Una leyenda dice que el pelo de la reina María Antonieta se volvió blanco la noche antes de ser guillotinada. Se entiende que el estrés de la decapitación inminente causó que sus mechones de pelo perdieran su color en cuestión de horas. Los científicos están de acuerdo en que es extremadamente improbable que esto sucediera realmente, pero sí coinciden en que el estrés puede desempeñar un papel importante en un proceso de envejecimiento más gradual.
No obstante, el de María Antonieta no es el único caso conocido sobre un rápido blanqueamiento del cabello. De hecho, en 1902, el British Medical Journal informó de un caso histórico particular. Cuenta que una joven de 22 años presenció el degollamiento de una mujer, y además, la víctima cayó muerta a sus pies. Al parecer, este acontecimiento traumático hizo que al día siguiente la muchacha amaneciera con el lado derecho de su vello púbico de color blanco, mientras que el lado izquierdo permaneció negro.
Pero no es solo la violencia aleatoria la que hace que el pigmento de las personas desaparezca. El estrés ocasionado por los exámenes universitarios, los hijos o la presión laboral también parecen ser causas de que nuestro color de pelo cambie. Durante siglos estos casos repentinos de blanqueamiento del cabello se han considerado una rareza sin explicación, dejándolos como meras anécdotas en los diarios médicos.
Los normal es que las primeras canas aparezcan alrededor de los 30 años en hombres, y a los 35 años en las mujeres, pero el envejecimiento del cabello puede comenzar en cualquier momento, desde la adolescencia hasta los 50 años. Depende de cada persona en realidad. Pero esta evolución natural puede verse afectada ante situaciones de gran carga estresante.
El estudio definitivo
Un estudio reciente publicado en la revista Nature el 22 de enero de 2020, realizado por diversos especialistas de las universidades de Harvard y Sao Paulo han conseguido relacionar científicamente el estrés con la pérdida de pigmentación del cabello mediante el estudio de las células madre. Esta pérdida de pigmentación se debe a daños permanentes causados en estas células madre regeneradoras del pigmento en los folículos capilares.
Hace ya bastante tiempo que los científicos han entendido que el pelo canoso es el resultado del proceso natural de envejecimiento, de ciertos trastornos de la pigmentación o de los folículos, y del estrés. Pero hasta este momento no sabíamos qué papel juega exactamente el estrés. Hasta este estudio tan solo se sospechaba que el estrés aceleraba de alguna manera el proceso de envejecimiento o que desencadenaba algún tipo de respuesta autoinmune.
Con este estudio publicado en la revista Nature se ha evidenciado que la actividad neuronal inducida por el estrés agudo puede conducir a una pérdida rápida y permanente de células madre somáticas, y también ilustra un ejemplo en el que el mantenimiento de las células madre somáticas está directamente influenciado por el estado fisiológico general del organismo.
¿En qué consistió el estudio?
Esta relación entre las canas y el estrés la establecieron estudiando la respuesta de tres ratones de laboratorio. Pusieron a estos ratones bajo tres tipos diferentes de estrés: el impedimento físico, el dolor físico y la angustia psicológica. Cada factor estresante hizo que los ratones desarrollaran canas.
Pensando que esta reacción era causada por las glándulas suprarrenales, volvieron a realizar este experimento con ratones que tenían estas glándulas extirpadas, pero siguieron desarrollando canas. Continuaron con otros procesos hormonales inhibidos hasta que finalmente discernieron que una respuesta nerviosa simpática estaba causando la sobrecarga de células madre responsable de las canas. Una vez bloquearon esta respuesta, los ratones dejaron de desarrollar canas ante una situación estresante.
El sistema nervioso simpático es el responsable de la respuesta de lucha o huída del cuerpo. Los nervios simpáticos se ramifican en cada folículo piloto de la piel. Los investigadores descubrieron que el estrés hace que estos nervios liberen un químico llamado norepinefrina, que es absorbido por las células madre regeneradoras de pigmento.
El estrés agudo como respuesta de lucha o huída se ha considerado tradicionalmente como algo beneficioso para la supervivencia de un animal o individuo. Pero en este caso, el estrés agudo causa el agotamiento permanente de las células madre. Las células madre que regeneran el pigmento se pierden irreversiblemente.
Nuevos caminos para la ciencia
Para conectar el estrés con el envejecimiento del cabello, los investigadores comenzaron observando la respuesta de todo el cuerpo y progresivamente se centraron en sistemas de órganos concretos, en la interacción de las células y, finalmente, en la dinámica molecular. Pasar del conjunto del cuerpo al detalle más mínimo fue un proceso largo e interdisciplinar.
Con este estudio se ha constatado que las neuronas pueden controlar las células madre y su función, y se puede explicar cómo interactúan a nivel celular y molecular para vincular el estrés con el envejecimiento del cabello. A raíz de esto, se han sentado las bases para comprender cómo afecta el estrés a otros tejidos y órganos del cuerpo.
Comprender cómo cambia nuestro cuerpo ante el estrés es el primer paso hacia un tratamiento final que detenga o revierta los efectos negativos del estrés, conocido como la enfermedad del siglo XXI.