Cuando una persona padece cáncer de mama o tiene alguien cercano en la familia que sufre esta enfermedad, sabe todo lo que conlleva, lo que implica y lo que sucede en el organismo. Por eso son cada vez más los casos de personas que deciden prevenir la aparición de esta grave enfermedad y para ello recurren a la mastectomía preventiva.
La mastectomía no es más que una intervención quirúrgica que tiene como fin la extirpación de parte o de la totalidad de uno o ambos senos con el fin de evitar la aparición o multiplicación de quistes y tumores, ya sea benignos o malignos que pueden producir o derivar en un cáncer de mama. Aunque es uno de los tratamientos que se llevan a cabo en las personas que padecen esta enfermedad, cada vez son más los casos de mastectomía preventiva, es decir, aquella que se realiza antes de que aparezca siquiera el tumor, porque se conocen una serie de factores de riesgo que pueden llegar a evitarse con esta intervención.
Por tanto, la única diferencia entre una mastectomía simple y una mastectomía preventiva es el momento en que se lleva a cabo, y aunque el proceso es prácticamente el mismo, la diferencia médica es que en el caso de la mastectomía preventiva no es necesaria la extirpación de la aureola y el pezón por motivos oncológicos.
Hay que aclarar que la realización de una mastectomía preventiva no elimina por completo la posibilidad de contraer cáncer de mama, simplemente reduce en un gran porcentaje las probabilidades a largo plazo de que la enfermedad aparezca. Esto sucede porque aunque se realice este tipo de intervención, no se puede eliminar por completo todo el tejido mamario, por lo que el riesgo en esa parte del tejido todavía puede existir si realmente existe una alta posibilidad de tener cáncer de mama.
Pese a todo ello, la probabilidad de eliminar el riesgo del cáncer de mama después de someterse a una mastectomía preventiva es de alrededor del 90%.
Factores de riesgo para la intervención de mastectomía preventiva
Aunque muchas personas creen que es una buena forma de prevenir una enfermedad que cada día a afecta a un mayor porcentaje de mujeres, hay que tener en cuenta que no deja de ser una intervención quirúgica, y que por tanto también supone unos riesgos para la persona que se somete a ella.
Es importante estudiar los criterios y la situación de cada persona para conocer si es una situación de riesgo suficiente como para llevar a cabo esta clase de intervención. Algunos de estos factores son:
- Haber sufrido cáncer de mama con anterioridad. Aquellas mujeres y hombres que han padecido en algún momento de su vida cáncer de mama, sufren un alto riesgo de que pueda volver a reproducirse con el paso de los años. Por ello, en muchos casos se realizará un estudio y aquellas personas que lo necesiten pueden llegar a ser intervenidas con una mastectomía para eliminar por completo la posibilidad.
- Tener familiares cercanos que hayan padecido cáncer de mama. Se conoce que en aquellas personas que han tenido antecedentes familiar de cáncer de mama, sobre todo madres, abuelas e incluso tías, pueden llegar a reproducirlo. Estas personas suelen someterse a revisiones periódicas de forma más frecuente que aquellas personas que no tienen antecedentes, pero llegado un punto concreto pueden llegar a tomar la decisión de someterse a una mastectomía preventiva.
- Tener resultados positivos en pruebas genéticas. El cáncer de mama puede detectarse en una mutación de los genes BRCA1 y BRCA2, entre todos, por lo que un estudio precoz puede llegar a tomar la determinación de someterse a una mastectomía preventiva para evitar la aparición de la enfermedad a largo plazo.
- Haber recibido radioterapia, ya sea por este tipo de enfermedad o por otro tipo, puede llegar a desarrollar cáncer de mama, por lo que se puede estudiar la intervención para prevenirlo.
Tras una mastectomía preventiva, al igual que con una de tipo simple, se lleva a cabo un proceso de recuperación muy parecido al de cualquier otro tipo de intervención quirúrgica. Por normal general, y salvo que exista alguna complicación quirúrgica de otro tipo como pueden ser las infecciones, la persona intervenida puede volver a hacer vida normal a las tres semanas aproximadamente después de la operación.
Durante estas tres semanas la única recomendación es guardar reposo absoluto, sobre todo en posición horizontal y lo más cómoda posible, y evitar movimientos bruscos y coger peso en las semanas posteriores a la intervención.
Reconstrucción mamaria
Tras cualquier tipo de mastectomía, hay muchas mujeres que optan por la reconstrucción mamaria por cuestiones estéticas. Hay algunos casos de mastectomía preventiva en los que esta reconstrucción puede realizarse en la misma intervención, pero supondrá una recuperación más lenta y dolorosa.
En los casos en los que la reconstrucción mamaria se haga con el mismo tejido, la baja médico puede alargarse hasta los dos meses de duración, pero son muchos más los beneficios a largo plazo.