Hagámonos algunas preguntas: ¿Llorar puede curar el alma? ¿Nos permitimos llorar todas las veces que necesitamos hacerlo? ¿Nos sentimos cómodos cuando otras personas lloran delante de nosotros? ¿Y cuándo lo hacemos nosotros delante de otros? ¿El llanto es beneficioso o perjudicial para nuestra salud?
Alrededor del llanto y de la acción de llorar existen muchas cuestiones. Muchas tienen que ver con las dudas acerca de por qué lloramos. La mayor parte de las veces, relacionamos el llanto con sentimientos de tristeza, pero esto no siempre es así.
¿Por qué lloramos?
Actualmente, conocemos algunas funciones que tiene el llanto. En primer lugar, es una forma de comunicación. Los niños que aún no han adquirido el habla, utilizan el llanto como forma de comunicarse con los adultos y de demandar su atención para cubrir sus necesidades.
En segundo lugar, llorar sirve para canalizar y expresar físicamente emociones intensas que no tienen por qué estar siempre relacionadas con la tristeza, también pueden estar relacionadas con la felicidad, la rabia, la frustración, etc. De hecho, se cree que los humanos somos los únicos seres vivos que poseemos la capacidad de llorar para reaccionar ante una emoción. Sin embargo, es cierto que todavía continúan las investigaciones para concluir cuál es la función que tienen las lágrimas en nuestro organismo.
Además, existen muchos factores que juegan un papel importante en la frecuencia con la que lloramos cada persona. Siguiendo esta línea, muchos estudios confirman que las mujeres lloran más que los hombres, y esto puede deberse a la educación y el aprendizaje generalizado que la sociedad transmite. Por ejemplo, el llanto suele relacionarse con la debilidad y la fragilidad.
Los hombres también lloran
Probablemente, y de manera inconsciente, en nuestra sociedad permitimos que llore una mujer antes que un hombre. Un ejemplo de esto es la forma de solventar un problema con un hijo o una hija. Si un niño se hace daño o sufre una caída, normalmente ayudamos al pequeño a levantarse y le decimos que continúe con lo que estaba haciendo dándole una palmadita o diciéndole que no pasa nada. Sin embargo, cuando la caída o el daño es sufrido por una niña, nuestra forma de ayudarle es mucho más permisiva en cuanto a la expresión del dolor producido.
Es por esto, que desde que los niños y niñas son bien pequeños, ya aprenden cómo deben de comportarse ante una situación que les produce dolor, y ante esto, son ellos mismos quienes dan un significado al llanto en su día a día. Por lo tanto, la influencia social tiene un rol importante en el llanto como expresión emocional.
Es usual que sólo nos sintamos cómodos llorando ante personas con las que tenemos mucha confianza, aunque existen personas que no se sienten cómodas ni siquiera si lloran solas. Esto es un error. El primer paso para normalizar el llanto en nuestra sociedad es permitirnos llorar cuando lo necesitemos. Es más, las personas que no tienen dificultades para llorar, se muestran más empáticas y comprensivas cuando alguna persona de su alrededor está pasando por un mal momento y necesita apoyo.
Aunque es cierto que no nos sentimos ni reaccionamos del mismo modo ante lágrimas que expresan felicidad o tristeza. De este modo, el llanto que desprendemos ante una situación de felicidad no tiene el mismo efecto contagioso que el llanto que desprendemos ante una situación de tristeza. Y hablamos de efecto contagioso porque se sabe que las emociones se contagian, y si vienen acompañadas de lágrimas, el efecto se multiplica.
¿Llorar tiene beneficios en nuestra salud física y emocional?
Llorar puede ser beneficioso para nuestra salud siempre que normalicemos esta acción. Es decir, el llanto puede ser una buena terapia siempre y cuando nos sintamos cómodos en su producción, ya que si este no es nuestro caso, podemos sentirnos peor después de llorar.
Cuando nos vemos sometidos antes demasiado estrés o presión, tenemos un "mal día", atravesamos una mala época, perdemos una persona querida, etc., el llanto puede ser nuestro mejor aliado, puesto que a través de él, descargamos inconscientemente gran parte de la tensión acumulada, y esto nos sirve para conectar antes con nuestra parte racional, ya que la emocional está siendo canalizada.
Principales beneficios para nuestra salud física y emocional:
- A través de las lágrimas se matan bacterias : las lágrimas tienen un fuerte poder que nos protege de los microbios y las bacterias. Cuando lloramos, podemos eliminar hasta el 95% de las bacterias en tan sólo diez minutos, debido a un fluido, llamado lisozima, que contienen nuestras lágrimas.
- Libera toxinas :llorar no sólo puede servir para aliviar nuestra mente, también sirve para limpiar nuestro cuerpo. Las lágrimas producidas por un estado emotivo ayudan a reducir los niveles de cortisol (conocida como la hormona del estrés), lo que ayuda a reducir la tensión acumulada.
- Mejora nuestro humor o estado anímico : un estudio realizado en la Universidad del Sur de Florida encontró que llorar puede elevar nuestro estado de ánimo y mejorarlo de manera más eficaz que cualquier antidepresivo. Sin embargo, es cierto que las personas que sufren ansiedad o depresión experimentan en menor medida los efectos positivos del llanto.
- Ayuda a mejorar nuestra visión : la glándula lacrimal se encarga de producir las lágrimas que sirven para lubricar los párpados y el globo del ojo. De esta forma, se previene la deshidratación que sufren las membranas de los ojos, la acumulación de partículas de polvo y la visión borrosa.
- Es una buena herramienta para canalizar las emociones intensas : al expresar de manera física lo que nos produce una emoción, generamos una reducción en el malestar interno.
Asimismo, llorar puede ayudarnos a encontrar el estado de felicidad que añoramos en nuestros peores momentos. Varios estudios confirman que la mayoría de las personas concluyen sentirse más aliviados y con mejor estado de ánimo tras derramar lágrimas.
No se trata de utilizar el llanto para solucionar todos los problemas que nos invaden, sino aprender y transmitir que su producción no puede dar lugar a sentimientos de vergüenza o incomodidad social, y que, además, puede ser realmente beneficioso para nuestra salud, sobre todo, en aquellos momentos en los que más tensión interna estamos acumulando. Llorar puede curar el alma cuando esta se encuentra debilitada por emociones que se escapan de nuestro control.