El glaucoma es una enfermedad ocular progresiva que ocasiona la pérdida de visión de manera gradual. Por lo general no produce síntomas, aunque en ocasiones la persona puede presentar visión borrosa, dolor de ojos y de cabeza, nauseas y vómitos e incluso pérdida repentina de visión.
Aunque existen distintos tipos de glaucoma, esencialmente consiste en un fallo del sistema de drenaje del ojo, que ocasiona una oclusión del mismo haciendo que el líquido intraocular no se drene correctamente. Su cúmulo causa un aumento de la presión en el interior del ojo que daña el nervio óptico, llevando a la pérdida de visión, total o parcial. Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. Afortunadamente, con exámenes oftalmológicos periódicos, la detección temprana y el tratamiento adecuado se pueden preservar la vista.
¿Qué es el glaucoma?
Es una enfermedad ocular degenerativa causada por el aumento de la presión dentro del ojo. El ojo humano contiene en su interior un líquido claro, llamado humor acuoso, que se renueva constantemente, pero si falla el sistema de drenaje, la presión intraocular aumenta y puede dañar el nervio óptico. A fin de entender el glaucoma, primero debemos entender la anatomía del ojo y cómo funciona.
Entre la cornea (parte anterior del ojo) y el iris (parte que da el color al ojo), existe un espacio lleno de un líquido transparente llamado fluido intraocular o humor acuoso, dicho líquido es fabricado por el cuerpo ciliar. El fluido sale del ojo por medio de la pupila para luego ser absorbido hacia el torrente sanguíneo a través del sistema de drenaje del ojo. Si tal drenaje se produce correctamente, la presión del ojo se mantiene en niveles normales. La producción, el flujo y el drenaje de este fluido es un proceso activo y continuo necesario para la salud del ojo.
La presión interna del ojo (presión intraocular) depende de la cantidad de fluido que se encuentre dentro de este espacio. Si el sistema de drenaje funciona adecuadamente, el fluido saldrá libremente. La presión intraocular puede variar a lo largo del día, pero por normal general se mantiene dentro de unos límites saludables. En el caso del glaucoma, el humor acuoso no fluye hacia fuera del ojo correctamente. Este líquido que no se drena, ocasiona una presión en el ojo y, con el tiempo, causa daños a las fibras del nervio óptico, nervio encargado del sentido de la vista. Afortunadamente, una detección temprana y su tratamiento, ya sea con gotas para los ojos, cirugía ocular o ambas, ayudan a preservar su visión.
El glaucoma suele presentarse en ambos ojos, sin embargo, lo normal es que la presión intraocular se empieza a acumular primero en uno de ellos solamente. El glaucoma no es contagioso, y no es frecuente que cause ceguera si se detecta a tiempo y se trata de la manera correcta.
¿A quién le afecta el glaucoma?
El glaucoma puede afectar a las personas de todas las edades, desde los bebés hasta los adultos mayores. Los investigadores aún no están seguros de por qué los canales de drenaje del ojo dejan de funcionar correctamente. No obstante, las personas con mayor riesgo de desarrollar glaucoma son: los mayores de 60 años, los familiares de personas con glaucoma, las personas de ascendencia africana, los diabéticos, las personas con miopía o hipermetropía, los que toman esteroides de manera prolongada y las personas con presión intraocular elevada, conocidos como hipertensos oculares.
La única forma de diagnosticar el glaucoma es realizando un examen completo del ojo. Se dilatará la pupila a través de unas gotas oftálmicas, y el oftalmólogo examinará el interior del ojo y el nervio óptico. Se puede hacer también una tonometría, que consiste en revisar la presión del ojo.
Tipos de glaucoma y cómo identificarlos:
Existen cuatro tipos principales de glaucoma:
- Glaucoma de ángulo abierto : es el tipo más común, y en él, el aumento de la presión en el ojo se produce lentamente. Por lo general, este tipo de glaucoma no presenta síntomas en sus primeras etapas y la visión se mantiene normal. Hay además una pérdida lenta de la visión lateral o periférica, también llamada visión de túnel. A medida que el daño sobre el nervio óptico es mayor, comienzan a aparecer unas manchas negras en el campo de visión. Estas manchas no se notan hasta que son grandes, y entonces ya hay un daño significativo en el nervio óptico. Se desconoce la causa exacta de su aparición, pero tiene un marcado carácter hereditario.
