Tú sabes cuáles son los hábitos necesarios para tu vida diaria: cepillar tus dientes, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio, ser amable con las personas que te rodean... En cambio, por mucho que lo intentes, existen algunos malos hábitos que pueden colarse en tu vida que hacen que te pierdas. Si eres consciente del tipo de malos hábitos que han hecho que debas encontrarte de nuevo, aprenderás a liberar tiempo, energía y espacio mental... ¡incluso podrías ahorrar dinero!
No perdonar
Ser incapaz de perdonar puede llevar al estrés y terminar afectándote física y psicológicamente. Perdonar no es un acto bondadoso exclusivamente, también es egoísta pero es un egoísmo saludable. Si perdonas a otras personas te sentirás mejor contigo y con la otra persona, dejando a un lado el resentimiento que genera el rencor.
Perdonar no significa que estés perdonando, olvidando o negando el evento o el dolor que te han hecho... Simplemente asumes la responsabilidad de qué puedes hacer ahora en lugar de centrarte en lo que te han hecho con pensamiento de víctima. Consiste en tener una mentalidad de crecimiento.
Mirar el móvil antes de ir a la cama
Quizá pienses que solo sea un correo electrónico antes de meterte en la cama, o mirar un poco el Facebook antes de apagar la mesilla de noche. Pero si haces esto, es probable que te encuentres con más de una vez mirando al techo sin poder dormir. El culpable: la luz azul brillante de tu teléfono o tablet, que reduce el impulso del sueño y estimula tu cerebro para mantenerse despierto al suprimir la melatonina, una hormona necesaria para provocar la somnolencia.
Apaga todos los aparatos electrónicos aproximadamente una hora antes de acostarte para tener un sueño más reparador. Es necesario que hagas esto para potenciar tu buen descanso y comenzar al día siguiente con la mayor energía posible.
Tomar demasiados analgésicos
Demasiados analgésicos pueden hacerte daño, incluso si no tienen receta médica. Tomar demasiados analgésicos podrían provocarte ciertos daños en los órganos. Además el alivio del dolor puede estar más en tu mente que en el efecto del medicamento en sí. Si por ejemplo tienes dolores por tensión muscular, quizá sea una mejor idea hacerte.
Un masaje que tomar un analgésico. Para grupos musculares más fáciles de alcanzar, como nuestros isquiotibiales y pantorrillas, el uso de un rodillo de espuma o una pelota de tenis puede ser tan efectivo como estirar y relajar los músculos.
Procrastinar demasiado
La dilación no solo te mete en problemas en tu vida profesional y personal, sino que esperar hasta el último minuto para hacer las cosas también hace daño a tu corazón. Una persona que no procrastina siente que tiene el control, que puede hacerlo. Una vez que alguien pierde la sensación de tener el control de su vida, se producen hormonas del estrés. Esta adrenalina es causada por la hormona del cortisol. Estas hormonas elevan la presión arterial. Muchos procrastinadores postergan las cosas porque se sienten abrumados por su situación y no se sienten en control. Resuélvelo estableciendo prioridades y organizando tu vida para que seas responsable mientras disfrutas de ella.
Demasiado pesimista
¿Eres una persona demasiado pesimista? Es posible que no vivas tanto como tus compañeros más optimistas... Las personas que ven el vaso medio lleno viven más tiempo y tienen menos depresión y mayor resistencia al resfriado común, entre otros beneficios para la salud.
No hay nada de malo en pensar en el peor escenario y luego tomar medidas para evitarlo o planearlo por si acaso... Pero muchas personas reaccionan emocionalmente como si su miedo fuera inminente o real. En este caso es necesario recordar que "eso" todavía no ha sucedido y que siempre puedes tomar medidas para evitar que suceda o si sucede, lidiar con ello de la mejor forma posible.
¡Y recuerda hacer ejercicio y dormir lo suficiente cada día! De esta manera podrás encontrarte a ti mismo y ser feliz en el camino que recorres llamado vida.