Una uña encarnada puede impedir que realices tus actividades diarias con normalidad. Además de ser muy antiestético, es una afección muy dolorosa que en muchas ocasiones requiere de un tratamiento aún más doloroso. Por ello, la prevención es fundamental en este caso. Te enseñamos a cuidar tus pies y tus uñas para que no tengas que sufrir las consecuencias de las uñas encarnadas.
Uñas encarnadas: síntomas y causas
Esta molestia afecta a muchísimas personas cada día y es una de las causas más frecuentes de visita al podólogo. Las uñas encarnadas suelen producirse en el dedo gordo del pie, esto ocurre cuando la uña se adentra por los bordes hacia la carne, la parte más blanda del dedo. La uña va creciendo hacia adentro y los picos se va clavando en la carne, produciendo dolor, inflamación, enrojecimiento y en muchos casos, infección.
Podrás advertir fácilmente que tienes una uña encarnada y lo más recomendable si esto ocurre, es que acudas al especialista lo más pronto posible. Puedes tratar la uña encarnada en casa, pero solo si se encuentra en el comienzo de la dolencia. Si tienes infección, es preferible que te pongas en manos de un podólogo para que te trate de forma correcta. Aunque parece un problema más bien estético, una uña encarnada es realmente dolorosa, especialmente si ha producido infección.
A menudo, las uñas encarnadas se producen como consecuencia de no cuidar debidamente las uñas de los pies. Esto es algo que le ocurre a muchas personas, ya que por lo general, los pies son los grandes olvidados de la anatomía humana, a pesar de ser una pieza fundamental en la funcionalidad y habilidad del cuerpo del ser humano.
Las causas generales son :
- El calzado : Si utilizas zapatos con la puntera muy estrecha, los dedos de los pies pasarán largas horas demasiado juntos y apretados. Las uñas de los pies crecerán de forma incorrecta y con mayor facilidad se encarnarán. El tipo de calzado que utilices, también puede producirte otras dolencias como juanetes, callos, entre otros.
- Cortar las uñas de forma incorrecta : Si tiendes a cortarte las uñas de los pies en exceso, lo más probable es que crezcan de forma incorrecta y terminen por encarnarse. Debes cortar las uñas con forma cuadrada, para evitar que se claven en la piel al crecer, para ello lo más aconsejable es que utilices un cortauñas.
- La forma de las uñas: Las uñas pueden crecer demasiado curvas de manera natural o como consecuencia de cortarlas mal durante años. En este caso, es aconsejable que acudas a profesionales para que te mantengan las uñas bien cortadas y cuidadas siempre.
Estos son los rasgos generales de las uñas encarnadas :
- Enrojecimiento : Podrás observar como la piel alrededor de la uña aparece enrojecida, generalmente ocurre en los dedos gordos del pie aunque podría pasarte en cualquier otro dedo.
- Inflamación : Al crecer los picos de las uñas hacia dentro, se produce una inflamación como respuesta del sistema inmunitario.
- Molestias al andar : Aunque a simple vista no parezca nada grave, la uña encarnada puede producirte dolor al andar, incluso puedes tener problemas para ponerte el calzado sin sentir presión y dolor en el dedo.
- Infección : A menudo las uñas encarnadas se infectan, podrás saber si esto te ocurre tan solo con tocarte la uña ligeramente, ya que supurará enseguida. Si esto ocurre, utiliza una gasa limpia y suero fisiológico para retirar la pus.
Si tienes una uña encarnada, acude a tu médico rápidamente para poner en marcha el protocolo de actuación. Lo normal es que te derive al podólogo y esto puede tardar algunos días, lo que aumentaría la infección, el dolor y la dificultad para caminar. Quizá te hagan una cura en la enfermería, pero no estarás bien hasta que te vea un podólogo. Por ello, si puedes no dejes de acudir a la consulta de un especialista que podrá mejorar la situación de una forma mucho más rápida.
Posibles complicaciones de las uñas encarnadas
Si no tratas a tiempo o de forma correcta las uñas encarnadas, podrías sufrir diferentes complicaciones. Entre ellas, si tienes una infección y no la detectas a tiempo, podría extenderse y llegar a afectar al hueso del dedo produciendo una grave infección en toda la zona.
Incluso, es posible que padezcas alguna otra patología que agrave la situación de las uñas encarnadas en los pies. Las personas que padecen de diabetes, suelen tener problemas en los pies con frecuencia. Una infección por una uña encarnada podría producir un grave problema en este caso, ya que podría interferir en el flujo sanguíneo y afectar gravemente a los nervios que se encuentran en los dedos de los pies.
Pero además, las uñas encarnadas son realmente dolorosas y te impedirán colocarte cualquier calzado que uses a diario. Tendrás problemas para andar ya que el dolor es realmente importante, cualquier roce te molestará, el calcetín, el resto de los dedos del pie etc.
Por ello, es importante que tomes medidas preventivas y así podrás evitar sufrir esta antiestética y dolorosa afección de las uñas de los pies. Estos son los pasos que debes seguir e introducir en tu rutina de higiene personal:
- Cuida tus uñas : No se trata tan solo de cortarlas adecuadamente, también debes mantener las uñas limpias para evitar otras afecciones como hongos o las uñas encarnadas. Cada día, lávate los pies al llegar a casa y asegúrate de secarlos correctamente. Puedes aplicar una crema relajante, después de todo el día en marcha tus pies lo agradecerán.
- No cortes demasiado las uñas de los pies : Este es uno de los errores más frecuentes, puedes pensar que cortar mucho las uñas de los pies es sinónimo de higiene, pero en realidad puede producirte más mal que bien. Si cortas las uñas en exceso, la presión con los otros dedos al llevar los zapatos puede provocar que las uñas crezcan hacia dentro, clavándose en la piel y en la carne.
- Utiliza un calzado apropiado : Es muy importante que en cada caso utilices el calzado más apropiado, evita los que tengan la puntera demasiado estrecha, los tacones demasiado altos para el día a día e incluso los que tienen la suela plana. Lo recomendable es usar zapatos que tengan un poco de tacón, cuadrado preferiblemente y que no produzcan presión ni en la puntera ni en el empeine.