Todas las personas tenemos pensamientos, sentimientos y recuerdos que pueden ser difíciles de manejar. En algunos casos, las personas manejan tales sentimientos utilizando lo que se conoce como mecanismos de defensa. Estos mecanismos de defensa son respuestas psicológicas inconscientes que protegen a las personas de las amenazas y cosas que no quieren pensar o tratar.
El término tuvo su inicio en la terapia psicoanalítica, pero poco a poco se ha abierto camino en el lenguaje cotidiano. Piensa en la última vez que te referiste a alguien como "negado" o acusó a alguien de "racionalizar". Ambos ejemplos se refieren a un tipo de mecanismo de defensa.
Qué son los mecanismos de defensa
Estos términos comenzó a utilizarlos Sigmund Freud en su teoría psicoanalítica, un mecanismo de defensa es una táctica desarrollada por el ego para protegerse contra la ansiedad. Se piensa que los mecanismos de defensa protegen la mente contra los sentimientos y pensamientos que son demasiado difíciles de enfrentar para la mente consciente.
En algunos casos, se piensa que los mecanismos de defensa evitan que pensamientos e impulsos inapropiados o no deseados entren en la mente consciente, y por ese motivo "se bloquean".
Cómo funcionan estos mecanismos
Según Freud el ego es la parte de la personalidad que trata con la realidad directamente. El ego puede hacer frente a las demandas conflictivas del ello y del superyó. El ello es la parte de la personalidad que busca satisfacer todos los deseos, necesidades e impulsos. Es la parte más básica y primordial de nuestras personalidades y no considera cosas tales como la adecuación social, la moral o incluso la realidad de satisfacer nuestros deseos y necesidades.
El superyó trata de hacer que el ego actúe de manera idealista y moral. Esta parte de la personalidad está formada por todas las costumbres y valores internalizados que adquirimos de nuestros padres, otros miembros de la familia, influencias religiosas y la sociedad.
En el yo es donde se utilizan los mecanismos de defensa para lidiar con la ansiedad, teniendo en cuenta en este nivel también al ego. Freud creía que los mecanismos de defensa ayudaban a proteger al ego de los conflictos creados por el ello y el superyó.
Entonces, ¿qué sucede cuando el ego no puede lidiar con las demandas de nuestros deseos, las limitaciones de la realidad y nuestras propias normas morales? Según Freud, la ansiedad es un estado interno desagradable que las personas quieren evitar a toda costa. La ansiedad actúa como una señal para el ego de que las cosas no van como deberían. Como resultado, el ego emplea algún tipo de mecanismo de defensa para ayudar a reducir estos sentimientos de ansiedad.
Tipos de ansiedad
No todos los tipos de ansiedad son creados iguales. Tampoco estas ansiedades provienen de las mismas fuentes. Freud identificó tres tipos de ansiedad:
- La ansiedad neurótica: es la preocupación inconsciente de que perderemos el control de los impulsos de la identidad, lo que resultará en un castigo por un comportamiento inadecuado.
- La ansiedad de la realidad: es el miedo a los acontecimientos del mundo real. La causa de esta ansiedad suele ser fácilmente identificada. Por ejemplo, una persona puede temer recibir una mordisco de perro cuando está cerca de un perro que parece amenazante. La forma más común de reducir esta ansiedad es evitar el objeto amenazador.
- La ansiedad moral: implica el temor de violar nuestros propios principios morales.
Si bien podemos usar estos mecanismos a sabiendas, en muchos casos estas defensas trabajan inconscientemente para distorsionar la realidad. Por ejemplo, si te enfrentas a una tarea particularmente desagradable, tu mente puede optar por olvidar su responsabilidad para evitar la temida tarea. Además de olvidar, otros mecanismos de defensa incluyen la racionalización, la negación, la represión, la proyección, el rechazo y la formación de reacciones.
Si bien todos los mecanismos de defensa pueden ser malas opciones, también pueden ser adaptables y nos permiten funcionar normalmente. Los mayores problemas surgen cuando los mecanismos de defensa se usan en exceso para evitar tratar los problemas reales en la vida. En la terapia psicoanalítica, el objetivo puede ser ayudar al cliente a descubrir estos mecanismos de defensa inconscientes y encontrar formas mejores y más saludables de enfrentar la ansiedad y la angustia, cuidando de esta manera su salud mental.