Cada vez son más las personas que abandonan la leche de vaca y optan por las leches vegetales como la de avena, de arroz o de almendras. El problema se debe a la intolerancia que muestran ciertas personas a la lactosa y que hace que tengan problemas digestivos tras ingerir leche. La lactosa es un azúcar que constituye el principal carbohidrato que contiene la leche. La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de la persona para poder digerir sin molestia alguna cantidad normales de lactosa. Dicha intolerancia se debe a la lactasa, una enzima que produde el cuerpo y que hace que se pueda digerir la citada lactosa.
La lactasa y la lactosa
Hay una parte de la población que no produce suficiente lactasa dando lugar a que la lactosa que está presente en la leche no pueda ser digerida y por tanto, siente mal. La lactosa que no es asimilada por el cuerpo llega al colon provocando entre otros síntomas un hinchazón en el vientre, diarrea, cólicos y flatulencias. Ello provoca que muchos consumidores de leche de vaca dejen de tomar este tipo de leche y opten por otras muchos más saludables y libres de lactosa. Según algunos estudios un 30 % o 40 % de la población española muestra cierta intolerancia a la lactosa.
Dicha intolerancia se extiende a todo el planeta y es que más de las tres cuartas partes de los adultos de la Tierra no producen lactasa lo que no les permite el digerir la citada lactosa. En toda la zona asiática casi un 90% de la población muestra intolerancia a la lactosa. Ello se debe al sol y a la vitamina D que hace falta para absorber el calcio. Por el contrario, en los países nórdicos la tolerancia es mucho mayor ya que hay menos horas de sol por lo que necesitan consumir mucha cantidad de lácteos para producir calcio.
El componente genético es un aspecto a tener en cuenta a la hora de hablar de la tolerancia del ser humano hacia la lactosa. Hace miles de años el ser humano decidió introducir la leche dentro de la dieta diaria lo que hizo que el organismo empezara a aceptar el enzima de la lactasa y que mucha gente pudiera consumir leche de vaca a lo largo de toda su vida.
Mucha gente piensa que muchos fabricantes eliminan la lacotsa de la leche para evitar tal intolerancia, sin embargo ello no es cierto y es que dichos fabricantes lo que hacen es añadir un poco de lactasa a la leche para que algunas personas no tengan ningún tipo de problema a la hora de digerirla. De esta manera el porcentaje de lactosa en la leche se reduce considerablemente y no produce ningún tipo de problema digestivo. Por último, hay que decir que hay que productos que están en el mercado que son bajos en lactosa pero que siempre tienen algo de la citada lactosa. Otros productos lácteos como los yogures y los quesos curados, tienen mucha menos cantidad de lactosa que la leche de vaca.
El problema es que en muchos medios se publicita que la leche sin lactosa es un producto altamente beneficioso para cualquier tipo de persona cuando es algo totalmente incierto y que no es verdad. Una persona que no sufra intolerancia a la lactosa no va beneficiarse en ningún sentido de un producto como es la leche sin lactosa. Como has podido ver, la leche sin lactosa es un producto realmente bueno para una persona que sufra cierta intolerancia a la lactosa manteniendo los mismos beneficios que aporta la leche de vaca de toda la vida.