Si quieres perder peso seguro que una de tus primeras ideas es ponerte a dieta. Es lo más habitual en estos casos, pero para hacerlo hay que ser consciente de cómo se ha de seguir un régimen, porque hay cosas que no ayudan a adelgazar, sino todo lo contrario. Puedes llegar a engordar una semana determinada o a no bajar de peso.
¿Esto a que se debe? Existen diversos factores que influyen en que ganes o pierdas peso, no es únicamente cuestión de la dieta que sigas. Pero también se puede dar el caso de que no la estés haciendo bien y, lo que es aún peor, no seas consciente de ello.
Puedes estar privándote de cosas, haciendo esfuerzos y no obteniendo resultados. Puede que haya algo que falle o que estés cometiendo errores. Por eso repasa los siete errores más comunes a la hora de ponerse a dieta, para evitar que los cometas.
1. No todas las dietas valen para todo el mundo
A la hora de ponerse a dieta lo más recomendado es hacerlo con la supervisión de un profesional, un endocrino o un nutricionista que analice tu caso y te ofrezca una dieta personalizada. De no ser así puede darse el caso de que optes por un régimen que no es el que tú necesitas. Olvídate de copiar esa dieta que le fue bien a tu vecina o que has visto en la tele, porque puede que no te ayuden.
Una persona que realiza deporte de manera habitual precisa de unos nutrientes determinados e ingerir más calorías que otra que tiene una vida sedentaria. Si una persona que no hace actividad hace la dieta de otra que sí puede llegar a engordar en lugar de perder peso. La cantidad de calorías a ingerir ha de determinarse en función de las que tu cuerpo va a gastar.
2. Ya empiezo el lunes... que viene
El 1 de enero me pongo a dieta o ya lo dejo para el próximo lunes son frases que es muy probable que hayan salido de tu boca una vez, o varias. De hecho recurrir al lunes de la próxima semana es algo bastante habitual y qué haces hasta entonces: comer lo menos recomendado.
En vista a las restricciones alimentarias que te esperan es probable que estés muy tentada a darte atracones en los días previos. Esto no es recomendable por dos motivos: de salud, puede sentarte mal y crearte una ansiedad mayor cuanto inicies el régimen, y de peso. Puede que empieces a engordar antes siquiera de empezar la dieta, con lo que eso serán más kilos a bajar luego.
Si decides ponerte a dieta hazlo, no lo planifiques con semanas de antelación porque el tiempo que pase hasta entonces puede ir en tu contra.
3. Por un día no pasa nada
Tienes una comida familiar y te has puesto hasta arriba de patatas fritas, salsas y postres variados y decides que un día es un día y que vas a seguir con una sesión de chuches a la hora de la merienda y viaje a la hamburguesería para cenar. De acuerdo que por saltarte de vez en cuando la dieta no pasa nada, de hecho es recomendable darse un capricho de vez en cuando. Pero uno, no siete en el mismo día.
Si te has pasado en la comida intenta hacer una cena más equilibrada, da un paseo por la tarde para mantenerte activa... Que hayas hecho una comida mal no quiere decir que tengas que hacer el resto. Porque en un día como el que describimos puedes echar por tierra el buen trabajo hecho durante el resto de la semana.
4. No se puede echar de todo a una ensalada
¿Qué hay más sano que las verduras cuando uno quiere adelgazar? Cierto que son buenas y te ayudan a adelgazar, pero no invalidan las calorías del resto de ingredientes con los que las acompañas. Una de las maneras más fáciles de engordar cuando se está a dieta es por no saber hacer una ensalada correctamente.
Las salsas comerciales y productos como el bacon, los rebozados o el pan frito no ayudan lo más mínimo a adelgazar. No creas que por comerte una ensalada de las que sirven en establecimientos de fast food estás haciéndolo bien. De hecho, puede que tengan más calorías que una hamburguesa con patatas, tenlo en cuenta.
5. Cómo se cocina
Tan importante son los alimentos que se consumen cuando se está a dieta como la forma en que se cocinen. No es lo mismo cocer que hacer a la plancha que pasarlo por el horno o freírlo. Puede parecer un tema baladí, pero son calorías de más que estás aportando y si se repite muchas veces puede acabar por hacerte engordar.
Lo mismo ocurre con la forma de preparar los alimentos. Los rebozados están prohibidos en un régimen, así como añadir salsas (salvo que sean caseras y sólo usen vegetales) a un plato.
6. El alcohol no cuenta
A la hora de ponerse a régimen se le suele dar importancia a qué se puede comer y qué no. Poca gente se fija en que hay un apartado relativo a las bebidas en que se descartan los refrescos azucarados y el alcohol. Aportan unas calorías que el cuerpo no quema, por lo que no son necesarias, no aportan nada, sólo te hacen engordar.
Si quieres tomar algo de alcohol ten en cuenta que los combinados son la peor opción, mucho mejor el vino o la cerveza, sobre todo si los mezclas con gaseosa, de modo que consumes muy poco alcohol. Para eliminarlo lo mejor es tomar agua después de haberlo bebido.
7.Aguantar las ganas de comer algo
Seguir una dieta, sobre todo cuando se prolonga en el tiempo, puede hacerse muy duro. Es normal que de vez en cuando te apetezca comerte un helado o un potaje de tu abuela. Si consigues mantenerte firme en tu decisión de no hacerlo es estupendo, pero si no lo haces y no dejas de darle vueltas puede que acabes entrando en un bucle de ansiedad. El resultado suele ser que acabarás por comer eso que no querías y lo harás con ansiedad, lo que suele significar más cantidad.
De ese modo vas a engordar, sobre todo si consideras que ya puestos puedes darte más de un homenaje. Si te apetece algo mucho pruébalo, permítete un capricho de vez en cuanto, pero no esperes a estar ansioso. Con pequeñas recompensas por hacer un buen trabajo también avanzas hacia tu objetivo.