El Lexatin, cuya presentación es en forma de cápsulas de color rojo y blanco, es uno de los fármacos que más se conocen del grupo de las benzodiacepinas dentro del cual también se encuentra el diazepam, el clonazepam o el flurazepam.
Su principio activo es el bromazepam que, dependiendo de la dosis en la que se suministre puede tener unos efectos u otros. Si la cantidad que se toma es mínima, ayuda a controlar estados de ansiedad y nervios, mientras que en mayores dosis actúa como sedante y relajante muscular.
Normalmente, los médicos suelen recetar este medicamento a pacientes que muestran síntomas relacionados con la ansiedad y el estado de nerviosismo, episodios de tensión, depresión clínica o dificultades a la hora de conciliar el sueño.
Precauciones a la hora de tomar el medicamento
Antes de iniciar un tratamiento con Lexatin o con cualquier otro medicamento, hay que avisar al profesional médico en caso de padecer afecciones o contraindicaciones que puedan afectar al funcionamiento correcto del fármaco. En el caso concreto del Lexatin, se recomienda que no se prescriba a pacientes que padezcan algunas de las siguientes condiciones:
- En caso de tener alergia al bromazepam, el principio activo del Lexatin, o a cualquier otro de los componentes del fármaco como es la lactosa, el óxido de hierro rojo, la gelatina, el talco o el almidón de maíz entre otros. Se recomienda informarse en profundidad de la composición del medicamento para prevenir casos de hipersensibilidad.
- Si se ha comprobado que se padece de alergia al grupo de las benzodiacepinas en general.
- Si padece de apnea del sueño, una condición que produce que durante el sueño la respiración se vuelva irregular e, incluso, se pueda interrumpir durante pequeños lapsos de tiempo.
- Si ha sido diagnosticado con algún tipo de problema hepático o respiratorio de gravedad.
- Si padece de miastenia gravis, una enfermedad entre cuyos principales síntomas se encuentra la debilidad y la sensación de cansancio muscular.
- Si tiene dependencia al alcohol o a las drogas, ya que el consumo de Lexatin puede agravar esa condición.
- En caso de que el paciente haya mostrado señales de depresión o intenciones relacionadas con el suicidio.
- Si está consumiendo otros medicamentos, pues puede provocar alteraciones del normal funcionamiento del medicamento, ya sea disminuyendo o aumentando su efecto.
Efectos secundarios del Lexatin
Este fármaco, al igual que cualquier otro, puede producir ciertos efectos adversos que es importante que se conozcan antes de comenzar un tratamiento con Lexatin. Entre los efectos iniciales se encuentran:
- Sensación de confusión y mareos
- Somnolencia
- Dolor de cabeza
- Nauseas y vómitos
- Sensación de cansancio muscular con fatiga y debilidad
- Visión doble
Normalmente, los efectos adversos indicados suelen remitir cuando el tratamiento con Lexatin se continúa. Sin embargo, cuando una persona que está consumiendo este fármaco nota otro tipo de síntomas, es imprescindible acudir al médico de inmediato para que éste estime cómo proseguir con el tratamiento y tomar las medidas adecuadas. Algunas de estas reacciones pueden ser:
- Trastornos relacionados con el sistema inmunológico que pueden provocar el desarrollo de alergias, shock anafiláctico o hinchazón de áreas del rostro (angioedema).
- Problemas del sistema cardiaco que incluyen desde insuficiencia cardiaca a un ataque al corazón.
- Afecciones renales y unrinarias
- Alteraciones psiquiátricas como trastornos emocionales o de la líbido, depresión, agresividad, episodios de delirio, ataques de ira, alucinaciones, psicosis, alteraciones de la memoria...
- Efectos sobre el aparato respiratorio que pueden manifestarse en forma de respiración lenta y poco profunda.
- Trastornos en la dermis como erupción cutánea, picor o urticaria.
- En pacientes de mayor edad, el consumo de este medicamento puede aumentar el riesgo de fracturas y lesiones traumáticas cuando se produce un choque o una caída.
Cómo consumir el medicamento
Un tratamiento con Lexatin, al igual que ocurre cuando se trata de cualquier otro tipo de fármaco, siempre debe iniciarse tras la prescripción de un profesional médico y nunca por cuenta propia. En el momento en el que doctor considere que el paciente podría beneficiarse de su consumo también le deberá indicar el modo de empleo. De forma orientativa, la dosis que se suele recomendar para la mayor parte de los pacientes es de no más de 3 cápsulas al día, siendo el médico el único que puede aumentar la dosis y alargar el tratamiento.
Éste último suele oscilar entre las 8 y las 12 semanas, a partir de entonces se deberá comenzar a remitir la dosis de forma gradual para evitar sufrir síntomas de abstinencia. Además, las pastillas se deben tomar justo antes o después de cada comida, sin masticarlas y acompañadas de un poco de agua -nunca con una bebida que contenga alcohol, pues puede provocar un aumento de la capacidad sedante del Lexatin-.
Otra información a tener en cuenta
A la hora de conservar el producto, el Lexatin debe mantenerlo en el envase y a una temperatura inferior a los 25ºC. Nunca debe consumirse en caso de que la fecha de vencimiento haya pasado y siempre depositándolo en un punto especial para la retirada de medicamentos y envases.
En caso de mujeres embarazadas o que tengan la intención de estarlo hay que consultar al médico el consumo del fármaco. Algunos estudios exponen que cuando el Lexatin se consume durante los últimos meses de embarazo puede afectar al recién nacido disminuyendo su temperatura corporal, provocando la pérdida de tono muscular o desarrollando problemas respiratorios. Por ello, su consumo en esa situación debe ser por estricta exigencia del profesional. Tampoco es recomendable consumir el fármaco cuando se está en etapa de lactancia.
Uno de los efectos iniciales del Lexatin es la aparición de cansancio y somnolencia, por lo que se recomienda no conducir ni utilizar maquinaria pesada ni peligrosa.
En caso de sobredosis, se debe avisar rápidamente a un médico o farmacéutico. Los síntomas principales de un consumo excesivo de Lexatin son el desarrollo de confusión mental, falta de coordinación (ataxia), tensión baja o depresión respiratoria.
El consumo de Lexatin y de cualquier otro medicamento del grupo de las benzodiacepinas puede provocar el desarrollo de una dependencia física o psíquica al fármaco. Normalmente, esto se produce cuando el paciente ha consumido Lexatin durante un periodo alargado y sin interrupción. Es por ello por lo que el tratamiento tan solo debe iniciarse cuando un profesional sanitario lo prescribe y siempre ciñéndose a las instrucciones en lo referente a las dosis y el tiempo de consumo.