El sexo anal es una práctica sexual muy común en las relaciones de pareja pero considerada como un tema tabú por muchas personas, incluidos algunos de los que la practican. Tanto si se lleva a cabo en un momento esporádico como no, el sexo anal trae consigo la certeza de vivir una experiencia de lo más excitante con tu compañero de juegos.
Esta práctica sexual es totalmente apta para mujeres y hombres, ya sean estos homosexuales o heterosexuales. Liberándose uno de los posibles prejuicios que puedan surgir al pensar siquiera en el tema, es muy importante encontrarse cómodo cuando la decisión ha sido probar el sexo anal. Además, la complicidad que se tenga con la pareja juega un papel muy importante así que las dos personas que se incluyan en el juego han de estar completamente de acuerdo con la práctica y con los preliminares necesarios para llevarla a cabo.
Puesto que el orificio anal no está preparado para el sexo, es muy importante estimular la zona y también tener especial cuidado con ella para evitar lesiones o daños. A continuación, Bekia te explica detalladamente cuáles son las precauciones que has de tener en cuenta si has decidido practicar el sexo anal y también te ofrece detalles de cómo hacer de esta una experiencia más que placentera.
Huye de las sorpresas desagradables
Si aunque has decidido llevar a cabo esta práctica sexual con tu pareja, te posicionas en contra de la coprofagia, entonces lo más aconsejable es que te asegures de que tú o tu compañero llevéis a cabo una limpieza anal con el fin de evitar sufrir experiencias desagradables. Mantener la higiene rectal es fundamental y no solo porque así huirás de encontrarte en una situación poco excitante sino porque también evitarás enfermedades infecciosas.
Estimula y lubrica la zona
Algo que juega un papel muy importante en la práctica del sexo anal es la lubricación y la dilatación de la zona. Si este paso se salta, se corre el riesgo de sufrir una fisura o un desgarro anal que provocará un dolor que persistirá a lo largo de varios días e incluso semanas. Queriendo evitar esto e igual que como puede suceder con el sexo vaginal, la zona a penetrar debe de estar lubricada (artificialmente) y dilatada.
Para conseguir que la penetración sea placentera y no resulte dolorosa, lo ideal es ayudarse de lubricantes comprados en tiendas especializadas o bien naturales. En caso de optar por un lubricante natural, es importante cerciorarse de que ninguno de los participantes presente alergias a alguno de sus ingredientes. Por otro lado, y una vez lubricado bien el ano, estimularlo con los dedos, la lengua o algún juguete sexual será lo más acertado. De esta forma y uniendo estas dos indicaciones, la penetración irá como la seda.
Usa siempre protección
En el caso de que te guste llevar a cabo esta práctica sexual con gente desconocida y aunque sepas que no puedes quedarte embarazada si eres mujer y la practicas, has de saber que con el sexo anal también puedes contagiarte de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Tanto si eres hombre o mujer, la protección es indispensable y con ella lograrás que la práctica sexual anal resulte segura tanto para ti como para tu compañero.
Puesto que el preservativo, en este caso, es el único método de protección contra las enfermedades de transmisión sexual, lo ideal sería que si se va a llevar a cabo una penetración fálica, la persona en cuestión se lo pusiese. Si por el contrario, lo que vais a usar van a ser juguetes sexuales y aunque sepáis que con ellos es imposible contagiarse de ninguna ETS, lo cierto es que aún así se recomienda el uso del preservativo ya que así protegeremos el ano de suciedad o bacterias.
Relajación y cuidado
Otro aspecto fundamental a la hora de empezar a penetrar analmente o a ser penetrado, es que ambas personas estén relajadas. La relajación juega un papel muy importante ya que si uno se encuentra nervioso antes de ser penetrado o durante, el reflejo natural del cuerpo será el de tensar los músculos, incluidos los músculos del ano. Es por ello que la relajación es fundamental y para conseguirla será de vital ayuda la de empezar la práctica con suavidad.
Antes de penetrar analmente a tu pareja, has de saber que el sexo anal no funciona igual que el vaginal. La vagina es un músculo que está preparado por naturaleza para la penetración mientras que el ano no. Lo recomendable es que en el sexo anal, quien penetre a la otra persona lo tendrá que hacer con mucho cuidado y sin movimientos bruscos. Un ritmo lento resultará más placentero y evitará que quien está siendo penetrado sufra de molestias o dolor.
¿Qué hacer si algo ha ido mal?
A veces puede ocurrir que aunque hayas tomado todas las precauciones e indicaciones posibles, haya sucedido un percance. Si esto es así, no te preocupes, respira y analiza la situación. En el caso de que el enema no haya cumplido al 100% con su función, lo ideal es parar la penetración y apresurarse en limpiarse. Los residuos fecales pueden provocar infecciones muy graves así que nada más te des cuenta de que algo va mal, no sigas y límpiate. Una vez hecho esto e higienizado de nuevo la zona, podrás volver a la acción.
Si el percance ocurrido ha provocado algún daño o lesión, detente y cesa la actividad sexual. Puede que la penetración sea lo que te ha causado el dolor así que este tendría que remitir cuando esta cesara pero, si por el contrario sigues sintiendo dolor, acude a tu centro de salud más cercano y exponle a tu médico la situación.