Cuando sucede una embolia pulmonar (EP) es causada por un coágulo de sangre que se encuentra en una arteria pulmonar, el vaso sanguíneo principal que conduce a los pulmones o una de sus ramas. Por lo general, la EP ocurre cuando un coágulo de sangre que se forma en las piernas, una trombosis venosa profunda (TVP), se desprende y va hacia los vasos sanguíneos de los pulmones.
Los síntomas de la embolia pulmonar incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos con sangre. La mayoría de las personas mejoran con el tratamiento, pero hasta el 30% de las personas que tienen EP sin tratar no sobreviven. Con tratamiento médico, la tasa de mortalidad es de alrededor del 5%.
Síntomas
La arteria pulmonar lleva sangre a los pulmones para que se reponga con oxígeno por los que una obstrucción del flujo sanguíneo dentro de este vaso sanguíneo afecta los pulmones y el corazón, y produce síntomas de bajo nivel de oxígeno en el resto del cuerpo. Los síntomas más comunes de una EP son:
- Falta de aliento
- Dolor repentino y fuerte en el pecho
- Tos
- Toser con sangre
- Dolor en el pecho que empeora al respirar
- Sibilancias
- Presión arterial baja con palpitaciones y respiración rápida Labios y dedos azulados
- Arritmias cardíacas
- Síntomas de una trombosis venosa profunda (TVP) en una o ambas piernas
Complicaciones
La gravedad de la embolia pulmonar generalmente está determinada por el tamaño del coágulo. Si un émbolo pulmonar es grande, el caso a menudo se describe como EP masiva. Esto puede causar un bloqueo significativo de la arteria pulmonar, lo que puede ocasionar un grave malestar cardiovascular, una caída peligrosa en la presión arterial y una disminución grave en el contenido de oxígeno en la sangre, o la falta de oxígeno que afecta al cerebro y al resto del cuerpo.
Una embolia pulmonar más pequeña causa síntomas menos significativos, pero sigue siendo una emergencia médica que puede ser fatal si no se trata. Los coágulos sanguíneos más pequeños generalmente bloquean una de las ramas más pequeñas de la arteria pulmonar y pueden ocluir completamente un pequeño vaso pulmonar, lo que eventualmente lleva a un infarto pulmonar o la muerte de una parte del tejido pulmonar.
Causas
Las siguientes causas pueden provocar una embolia pulmonar:
- Inmovilidad por parálisis física, reposo prolongado u hospitalización
- Sentado durante largos períodos de tiempo durante largos viajes en automóvil o en vuelos en avión
- Historia de embolia pulmonar previa
- Historial de coágulos de sangre anteriores, como TVP, accidente cerebrovascular o ataques cardíacos
- Trastornos de la coagulación de la sangre
- Fumar
- Cáncer o quimioterapia
- Cirugías
- Huesos rotos (fémur)
- Obesidad
- Terapia hormonal
- Toma de pastillas anticonceptivas
- Embarazo
Diagnóstico y tratamiento
El médico tendrá que hacer una evaluación clínica e incluir pruebas especializadas para poder respaldar el diagnóstico, de esta manera se podrá confirmar o excluir que trate de una embolia pulmonar o no. El médico valorará cuáles son las pruebas más pertinentes.
En cuanto al tratamiento, una vez confirmado el diagnóstico de embolia pulmonar, se debe iniciar inmediatamente. Si tienes una probabilidad muy alta de embolia pulmonar, es posible que se inicie un tratamiento médico incluso antes de que se confirme el diagnóstico. Se suele tener en cuenta para el tratamiento:
- Medicamentos anticoagulantes. El principal tratamiento para la embolia pulmonar es el uso de medicamentos anticoagulantes, para prevenir la coagulación de la sangre.
- Trombolíticos. Cuando una EP es grande o causa inestabilidad cardiovascular, la terapia de anticoagulación a menudo no es suficiente. En estos casos se inyectan medicamentos para quitar los coágulos, llamados trombolíticos, para disolver el coágulo de sangre. Estos medicamentos son fuertes y tienen riesgos, como padecer complicaciones hemorrágicas.
- Cirugía. La cirugía es un método que puede eliminar directamente la EP. El procedimiento quirúrgico más común, llamado cirugía de embolectomía. Puede tener serias complicaciones y no siempre es eficaz, solo se utiliza en personas que tengan pocas probabilidades de sobrevivir sin este procedimiento.
También existen otros métodos como medicamentos después del tratamiento que pueden durar por años para asegurar la vida de la persona. El médico tendrá que hacer un seguimiento para saber cómo va la evolución del paciente.