Aunque cada vez hay más gente concienciada con los daños y perjuicios que provoca en la salud el fumar, hay un tanto por ciento alto de la población que sigue fumando y que no se da cuenta de los peligros que tiene para la salud el hecho de fumar. Se trata de un mal hábito aceptado en gran medida por la sociedad y que hay que eliminar lo más pronto posible, con el fin de evitar diversos problemas de salud que pueden afectar tanto a los pulmones o al corazón. No pierdas detalle y toma buena nota de una serie de efectos positivos que se produce en el cuerpo a la hora de dejar de fumar.
Baja el riesgo cardiovascular
Las personas fumadoras tienen un alto porcentaje de padecer una enfermedad cardiovascular a causa de la ingesta de nicotina y de otras sustancias tóxicas presentes en el tabaco. En el caso de que decidas dejar de fumar, el riesgo de padecer algún tipo de afección cardiovascular se reduce de una manera considerable. Si por desgracia la persona ha sido fumadora durante muchos años y padece algún tipo de afección crónica, el dejar de fumar puede ayudar a frenar la progresión de dicha enfermedad y evitar que la cosa vaya a peor. Lo que queda claro es que una persona fumadora tiene muchas más papeletas de padecer un cáncer de pulmón que otra que no fuma.
Suben las defensas del cuerpo
El fumador tiene muchas más posibilidades de sufrir infecciones de todo tipo que aquella persona que no fuma. El fumar provoca que el sistema inmunológico se debilite al máximo y sea susceptible de padecer multitud de afecciones relacionadas con el sistema respiratorio. Si decides dejar de fumar notarás rápidamente como el sistema inmunológico se fortalece notablemente y suben las defensas.
Mejora el carácter de la persona
Aunque es bastante normal que al poco de dejar de fumar la persona se encuentre mucho más irritable de lo normal. El afán de superación y el sentirse bien con uno mismo por haber dejado tan mal hábito, provoca que la persona mejora en todos los aspectos, desde el emocional hasta el físico. El llamado síndrome de abstinencia suele durar de un mes a un mes y medio, a partir de entonces la persona experimenta un importante cambio que le beneficia a él y al resto de personas que le rodean.
Piel y cabello más sanos
Aparte de experimentar un cambio positivo desde el punto de vista emocional, el conseguir dejar de fumar ayuda a que la piel y el cabello luzcan más saludables. La nicotina es la causante de que la piel envejezca mucho más rápido de lo normal y el cabello se debilite más de la cuenta. Dejar de fumar ayuda a que la persona pueda volver a presumir de una piel joven y tersa además de volver a tener un cabello fuerte y sano.
Mucho más sabor
El fumar de una manera habitual hace que la persona pierda poco a poco el sabor debido al daño que provoca la nicotina en las papilas gustativas. Aparte del gusto, el olfato también se ve dañado a causa del humo de los cigarrillos. Una vez que la persona deja de fumar, vuelve a recuperar poco a poco el sabor además del olfato.
Dejar de fumar es un auténtico reto para muchos fumadores y es que se requiere de una gran fuerza de voluntad para lograrlo. Una vez que la persona lo consigue, experimenta una serie de mejoras tanto a nivel físico y mental que vale la pena lograr. Son muchos los beneficios para la persona el hecho de dejar de una manera definitiva el tabaco.