Un hematoma subdural se provoca por la acumulación de sangre entre la duramadre (membrana que cubre el cerebro) y la aracnoides, que es la meninge intermedia situada entre la duramadre y la piamadre y que protege el sistema nervioso central. A menudo es provocada por un fuerte traumatismo craneal. Las venas situadas entre la superficie del cerebro y su cubierta externa se rompen y la sangre se acumula. La hemorragia llena rápidamente la zona del cerebro y comprime el tejido cerebral pudiendo llevar a la muerte.
A veces no tiene porque haber sido producido por un fuerte golpe. En ocasiones puede aparecer tras un traumatismo craneal de pequeñas dimensiones, con un sangrado menor y que se manifiesta a lo largo de varios días o semanas. Este tipo de hematoma suele darse con más frecuencia en personas mayores y se denominan hematomas subdurales crónicos.
Factores que provocan un hematoma subdural
Existen una serie de factores que pueden provocar con más facilidad un hematoma subdural:
-Lesiones cerebrales graves
- Traumatismos craneales de forma repetida (Caidas, golpes, etc)
-Diferentes afecciones médicas que provocan que la sangre no se coagule de forma correcta
-Consumo abusivo y prolongado de bebidas alcohólicas
-La utilización de medicamentos anticoagulantes como warfarina o ácido acetilsalicílico
- La edad es un factor importante a tener en cuenta: En muchas ocasiones el hematoma subdural en los niños de temprana edad puede parecer tras un episodio de acoso escolar. En los ancianos puede darse con más frecuencia ya que debido al encogimiento cerebral (atrofia), las venas están estiradas y se lesionan con más facilidad.
-Determinadas condiciones médicas como cáncer, enfermedades del hígado y debilitamiento de los vasos sanguíneos.
Señales que nos avisan de que podemos estar sufriendo un hematoma subdural
Hay muchos síntomas que indican que podemos estar padeciendo un hematoma subdural:
-Dificultad en el lenguaje o para articular palabras
-Pérdida del equilibrio y la energía (Puede que de pronto nos sentamos muy cansados sin ningún tipo de explicación)
-Dolor de cabeza
-Naúseas y vómitos
- Convulsiones
-Desmayos o pérdida del conocimiento
-Problemas visuales
Diagnóstico
Si sentimos alguno de estos síntomas o sufrimos un fuerte traumatismo craneal y sospechamos que podemos estar sufriendo un hematoma subdural debemos acudir rápidamente al médico para que nos realicen una prueba. El diagnóstico puede llevarse a cabo mediante dos pruebas:
- Una tomografía computarizada (TC) : Obtiene imágenes del cráneo y el cerebro. Para este examen es necesario que se nos administre un medio de contraste antes del escáner.
- Una imagen por resonancia magnética de la cabeza (IRM) obtiene imágenes del cerebro, de los vasos sanguíneos y del cráneo. Es muy posible que para este examen también se nos administre el medio de contraste. Si tenemos alguna pieza de metal dentro o sobre nuestro cuerpo debemos avisar al encargado de realizar la IRM ya que esto podría provocar lesiones serias.
Tratamiento y pronóstico
Para reducir la presión del cerebro se puede recurrir a una cirugía de emergencia a través de la cual se perfora levemente el cráneo para drenar la sangre. En algunas ocasiones es necesario practicar una craneotomía que consiste en crear una hendidura más grande en el cerebro para extraer los grandes hematomas o los coágulos sólidos. Cuando no es necesario recurrir a la cirugía puede que el médico nos administre diferentes medicamentos diuréticos para que el flujo del cerebro mejore y este no se hinche. También podemos recibir esteroides para disminuir la inflamación o anticonvulsivos.
El pronóstico depende del tipo y de donde esté ubicado el traumatismo craneal. También de cuanta sangre se haya acumulado y del tiempo que se tarde en iniciar el tratamiento. Los hematomas subdurales agudos conducen a la muerte en tasas muy elevadas y los hematomas subdurales crónicos suelen ser menos peligrosos. En ocasiones la persona que ha sufrido el traumatismo craneal necesita fisioterapia para recuperar su funcionamiento normal.