La ansiedad (también llamada angustia) es un estado emocional desagradable que viene acompañado por sensaciones de tensión. Se produce por la anticipación de una amenaza futura (independientemente de que sea real o no) y funciona como una señal que ayuda al cuerpo a prepararse ante esa amenaza.
La ansiedad se manifiesta en tres niveles diferentes:
- Nivel fisiológico : son las reacciones que el cuerpo tiene en primera instancia. Los síntomas más comunes que la persona tiene son: aumento de la frecuencia cardíaca, la respiratoria, aumenta la sudoración, se nos tensan los músculos del cuerpo, etc.
- Nivel cognitivo : no son perceptibles desde fuera pero si por nosotros. Hace referencia a las preocupaciones, miedo, angustia, obsesiones, creer que vamos a perder el control o volvernos locos, etc.
- Nivel conductual : son los síntomas que manifestamos con nuestro comportamiento. Algunos ejemplos son: hiperactividad, tartamudez, huir de las situaciones que nos dan miedo, llorar, consumo de sustancias para aliviar la ansiedad (alcohol, tabaco, otro tipo de drogas, comida, etc).
Efectos de la ansiedad en el cuerpoLa ansiedad es un estado que tiene una duración limitada y es adaptativa porque le sirve a la persona a preparar su cuerpo ante una posible situación de lucha-huida, ante algo que ve como una amenaza. Sin embargo, cuando la ansiedad perdura en el tiempo sin que ese estímulo siga presente es cuando deja de ser funcional. Si esta situación se mantiene a largo plazo, es decir, pasa el tiempo y la persona no consigue desactivarse puede sufrir consecuencias físicas preocupantes.
Es debido a que cuando estamos ansiosos nuestro sistema endocrino segrega una hormona llamada cortisol, que se encarga de preparar nuestro cuerpo ante una situación de peligro (aumento del ritmo respiratorio, cardiaco, tensión muscular, etc), lo cual es muy útil. Sin embargo, cuando los niveles de cortisol en nuestro cuerpo se mantienen con el tiempo se vuelve contraproducente.
Reacciones del cuerpo cuando permanecemos mucho tiempo ansiosos
Aquí abajo os dejamos con las más relevantes:
1. Problemas cardíacos
Hay un exceso de cortisol que se traduce a un aumento de la frecuencia cardiaca y presión sanguínea. Nuestro cuerpo bombea más cantidad de sangre en el mismo intervalo de tiempo que antes. Este sobreesfuerzo nos hace más propensos a trastornos como arritmias, accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, etc.
2. Diabetes tipo II
La principal función del cortisol en sangre es liberar el azúcar almacenada a la sangre con el fin de que los músculos puedan utilizarla de manera inmediata en caso de necesitarla. Si esto ocurre de manera puntual el exceso de azúcar en sangre es reabsorbido. Sin embargo, si se mantiene en el tiempo se produce una resistencia a la insulina por lo que el azúcar se mantendrá en exceso en la sangre. Aparte de un aumento del riesgo a padecer esta enfermedad, para la persona que vive en un estado de ansiedad crónico es más fácil aumentar de peso.
3. Problemas gastrointestinales
Nuestro sistema digestivo también se ve afectado por la ansiedad. Uno de los problemas es el riesgo a padecer una úlcera gástrica: Con una gran cantidad de cortisol en sangre se segrega mayor cantidad de ácido gástrico en nuestro estómago y es más fácil que se dañen las paredes que recubren nuestro estómago. Otros problemas gastrointestinales que aparecen son los vómitos, diarreas, mala absorción de los nutrientes, malas digestiones, hinchazón y el síndrome del intestino irritable.
4. El sistema inmunitario se debilita
En un momento puntual de estrés, el bazo libera glóbulos blancos (en caso de necesitar defenderse ante cuerpos extraños) y rojos (para distribuir más rápidamente el oxígeno en sangre). ¿El resultado? La ansiedad prolongada en el tiempo acaba agotando los recursos de nuestro sistema inmunitario. Seremos más propensos a:
- Enfermedades: catarros, gripes, debilitamiento, infecciones, etc.
- Herpes en diferentes partes del cuerpo o reaparición de aquellos que tuviste alguna vez.
- Inflamaciones
5. Envejecimiento de la piel
Cuando se libera el cortisol la sangre es enviada a los músculos con el fin de reaccionar más rápido en caso de necesitarlo. Por lo tanto, parte la sangre que está irrigando y nutriendo la piel se desplaza a los músculos. Ese es uno de los motivos por los cuales a algunas personas le salen eccemas cuando están pasando por periodos de estrés.
6. Daños neurológicos
Los más característicos son los problemas de concentración y memoria: un punto muy importante para desarrollar una adecuada vida laboral y estudiantil. La ansiedad mantenida en el tiempo afecta directamente sobre el cerebro. Una de las zonas más vulnerables es el hipocampo, una zona encargada principalmente de la memoria y aprendizaje. Tendremos problemas de concentración, memoria, desgaste psicológico, nos costará más tiempo y esfuerzo aprender las cosas...
10 efectos que produce la ansiedad mantenida en el tiempo en nuestro cuerpo7. Insomnio
Debido principalmente a dos motivos. Al haber más cortisol en sangre nuestro cuerpo estará en estado de alerta, por lo que es difícil pedir a nuestros músculos que se relajen. Por otro lado, estaremos más preocupados por las cosas, dando vueltas a lo mismo una y otra vez, por lo que nos va a costar más dormirnos. Esto a su vez va a impedir que descansemos correctamente y al día siguiente nos será más difícil concentrarnos y desarrollar las actividades diarias.
8. Problemas osteomusculares
Nuestros músculos al estar en constante tensión se acabarán resintiendo. Los trastornos más comunes son la tendinitis como consecuencia de la sobrecarga de ciertos músculos, dolor de cuello, rigidez en los hombros y migrañas.
9. Problemas sexuales
Tanto en hombres como en mujeres producen una disminución de la fertilidad, el cortisol en sangre inhiben la segregación de testosterona en hombres y retrasa la ovulación en las mujeres. También hay una pérdida de libido y es más probable la aparición de disfunciones sexuales.
10. Problemas respiratorios
En un momento puntual la ansiedad produce falta de aliento y aumento de la frecuencia respiratoria. A largo plazo puede producir un empeoramiento de asma en aquellas personas que ya lo tenían y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que se caracteriza por una dificultad progresiva a la hora de respirar, también presentada por una parte de fumadores crónicos.
Y por último pero no menos importante, la ansiedad mantenida en el tiempo también puede desencadenar un sin fin de trastornos psicológicos y empeorar el cuadro de los ya existentes. Es un tema muy serio a tener en cuenta y si realmente estás pasando por una situación así NO debes dejarlo pasar esperando a que desaparezca solo. Acude a un profesional.
