Las pruebas médicas o los exámenes clínicos siempre suelen generar dudas, la mayoría de las veces no entendemos con exactitud de qué se tratan, bien por los términos específicos utilizados o porque sencillamente su carácter complejo nos impide saber en términos generales qué es lo que realmente nos van a realizar.
Las primeras incógnitas que nos surgen cuando nos informan de la ejecución de una prueba médica es si va a ser doloroso o cuánto tiempo requiere la intervención. Hoy queremos arrojar un poco de luz a una de las pruebas de urología más realizadas; la flujometría. Un examen sencillo e inocuo que puede dar mucha información sobre el estado del paciente respecto a problemas del ámbito de la urología.
¿Qué es y para qué sirve la flujometría?
La flujometría es una prueba muy habitual en la consulta urológica, es una prueba inocua, es decir, indolora y por tanto el paciente no sufrirá durante el proceso de la misma, es simplemente orinar en un inodoro especial. Es un examen clínico de máxima importancia, pues a través de él se va a conocer si el paciente presenta alguna afección durante la micción, como, por ejemplo, micción entrecortada, goteo, sensación del vaciado incompleto...entre otras.
El procedimiento es bastante simple; el paciente deberá tener la vejiga llena, para ello se mandará beber varios litros de agua o algún suero, para posteriormente miccionar en un orinal o inodoro especial, en total intimidad y tranquilidad, sin prisas. A través de estos recipientes se va a poder medir el nivel de flujo en la orina, lo que resultará fundamental para la información que se recabará a posteriori.
Tras la primera parte en la que el paciente ha miccionado, se procederá a través de un sistema informático a analizar los niveles de flujo y volumen de orina a través de una curva de flujo-tiempo en la que se calcula el flujo máximo -valor máximo alcanzado por el flujo urinario durante la micción- o volumen miccional -cantidad de orina eliminada durante la micción- del paciente. Además, gracias a la flujometría, se puede conocer el tiempo de micción - tiempo transcurrido entre que el paciente inicia la micción y la finaliza- y el tiempo de flujo, que coincide con el tiempo de micción siempre y cuando el paciente no corte la orina, como resultado de estos parámetros se llega a conocer el flujo medio, dividendo el volumen miccional por el tiempo de flujo.
En algunas clínicas también puedes conocer con este análisis el nivel de obstrucción en la orina. En cuanto a la gráfica dada por el análisis de flujo-tiempo; podemos encontrar varios patrones que nos ayudarán a esclarecer la información. Por un lado, si el paciente presenta un flujo bajo es posible que presente una obstrucción al paso de la orina. Por otro lado, si además de baja, la curvatura es aplanada, esto podría indicar el origen de la anomalía, por ejemplo padecer estenosis de uretra - obstrucción de la micción debido a diversas afecciones-.
Sin embargo, es importante analizar estos parámetros según edad y sexo del paciente, puesto que los hombres en su etapa adulta tienden a disminuir el flujo miccional, en cambio, las mujeres a pesar de presentar más pérdidas de orina, no varían tanto en los valores de flujo-tiempo.
Se recomienda que el paciente orine unas dos o tres horas antes de la cita con el urólogo. Lo importante de esta prueba es conocer cómo orina el paciente habitualmente. La prueba no sería válida si no hay demasiada cantidad de orina - menos de 150 ml se tendría que realizar de nuevo- o si la vejiga está completamente llena o ejerce presión con el abdomen para conseguir un chorro continuado o más fuerte, ni si el paciente orina cuando ya "no puede más" porque alteraría los resultados.
¿A qué pacientes se les practica la flujometría?
Es una prueba que puede ser realizada a cualquier paciente, hombre o mujer de cualquier edad, que presente una anomalía del ámbito de la urología, referido especialmente a problemas de micción. Es un examen que tal y como indicábamos anteriormente, se realiza para conocer y evaluar el funcionamiento de las vías urinarias.
Normalmente los pacientes que se someten a una flujometría, suelen referir lentitud en la micción o flujo entrecortado, problemas que se acrecientan con la edad.
Al ser una prueba que no requiere más allá que la orina del paciente, no se necesita anestesia ni de la ingesta previa de medicamentos. Tiene una duración aproximada de 15-20 minutos y se realiza en la consulta de urología, bajo supervisión de un profesional. Al ser de las pruebas médicas más habituales, se realiza también para descartar otros problemas urinarios, es usual que tras una intervención en la que las vías urinarias se vean afectadas que el paciente se someta después a una flujometría.