Lo más lógico sería que, dado que nuestro país es uno de los más reconocidos por producir de los mejores aceites de oliva del mundo, la comida que fabricáramos aquí o que se comercializara en nuestro país estuvieran hechos o al menos contaran con una cantidad importante de este ingrediente. Pero no es así, más bien todo lo contrario: nos hacemos con comida que contiene uno de los peor componentes alimenticios que existe, como lo es el aceite de palma.
El nombre más común
Este tipo de productos son los que más se venden y se consumen en cualquier país del mundo, básicamente porque son más baratos y las empresas pueden jugar con los precios bajos y una alta producción. Pero a pesar de estar obligado su presencia en el etiquetado de los productos, no siempre se le reconoce con el nombre de aceite de palma.
Ya sabemos que este es uno de los ingredientes más perjudiciales para la salud por su alto contenido en grasas saturadas -suponen más del 50% del total del aceite de palma-, aunque no siempre lo podemos identificar en el etiquetado del producto con ese nombre. Otros denominadores para calificar a este producto los podemos encontrar como grasa vegetal, sodium palmitate, manteca de palma o elaeis guineensis -que es su nombre científico-. Además, supone todo un riesgo medioambiental.
Los productos
De entre todas sus posibles utilizaciones, la dedicada a la alimentación es la más característica. A las empresas dedicadas al sector les supone una enorme cantidad de beneficios, ya que su precio es más bajo, permitiendo así que el consumidor apueste por sus marcas para consumir dado que más gente puede permitírselo. Aun así, hay otras empresas que se remiten a la calidad y siguen incorporando una cantidad de este aceite de palma en sus productos.
Los snack con los que más consumimos a diario y los que mayor cantidad de aceite de palma contienen. Su sabor, sus aplicaciones y la mejor conservación del producto hacen que estas marcas dedicadas al sector apuesten por el ingrediente madre. Además, cada empresa no solo tiene un sector alimenticio, sino que también cubre otras franjas de consumo como la higiene personal, la cosmética o la producción de ciertos productos decorativos u olfativos que también contienen aceite de palma.
Nestlé es una de las marcas principales de consumición alimentaria de nuestro país. A esta empresa la solemos identificar con chocolates y café, aunque cuenta con muchos otros derivados. La marca ha sido una de las pocas que se ha comprometido a retirar -de manera paulatina, eso sí- el aceite de palma de sus principales productos. Aunque no todas han seguido su ejemplo.
La comida precocinada es la peor de todas. Los ingredientes casi siempre suelen ser 'derivados de' o colorantes. Lo mejor siempre es apostar por la comida casera pero en ocasiones no es posible, y la manera más fácil de comer es recurrir a este tipo de productos. Los sobres y envoltorios ya determinan que ese alimentos contiene una mezcla de sabores y texturas que se asemejan a lo que realmente queremos degustar, aunque sepas de antemano que no es realmente una comida sana. Aun así, todo envase conlleva un riesgo: en este caso el aceite de palma.
La bollería, las galletas o las chucherías son los alimentos que más damos de comer a nuestros hijos por su sabor y la facilidad con la que conseguimos que almuercen y merienden cuando no están con sus padres. Pero también son los productos con los que les estamos obsequiando y ofreciendo el aceite de palma. Este es uno de los principales riesgos de su alimentación, ya que conseguimos que el sobrepeso infantil esté en auge.
La cosmética de palma
En la industria cosmética es más complicada su identificación. Ocurre que en ocasiones no aparece el nombre tal cual en el etiquetado por una sencilla razón: se utilizan derivados de este aceite de palma o componentes básicos, pero no todo su conjunto. A pesar de ello, su mala calidad y los problemas que derivan de su producción siguen siendo los mismos.
Las marcas como Colgate o Dove también implantan esta materia en sus cremas de higiene personal. Son dos de las marcas más conocidas del sector y son dos de las que más lo utilizan. Pese a ello, otras facetas son las que potencian la venta y comercialización de este tipo de productos, que no son los únicos nombres que aparecerían en la lista negra de la utilización de aceite de palma para su creación.