Los bebés recién nacidos pueden tener edemas en su pequeño organismo. Un edema es una inflamación corporal causada por el líquido que sale de la circulación sanguínea y se acumula en los tejidos. El edema es común en los bebés prematuros porque sus sistemas urinarios y circulatorios no están completamente desarrollados.
Los bebés prematuros tienen un mayor contenido de agua en su organismo que los bebés que han nacido a término, y la rutina regular de administración de líquidos en los cuidados neonatales puede contribuir al edema. Debido a su sistema inmunológico poco desarrollado, los bebés prematuros no pueden producir glóbulos rojos, lo que hace que su flujo sanguíneo sea considerablemente bajo.
La falta de circulación alrededor de los órganos y las glándulas linfáticas también puede dificultar que el cuerpo de tu bebé elimine el exceso de líquido. Debido a esto, si tu hijo es prematuro, generalmente necesitará ayuda para expulsar líquidos.
Tipos y síntomas de edema
El edema puede ser leve, causando hinchazón en los pies o piernas, o severo, causando tal hinchazón generalizada, incluso en los órganos del cuepo. El edema grave puede ser causado por otras afecciones que deben tratarse para reducir el edema.
El edema puede asentarse cerca de ciertos órganos como los pulmones; corazón; riñones o ciertas extremidades como las piernas, pies y tobillos. Se pueden administrar medicamentos para ayudar al bebé a pasar la orina, reduciendo la cantidad de líquido en el cuerpo.
Tratamiento de edema
Si tu hijo nació prematuro, lo más probable es que los cuidados neonatales se le dé diuréticos para ayudarles a liberar líquidos. Existen tratamientos que consisten en reducir la hinchazón de los bebés prematuros, de esta manera mejorará la condición a medida que el pequeño vaya creciendo y siendo más autosuficiente en cuanto a su organismo. En ocasiones, se requieren transfusiones de sangre sangre para ayudar a mejorar el flujo sanguíneo del pequeño.
Si tu hijo es un bebé prematuro, puede que se le administre líquidos para asegurarse de que tengan cantidades adecuadas de sodio. Si se deshidratan, los bebés prematuros pueden tener niveles bajos de sodio, lo que puede hacer que el tejido cerebral se inflame. Si no se detecta, la hinchazón puede empeorar y hacer que tu hijo tenga convulsiones. La hidrocefalia, una acumulación de líquido cefalorraquídeo, también puede hacer que el cerebro de tu hijo se hinche.
La dosis y la cantidad de tiempo que tardará el tratamiento del edema de tu bebé dependerán en gran medida de su edad, la función de los órganos, la capacidad de respirar por sí mismos y la circulación sanguínea. La edad y el tamaño de tu bebé también se tendrán en cuenta en su plan de tratamiento.
El tratamiento dura todo el tiempo necesario para que las funciones corporales de tu hijo funcionen bien. A medida que tu hijo se familiarice con lo que se necesita para respirar por sí mismo y se acumule su sistema inmunológico, el tratamiento ya no será necesario.
Una vez que estés en casa...
Si bien algunas condiciones pueden tener efectos secundarios a largo plazo, tu bebé puede recuperarse por completo del edema una vez que se trata, por lo que no tiene por qué quedarle secuelas y podrá hacer una vida totalmente normal.
No se conocen efectos a largo plazo para la salud relacionados con tener edemas. Si sospechas que tu bebé está desarrollando edemas, le notas con síntomas extraños junto con dificultad para respirar u opresión en el pecho de tu hijo, acude a urgencias inmediatamente. Es muy importante mantener un ojo vigilante en tu bebé prematuro ya que puede tener más complicaciones en su salud que otro bebé que haya nacido a término.
Si tienes dudas de cualquier tipo, antes de salir del hospital, habla con los médicos para que te indiquen los cuidados que debes realizar a tu bebé en tu hogar. Así, sabrás cómo actuar en su cuidado.