El helicobacter pylori, también conocida como H. pylori, es un tipo de bacteria, que causa inflamación estomacal (gastritis) y úlcera en el estómago y el duodeno. Afecta a más de la mitad de la población mundial, no obstante, las tres cuartas partes de pacientes afectados no desarrollarán ningún síntoma. Se asocia también a la halitosis (mal aliento), acidez y cáncer gástrico. El cáncer gástrico tiene entre sus factores de riesgo, ser varón y de edad avanzada.
El helicobacter pylori sobrevive en el interior del estómago humano, algo insólito, ya que este complejo tejido muscular fabrica una gran cantidad de ácido clorhídrico.
Causas de la infección por helicobacter pylori
Por lo general es más frecuente su aparición en la infancia, probablemente por el contagio con miembros de la familia directa. Una vez adquirida la bacteria, sin tratamiento, permanece toda la vida en la persona. Es habitual que aparezca en la gastritis crónica.
Asimismo suele prevalecer en aquellas culturas en las cuales existe un déficit en saneamiento básico y pautas para una correcta convivencia sanitaria. Además el nivel socioeconómico de la población es bajo. El consumo de aguas contaminadas por las heces infectadas, es un detonante. La infección también puede producirse a través de la saliva.
Síntomas del helicobacter pyloris
No suelen detectarse síntomas, no obstante, se asocia con molestias digestivas, como náuseas, vómitos, acidez, digestiones pesadas y lentas, ardor de estómago, rápida saciedad del apetito...En el caso de las úlceras, el paciente presentaría, aparte de vómitos, heces oscuras y anemia.
Si el paciente sufre dolores estomacales, o en su historial existen antecedentes de tumores gástricos, es conveniente consultar con un facultativo médico.
Diagnóstico del helicobacter pylori
Casi la totalidad de las personas infectadas con esta bacteria son asintomáticas, lo cual implica que es prácticamente imposible emitir un diagnóstico al respecto, sin embargo, su detección se lleva a cabo con individuos que presenten daños relacionados con el aparato digestivo, como los anteriormente citados.
Si se padecen síntomas digestivos, será un médico quien pueda, elaborar un diagnóstico, bien sea realizando una biopsia de la pared gástrica en el proceso de una endoscopia (introducir una cámara por la boca para observar el estómago), un examen muy fiable; prueba del aliento, administrando una bebida que contiene un marcador, que, si existe el positivo a dicha infección, pasa a la sangre y posteriormente se elimina con el aliento; pruebas más económicas pero también fiables, que detectan la presencia de la bacteria en las heces.
Es esencial no haber ingerido, previa prescripción médica, protectores de estómago ni antibióticos, dos y cuatro semanas respectivamente, para la realización de estas pruebas.
Tratamiento del helicobacter pyloris
Tras diagnosticarse la bacteria, su tratamiento se basa en combinar tres antibióticos con un inhibidor de la secreción gástrica (previsiblemente omeoprazol), durante aproximadamente 14 días. Los tratamientos no suelen curar la totalidad de los casos, es por ello que debe hacerse un test de heces o una prueba del aliento, para comprobar que se ha eliminado.
Desde la I Conferencia de Consenso Española se han publicado datos que confirman la eficacia de la combinación de un IBP, claritromicina y amoxicilina y ha sido una terapia altamente utilizada. Sin embargo, su eficacia no es concluyente. Es en este caso cuando se recomienda la terapia cuádruple clásica (IBP, bismuto, tetraciclina y metronidazol), con la que sí se han logrado éxitos de hasta el 80% de media.
Si el tratamiento ha resultado efectivo no es necesario repetir las pruebas. En caso de fracaso debe continuarse con el tratamiento combinando otros antibióticos y refiriéndose al motivo concreto para la actuación ante la bacteria, bien sea una úlcera, síntomas...
Ten en cuenta tu higiene personal y la atención a determinados problemas estomacales y antecedentes familiares que conlleven los síntomas expuestos, ya que son claves a la hora de atajar, combatir la infección y aplicar un tratamiento adecuado. No restes importancia a ciertas molestias, esto posibilitará obtener más prontos resultados. Acude a tu médico en caso de sospechar tener alguno de los síntomas citados.