La mayoría de las fracturas son causadas por una caída grave o un accidente automovilístico. Los huesos sanos son extremadamente duros y resistentes y pueden soportar impactos sorprendentemente potentes. A medida que las personas envejecen, dos factores aumentan el riesgo de fracturas: huesos más débiles y un mayor riesgo de caídas. Los niños, que tienden a tener estilos de vida más activos físicamente que los adultos, también son propensos a las fracturas.
Las personas con enfermedades y afecciones subyacentes que pueden debilitar sus huesos tienen un mayor riesgo de fracturas. Los ejemplos incluyen osteoporosis, infección o un tumor (fracturas patológicas). Las fracturas por estrés, que resultan de tensiones y tensiones repetidas, comúnmente encontradas entre deportistas profesionales, también son causas comunes de fracturas.
Diagnostico y tratamiento
Un médico realizará un examen físico, identificará signos y síntomas y hará un diagnóstico. El paciente será entrevistado, o amigos, familiares y testigos si el paciente no puede comunicarse adecuadamente, y se le preguntará acerca de las circunstancias que causaron la lesión o pueden haberla causado. Los médicos a menudo ordenan una radiografía. En algunos casos, también se puede ordenar una resonancia magnética o tomografía computarizada.
La curación ósea es un proceso natural que, en la mayoría de los casos, ocurrirá automáticamente. El tratamiento de fracturas generalmente tiene como objetivo asegurar que haya la mejor función posible de la parte lesionada después de la curación. El tratamiento también se centra en proporcionar al hueso lesionado las mejores circunstancias para una curación óptima (inmovilización). Para que comience el proceso de curación natural, es necesario alinear los extremos del hueso roto, lo que se conoce como reducción de la fractura.
El paciente generalmente está dormido bajo anestesia general cuando se realiza la reducción de fracturas. La reducción de la fractura se puede realizar mediante manipulación, reducción cerrada (extracción de los fragmentos óseos) o cirugía.
Para la inmovilización de la fractura
Tan pronto como los huesos estén alineados, deben permanecer alineados mientras sanan. Esto puede incluir:
- Moldes de yeso o aparatos ortopédicos funcionales de plástico: mantienen el hueso en posición hasta que se haya curado.
- Placas y tornillos de metal: los procedimientos actuales pueden utilizar técnicas mínimamente invasivas.
- Clavos intramedulares: se colocan varillas metálicas internas en el centro de los huesos largos. Se pueden usar cables flexibles en niños.
- Fijadores externos: pueden estar hechos de metal o fibra de carbono. Tienen pasadores de acero que van directamente al hueso a través de la piel. Son un tipo de andamio fuera del cuerpo.
Por lo general, el área ósea fracturada se inmoviliza durante 2-8 semanas. La duración depende del hueso afectado y de si hay alguna complicación, como un problema de suministro de sangre o una infección.
La curación de la fractura
Si un hueso roto se alineó correctamente y se mantuvo inmóvil, el proceso de curación suele ser sencillo. Los osteoclastos (células óseas) absorben el hueso viejo y dañado, mientras que los osteoblastos (otras células óseas) se utilizan para crear hueso nuevo.
El callo es un hueso nuevo que se forma alrededor de una fractura. Se forma a ambos lados de la fractura y crece hacia cada extremo hasta que se llena el espacio de fractura. Eventualmente, el exceso de hueso se suaviza y el hueso está como estaba antes. La edad del paciente, el hueso afectado, el tipo de fractura y la salud general del paciente son factores que influyen en la rapidez con que se cura el hueso. Si el paciente fuma regularmente, el proceso de curación tomará más tiempo .
Recuperación
Después de que el hueso se haya curado, puede ser necesario restaurar la fuerza muscular y la movilidad en el área afectada con terapia física. Si la fractura ocurrió cerca o a través de una articulación, existe el riesgo de rigidez permanente o artritis ; es posible que el individuo no pueda doblar esa articulación tan bien como antes.
Si hubo daños en la piel y el tejido blando alrededor del hueso o la articulación afectados, es posible que se requiera cirugía plástica.