Los métodos anticonceptivos son aquellos medios que se usan para poder mantener relaciones sexuales sin riesgo de embarazo, pero también hay muchos de ellos que son usados por mujeres que tienen muchos problemas con su menstruación y otros aspectos hormonales. Cada vez son más las mujeres que recurren a alguno de estos medios en su vida diaria, siendo uno de los más expandidos el uso del DIU, por su comodidad y eficacia.
El DIU es un dispositivo flexible en forma de T para que sea lo más cómodo posible en la cavidad uterina. Se introduce en el fondo del útero mediante un proceso ginecológico sencillo y no se extrae hasta pasados unos años, dependiendo del tipo de DIU recomendado. Existen dos tipos de DIU: el de cobre y el hormonal.
La diferencia entre ambos es que en el caso del DIU hormonal, se van liberando unas hormonas que además de impedir la fecundación actúan en la menstruación de la mujer para disminuir los casos de sangrado abundante o alto nivel de dolor en el caso en que lo hubiera. El DIU de cobre esta hecho de este material aislante y que dificulta el paso de los espermatozoides y su función dentro del útero.
¿Cómo funciona el DIU?
Primero debes acudir a la consulta del ginecólogo para que sea el especialista el que te recomiende si es éste u otro método anticonceptivo el que debes usar. El DIU es recomendado en mujeres que no tienen intención de ser madres en un periodo de tiempo largo, ya que aunque su carácter es reversible y no tiene efectos secundarios para un embarazo futuro, su duración es de 3 a 10 años.
En el caso en que tu médico te recomiende el DIU, será él mismo quien lo introduzca en los 7 días siguientes al inicio de la menstruación o a las 6 semanas siguientes a un parto, ya que no interfiere en la lactancia materna. El tamaño del DIU variará en función de si la mujer ha dado a luz anteriormente o es nulípara.
Debes tener en cuenta que el DIU no protege de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), por lo que si no tienes una pareja estable se recomienda el uso de otros métodos anticonceptivos como el preservativo. Si en algún momento quieres quedarte embarazada, acude al médico para que pueda retirarlo, no tienes por qué esperar a que finalice el proceso de 3-10 años.
Por lo demás, no debes tener ningún otro tipo de cuidado. El DIU no es un elemento que se mueva de ubicación dentro de la cavidad uterina, por lo que al más mínimo síntoma, acude a tu ginecólogo. Realízate ecografías periódicas para comprobar que todo sigue correctamente. En el momento en que pasen los años de duración de su eficacia, el DIU puede ser sustituido por uno inmediatamente, siempre en el periodo de menstruación.
Durante los primeros meses después de la introducción del DIU, algunas mujeres presentan sangrados irregulares en mitad del ciclo. Estos sangrados van disminuyendo a medida que el cuerpo se acostumbra al nuevo aparato, sobre todo en el caso de los DIU hormonales, en los que la liberación de hormonas afecta al ciclo menstrual, ayudando en las amenorreas, dismenorreas e hipermenorreas.
Ventajas e inconvenientes del uso del DIU
Son múltiples las ventajas de este método anticonceptivo, ya que además de cumplir muy bien su función, teniendo una eficacia del 99%, es muy cómodo de utilizar y no interfiere en las relaciones sexuales ni en otros periodos importantes como la lactancia o el principio de la menopausia. Además, al tratarse de un método de muy larga duración, el coste es muy barato (entre 60 y 160 euros). Sobre todo en el caso del DIU de cobre, una de las cosas más importantes es que es reversible, pudiéndote quedar embarazada desde el mismo momento en que lo retiras.
Por otra parte, hay que tener en cuenta algunos aspectos negativos a la hora de decidirnos por este método anticonceptivo, ya que solo puede ser colocado por un médico ginecológico, no evita las enfermedades de transmisión sexual y existen posibilidades de sangrados abundantes entre periodos en el caso del DIU de cobre, aunque son los casos mínimos. Por último, no puede ser utilizado en mujeres que hayan padecido anteriormente cáncer de útero, miomas u otras enfermedades del aparato reproductor