- Glaucoma de ángulo cerrado o estrecho : este glaucoma aparece cuando el drenaje del líquido acuoso se bloquea súbitamente y no puede salir del ojo. Esto provoca una elevación rápida e intensa en la presión dentro del ojo. A diferencia del glaucoma de ángulo abierto, la presión intraocular sube muy rápido. Si el ángulo de drenaje se bloquea totalmente, la presión del ojo aumenta rápidamente produciendo dolor severo en los ojos o la frente, disminución de la visión o visión borrosa, enrojecimiento del ojo, visión de arco iris o halos, cefalea, nauseas y/o vómitos, entre otros.
Es la forma menos común de glaucoma, pero es una situación de emergencia y debe ser tratado inmediatamente. El problema es que las personas que lo desarrollan a menudo tienen pocos o ningún síntoma antes de que se produzca. Tienen mayor riesgo las personas con hipermetropía.
- Glaucoma congénito : es un tipo raro de glaucoma que se desarrolla en bebés y niños pequeños. Puede ser hereditario, y ocurre cuando el sistema de drenaje del ojo no se desarrolla completa o correctamente antes del nacimiento. Los síntomas se notan ,en general, cuando el niño aún tiene unos pocos meses de vida. Aparece: opacidad en la parte frontal del ojo, agrandamiento de uno o ambos ojos, sensibilidad a la luz, enrojecimiento, y lagrimeo.
- Glaucoma secundario : este glaucoma es siempre consecuencia de otra enfermedad del ojo, como puede ser una lesión, haber tenido una terapia con esteroides a largo plazo, o un tumor. Otras causas de glaucoma secundario incluyen: inflamación de los ojos, formación de vasos sanguíneos anormales debido a una diabetes, enfermedades oculares como la uveítis, una dispersión de la pigmentación del iris, entre otras. Tanto el glaucoma de ángulo abierto como de ángulo cerrado pueden ser secundarios cuando son causados por algo conocido. Los síntomas se relacionan con el problema subyacente que causa el glaucoma. Dependiendo de la causa, los síntomas pueden ser como los del glaucoma de ángulo abierto o de ángulo cerrado.
¿Cómo se trata el glaucoma?
El objetivo siempre es reducir la presión ocular, pero el tratamiento depende del tipo de glaucoma que se tenga. Así, los tratamientos que existen son:
- Glaucoma de ángulo abierto : el tratamiento de elección suele ser gotas oftálmicas que ayuden a reducir la presión en el ojo. Estos medicamentos reducen la presión del ojo de dos maneras: disminuyendo la producción de humor acuoso; o mejorando el flujo a través del ángulo de drenaje.
El colirio debe aplicarse todos los días.
Si las gotas solas no funcionan, se puede recurrir a la terapia con láser. Se emplea un láser indoloro para abrir los canales por donde sale el líquido, el procedimiento se conoce como trabeculoplastia. El láser no crea nuevos agujeros de drenaje, sino estimula el drenaje para que funcione más eficientemente. La mayoría de los pacientes continúan tomando medicamentos para el glaucoma después de la cirugía, pues para muchos no es una solución permanente.
Si las gotas y el tratamiento con láser no funcionan, puede que necesite cirugía, trabeculectomía. Si la trabeculectomía no se puede ser realizada, la cirugía de derivación acuosa es muy efectiva para reducir la presión ocular.
- Glaucoma de ángulo cerrado : como hemos mencionado, es una emergencia médica y se puede presentar ceguera en unos cuantos días si no recibe tratamiento, que suele consistir en gota. Algunas personas también necesitan una operación de emergencia, llamada iridotomía. El médico utiliza un láser para abrir un nuevo canal en el iris. El láser crea un pequeño agujero a través de la parte superior del iris para mejorar el flujo del humor acuoso hacia el ángulo de drenaje. A veces esto se hace con cirugía, aunque el fin es el mismo. Este nuevo canal alivia el ataque y evitará otro. Para ayudar a prevenir un ataque en el otro ojo, a menudo se realizará el procedimiento en dicho ojo.
- Glaucoma congénito: casi siempre se trata con cirugía.
- Glaucoma secundario: el tratamiento de la causa puede ayudar a que los síntomas desaparezcan, también se pueden necesitar otros tratamientos.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
Los médicos recomiendan que la revisión para glaucoma constituya parte de los exámenes oculares de rutina en niños, adolescentes y adultos. Es especialmente recomendable realizarse exámenes integrales para despistaje de glaucoma a partir de los 40 años. Si se posee mayor riesgo para desarrollar la enfermedad, debe hacerse el examen cada uno o dos años a partir de los 35 años de edad.
La pérdida de visión causada por el glaucoma es irreversible, pero si se detecta a tiempo y se sigue un tratamiento con cuidado y constancia, se puede conservar la visión.