Cuando una mujer se queda embarazada le da miedo que su bebé pueda tener espina bífida. Es más, hay pruebas para detectar esta anomalía. La espina bífida es una de las anomalías congénitas más comunes e incapacitante para siempre de todo el mundo. La espina bífida se conoce como una columna vertebral dividida. Cada día nacen bebés con espina bífida en todo el mundo.
Tipos de espina bífida
La condición es un defecto en las vértebras de la columna vertebral. Éstas no se forman correctamente alrededor de la médula espinal del bebé. El grado de espina bífida puede variar de leve a severo. En los casos más leves no es necesario ningún tratamiento, en casos musa severos hay un daño en el sistema nervioso significativo y la calidad de vida de la persona que lo padece, se resiente considerablemente.
Para entender la gravedad de la espina bífida en cada caso, es necesario saber cuántos tipos de espín bífida existen. En la actualidad existen 3 tipos:
Causas y factores de riesgo
De momento no se sabe qué es lo que causa la espina bífida, se piensa que pueden ser factores genéticos y también ambientales, peor no se sabe al 100% la causa que lo origina. Es una condición bastante impredecible y el azar puede tener mucho que ver.
El 95% de los bebés que nacen con espina bífida no tienen antecedentes familiares. Pero si una madre tiene un hijo con espín bífida, aumenta el riesgo de que vuelva a ocurrir en un embarazo posterior. Es decir, que podría tener más de un hijo con espina bífida.
Diagnóstico y tratamiento
Existe una prueba de detección de sangre llamada prueba de alfafetoproteína. Se realiza con la sangre de la madre embarazada cuando está entre la 15 y la 17 semanas de embarazo. Si los resultados son anormales, se realiza una ecografía detallada que puede mostrar la presencia de espina bífida. Se puede realizar una amniocentesis (muestreo del líquido amniótico en el útero) para volver a verificar el nivel de alfafetoproteína.
No existe ningún tipo de cura para la espina bífida. La abertura en la columna vertebral puede cerrarse quirúrgicamente antes o después del nacimiento para reducir los efectos en el cuerpo. Lo que realmente se necesita es un tratamiento continuado para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada. Los síntomas más comunes que se tratan es la dificultad para ponerse erguido, caminar u orinar. Hay personas que podrán caminar con el tiempo gracias al apoyo de muletas o aparatos ortopédicos para las piernas. Otros pueden necesitar una silla de ruedas para moverse durante toda su vida.
Los niños y adultos que padecen mielomeningocele de la espina bífida quística tendrán muchas complicaciones médicas y necesitarán atención y seguimiento médico más estricto y continuado. Los avances médicos demuestran que la espina bífida ya no debe ser un gran impedimento para la vida. El 90% de los bebés que nacen con ella sobreviven hasta la edad adulta y el 75% pueden practicar deportes u otras actividades físicas. Gracias a los avances médicos la calidad de vida de las personas afectadas con espina bífida a mejorado mucho en comparación décadas pasadas.