Hablamos de ecografía abdominal cuando, a través del ecógrafo, el médico realiza una exploración de la cavidad abdominal de una persona. Además, también puede ser utilizada para hacer algunas intervenciones de manera simultánea o para saber cuál es el estado de los vasos sanguíneos que se encuentran en esta zona del cuerpo. La prueba se realiza a través de ondas de ultrasonido que son las que proporcionan la ecografía que sirven para analizar la zona.
Los resultados de esta prueba pueden ir dándose a la vez que se está realizando, ya que el médico va viendo el interior abdominal del paciente en una pantalla. Aun así, los resultados no serán concluyentes hasta que no haya pasado el tiempo necesario para que el médico pueda sacar conclusiones. Además, es posible que haya veces en las que se necesiten pruebas adicionales por no ser la ecografía abdominal totalmente concluyente.
La ecografía abdominal sirve para examinar esta cavidadPasos previos a una ecografía abdominal
Como ya hemos dicho, la ecografía abdominal sirve para examinar esta cavidad. En ella podemos ver cómo se encuentran órganos como el hígado, la vesícula, los riñones, el bazo, el páncreas o la vejiga. Por ello, el médico manda que se haga esta prueba cuando el paciente sufre un dolor abdominal no identificado en un primer examen físico, hay sospechas de que pueda padecer cáncer de páncreas, riñón o hígado, para descartar o afirmar una apendicitis o un aneurisma en la aorta abdominal.
Dependiendo de para qué se utilice la ecografía abdominal, es posible que se necesite una preparación previa. En cualquier caso, siempre es necesario que el paciente acuda a la prueba tras haber estado en ayunas entre 6 y 8 horas antes. Esto cambia cuando se quiere examinar la vejiga ya que será necesario que ésta esté llena de orina, por lo que será recomendable beber un litro de agua en la hora previa a la prueba. Por lo demás, no habrá nada más que tener en cuenta antes de que un médico realice esta prueba, ya que es bastante sencilla. Únicamente, será necesario que, en caso de que se lleve a cabo una intervención invasiva, el paciente firme un formulario de consentimiento asumiendo los posibles riesgos.
No es una prueba que requiera una preparación previa Cómo se realiza una ecografía abdominal
Para llevar a cabo una ecografía abdominal, bastará con que el paciente se presente en el lugar en el que se va a realizar a la hora acordada. No es una prueba que requiera una preparación previa ni que suponga un ingreso posterior. Normalmente, suele durar entre 15 y 20 minutos. Aun así, en caso de que se realice una intervención invasiva como una biopsia o un drenaje, es posible que este tiempo aumente aunque tampoco pasará a durar mucho tiempo.
Una vez que el paciente esté listo para la prueba, el médico le pedirá que se tumbe en la camilla boca arriba y que se descubra el abdomen. Tras este paso, le pondrá un gel, que normalmente está frío, para aumentar la conducción de las ondas de ultrasonido por la piel. A continuación, el especialista pasará transductor por aquellas zonas del abdomen que quiera ver en qué estado se encuentran. A lo largo de la exploración, es posible que el paciente tenga que cambiar de postura para que el órgano que se quiere analizar esté mucho más visible. Una vez se termina, se le retira el gel al paciente del abdomen y puede irse sin problemas.
Tanto antes, como durante o después de la prueba, el paciente no siente nada de dolor por la prueba que se le está realizando. En algunos casos, si el médico pasa el transductor por una zona inflamada y presiona, es posible que sea incómodo, pero este examen no se caracteriza por ser molesto. Además, es muy raro que haya algún tipo de efecto secundario o complicación.
