Es normal que con todas las responsabilidades diarias tengas cambios de humor constantes. Tu percepción de la vida es muy importante en la formación de tu estado de ánimo. Una mentalidad positiva te ayudará a cernirte mejor y que te sucedan cosas buenas. Al ser perceptivo de tu propio estado mental y cambiar tu forma de pensar a una mentalidad más positiva, puedes hacer que los cambios de humor sean una cosa del pasado.
Se trata de cómo piensas
Puede parecer normal sentirse bien cuando te sucede algo bueno, como alguien que le hace un cumplido, o sentirte mal cuando suceden cosas no tan importantes, como alguien que te critica, pero esa es una forma de pensar de "mentalidad fija". En lugar de dejar que el entorno controle tu estado de ánimo actual, puedes armonizar tu estado de ánimo y mente para trabajar juntos, de modo que puedas sentirse bien con respecto a tus circunstancias, incluso si las cosas en tu alrededor no son como las planificaste.
Si alguien te hace un cumplido, ¿debes sentirte automáticamente halagado? Y si alguien te critica, ¿tienes que sentirte insultado? No permitas que los comentarios de otras personas afecten a tu estado de animo. Tu disfrute tampoco tiene que estar determinado por las circunstancias de tu alrededor.
Es probable que hayas estado condicionado a creer que lo que sucede a tu alrededor es responsable de cómo te sientes. Cuando las cosas salen bien y la vida sigue su camino, te sientes bien; estas de buen humor Pero cuando te encuentras con personas poco cooperativas o con problemas persistentes, consideras estas circunstancias como razones justificadas para sentirte mal.
Hay otra posibilidad, mucho más poderosa, y, si quieres convertirte en el creador intencional y magistral de tu experiencia de vida, es vital que aceptes esto. Puedes cambiar tu estado de ánimo para disfrutar de la vida y controlarte, incluso cuando las cosas que te rodean no son tan buenas como deberían ser. Todo comienza en ti. Los eventos de tu vida no tienen el poder de afectar tu felicidad. Sólo tu interpretación de esos eventos tienen ese poder.
Tu estado mental determina cuánto o cuán poco puedes disfrutar de la vida.
Aquí hay tres maneras en que puede cambiar tu percepción para que tu mentalidad controle tu estado de ánimo; no tus circunstancias. No pierdas detalle:
Los pensamientos que piensas dan lugar a cómo te sientes. Los pensamientos positivos, edificantes y ansiosos generan sentimientos positivos, edificantes y ansiosos. Considera la diferencia entre el pensamiento: "Esto va a ser imposible" y el pensamiento: "Siempre parece que encuentro un camino". El primero hace que tus emociones caigan en picado, mientras que el segundo evoca un sentimiento más ligero y esperanzador. Al cambiar el condicionamiento por el que se está sometiendo, puede cambiar la forma en que percibes una situación determinada y, por lo tanto, tu respuesta (o estado de ánimo) a ella.
Las emociones que sientes en un momento dado dan lugar a tu estado de ánimo. Esto significa que tus estados de ánimo pueden volverse crónicos fácilmente. Es muy probable que asocies un estado de ánimo particular con ciertas personas, lugares o cosas.
Tu estado de ánimo tiene un efecto profundo en tu percepción. Tu estado de ánimo es el compuesto de los pensamientos y sentimientos que estás experimentando en un momento dado. Imagina, por ejemplo, que llegas tarde y permitiste que esa condición produzca en ti un sentimiento de frustración y agobio. ¿Alguna vez has estado en ese estado mental y has tratado de encontrar algo que has perdido, solo para descubrir que estaba justo frente a ti? Tu mal humor coloreó tu percepción, pareciendo hacer que el objeto sea invisible para ti en ese momento. Tu estado de ánimo puede oscurecer las cosas que están a la vista, y también puede hacer que perciba cosas que ni siquiera están allí.