníaco, una fase hipomaníaca sigue siendo una fase en el que la persona afectada no se comporta con normalidad. Las diferencias con esa normalidad serán tan extremas que las personas de su entorno se darán cuenta de que algo no está bien.
Al igual que con la manía, un episodio hipomaníaco se considerará como tal si no está influenciado por causas externas como alcohol o drogas.
Depresión
Los síntomas depresivos en una persona con trastorno bipolar son como los de una persona con depresión clínica, estos incluyen largos períodos de tristeza y desesperanza. También se puede experimentar una pérdida de interés en las personas queridas y en las actividades que disfrutaba. Otros síntomas pueden ser el cansancio, la irritabilidad, problemas de concentración, cambios en los hábitos de sueño y en hábitos alimenticios o pensamientos de suicidio.
¿Se puede tratar el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar se puede tratar combinando medicamentos, como los estabilizadores del humor, con un estilo de vida saludable. Los profesionales de la salud también ayudan a controlar eficazmente los síntomas mediante la psicoterapia.
Escribir un diario puede ser una parte especialmente útil del tratamiento. Hacer un seguimiento de los estados de ánimo, de los patrones de sueño y de la alimentación, así como de los elementos importantes de la vida pueden ayudar al paciente y al médico a comprender si funciona la terapia y los medicamentos. Si los síntomas no mejoran o incluso empeoran, entonces se puede cambiar la medicación o un tipo diferente de psicoterapia.
El trastorno bipolar no es curable, pero con el tratamiento adecuado y el apoyo de familiares y amigos se puede controlar sus síntomas y mantener la calidad de vida del paciente. Con respecto al estilo de vida saludable, es importante seguir las instrucciones del médico y cambiar algunos hábitos, como por ejemplo:
- No beber alcohol
- No consumir ningún tipo de droga
- Hacer ejercicio
- Mantener una dieta sana y equilibrada
- Dormir alrededor de 8 horas
- Reducir el estrés practicando técnicas de relajación, por ejemplo
- No alejarse de amigos y familiares
También es importante leer sobre el trastorno bipolar, cuanta más información se tenga sobre el trastorno más consciente serás del problema, esto mejorará el conocimiento sobre uno mismo y la vida después del diagnóstico estará más bajo control.