No es un secreto que la dieta y el ejercicio son imprescindibles para perder peso... Pero si no cambias tu mente, no conseguirás a largo plazo nada porque no habrás integrado realmente nuevos hábitos saludables. Tu mente tiene mucho poder sobre ti, ¡más de lo que te imaginas! Y si lo haces bien, será el que te ayude realmente a mejorar tu salud y perder peso.
¡No te desanimes!
No te permitas desanimarte... ¡debes ser más paciente contigo mismo! Quizá la primera semana de tu plan de perder peso lo consigas, y en la segunda también... ¡pero quizá en la tercera no tengas tan buenos resultados! No te desesperes, porque es algo normal. Estás comiendo comidas saludables, has eliminado los postres y haces ejercicio a diario. Llega el final de la semana y la báscula muestra una caída de medio kilo. La misma historia la semana siguiente... y en la otra vuelta a no bajar nada.
No escuches esa vocecita que te dice que es inútil. Dile a esa voz que se calle porque no la vas a escuchar. Una de las mejores cosas que puedes hacer para perder peso a largo plazo es estar satisfecho con tu ritmo y no dejar que nada te saque del camino. Si te apegas a una dieta inteligente y un plan de ejercicios, tendrás éxito, ¡SEGURO!
Sé responsable
Habla con tu familia, amigos y compañeros de trabajo sobre tus objetivos de perder peso y pídeles que te ayuden. Puedes también meterte en grupos de apoyo para perder peso y tener una vida saludable en las redes sociales.
Esto hará que te sientas responsable ante otras personas que no solo seas tú mismo. Así, al recibir apoyo de otros, podrás sentirte más motivado/a y continuar por el buen camino.
Olvídate un poco de la báscula
Aunque es un símbolo de la dieta, la báscula puede ser tu peor enemigo si le das demasiado poder. Las fluctuaciones diarias son comunes y, a menudo, tienen poco que ver con la pérdida de peso real. Pesarte en cada mañana puede ser un juego mental real, que afecta a tu actitud y las elecciones de alimentos durante todo el día.
En su lugar de esto, pésate una vez a la semana. Hazlo a la misma hora del día cada vez y con ropa similar (¡o sin ropa!). Recuerda, los números en la báscula no cuentan toda la historia de tu pérdida de peso. Es totalmente posible que tu cuerpo se esté volviendo más fuerte o perdiendo centímetros, incluso si no estás perdiendo peso cada semana. Presta atención a cómo te queda la ropa, a tu apariencia general y, por supuesto, a cómo te sientes... ¡porque esto último es lo más importante!
Si ves que pasan las semanas y no bajas nada de peso, entonces tendrás que evitar cometer errores que puede hacer que no estés perdiendo peso.
Establecer metas pequeñas
Si estás tratando de perder peso, probablemente tengas un objetivo final en mente. Es genial tener un objetivo, pero también es importante establecer metas pequeñas y manejables a lo largo del proceso. Si tu objetivo es perder 20 kilos para el final del año, primero tendrás que centrarte en perder 3 kilos para el próximo mes. Si quieres tener una talla más pequeña, comienza con bajar una talla. Si tu objetivo es renunciar a tu hábito de tomar refrescos, comienza recortando a un refresco diario. Establecer metas más pequeñas te ayudará a reconocer tu progreso y mantenerte motivado, ¡y tendrás éxito en tu objetivo final!
¡Recompénsate porque te lo mereces!
Se trata de refuerzo positivo, ¡y no solo funciona con los niños! Cada vez que logres uno de esos pequeños objetivos, date una pequeña recompensa. ¡Pero no derrotes el propósito celebrando con media pizza y un helado de chocolate! Quédate con recompensas no basadas en alimentos... Consiéntete con un nuevo par de pantalones una vez que alcances ese tamaño más pequeño. O recompénsese con un día de spa en casa... ¿Qué te parece recompensarte con una botella de agua recargable súper linda? Es práctico y una manera fácil de aumentar tu consumo de agua.