Cuando una mujer descubre que se ha quedado embarazada sabe que ha llegado el momento de empezar a cuidarse con más precauciones que antes. No sólo debe hacerlo por su propia salud, sino también por la del futuro bebé. Esto supone no sólo descansar y mantenerse activa por el bien del niño, sino también renunciar a una serie de cuestiones que hasta entonces no suponían ningún problema.
Hay determinados alimentos que no son recomendados para una mujer embarazada, al igual que tampoco está permitido consumir alcohol, tabaco ni drogas. Pero lo que para muchas es más complicado es no poder tomar medicamentos que el resto de su vida la han ayudado a superar los dolores de cabeza o bajar la fiebre.
Cuestiones tan rutinarias como un catarro o una gastroenteritis se pueden convertir en un auténtico trastorno para una embarazada al no poder tomar los medicamentos que habitualmente la curarían en un par de días. Son muchos los medicamentos cuyo consumo no está permitido para las embarazadas, pero no son todos.
En este artículo de Bekia vamos a hacer un repaso por los medicamentos que no se pueden tomar estando embarazada, a fin de aclarar dudas y desvelar posibles miedos ante el botiquín. No es bueno automedicarse, y mucho menos hacerlo sin leer el prospecto de la medicación.
Por qué no se permite el consumo de medicamentos en el embarazo
Lo primero que has de saber es que el hecho de que no se permita a las embarazadas tomar medicamentos no se debe a un capricho de los médicos. Durante el embarazo la madre es la encargada de proporcionar nutrientes a su bebé, y del mismo modo que le llegarán los nutrientes, también lo hará el resto de sustancias que consuma, como es el caso de los medicamentos.
Hay que tener en cuenta que durante el embarazo, especialmente en las primeras semanas, el feto aún no se ha formado, así que cualquier elemento 'extraño' que le llegue puede influir negativamente en su desarrollo. Esto puede ocurrir con los medicamentos, dado que la dosis recomendada para un adulto no tiene efectos negativos en esa persona, pero el riesgo se maximiza de un modo extraordinario en caso de que llegaran al feto, poniendo en peligro su propio desarrollo.
Categorización de los medicamentos
A fin de saber qué medicamentos puede tomar o no una mujer embarazada, la Administración de Alimentos y Drogas ha realizado una clasificación en función del riesgo que su ingesta puede suponer para el feto. Es orientativa, puesto que no todos ellos se han probado en mujeres encinta precisamente para evitar daños a los bebés.
En la categoría A se encuentran los medicamentos que se consideran seguros durante el embarazo y que básicamente están prescritos para aportar más nutrientes a las mujeres. Es el caso del ácido fólico, la vitamina B6, el ácido ascórbico, el hierro, el calcio, el potasio y la levotiroxina. Pero, de cualquier modo, han de ser recetados por el médico y debemos cumplir con la dosis establecida por él.
En la categoría B se incluye aquella medicación que las embarazadas han consumido durante la gestación y se sabe que no han supuesto riesgo alguno para el bebé. Es el caso del acetaminofenol, el aspartato, los corticoides, la insulina, la amoxicilina, el ácido clavulánico, la azitromicina y el ibuprofeno, Sin embargo no hay que abusar de ellos, especialmente en la recta final del embarazo, cuando se acerca la hora del parto.
Hay una serie de medicamentos que tienen altas probabilidades de causar problemas a una embarazada y a su bebé, por lo que están prohibidos y se incluyen en la categoría C. Es la proclorperazina, la amikacina, el atenolol, la beclometasona, la betametasona, la carbamazepina, la codeína, el clonazepam, el fluconazol, el ketorolac, la dexametasona, la inmunoglobulina y la ciproflozacina.
En la categoría D se encuentra aquella medicación que tiene aún un riesgo más alto de tener efectos contraproducentes en el feto. Pertenecen a ésta el acenocumarol, el ácido acetilsalicílico (Aspirina), el diazepam, el valproico, el litio, la fenitoína, y algunos quimioterápicos.
Por último está la categoría X, en la que se encuentran los medicamentos que se ha demostrado que sí tienen efectos negativos en el bebé y, por lo tanto, han de estar prohibidos para cualquier embarazada. Es el caso, por ejemplo, de aquellos que se usan para tratar patologías de la piel.
Alternativas a los medicamentos
Y cuando no podemos echar mano del botiquín ni de la farmacia siempre nos acordamos de la medicina alternativa y de los remedios naturales para curar aquello que nos aflige. ¿Es aplicable en el caso de las embarazadas?
Técnicas como la acupuntura, la aromaterapia, la reflexología, la homepatía o los masajes pueden ser una alternativa a la medicina tradicional. Son consideradas, por norma general, más "naturales" que los medicamentos elaborados químicamente y, por lo tanto, menos dañinas. De momento no se conoce que supongan ningún riesgo para el feto. Sin embargo, es recomendable consultar con el médico antes de decantarse por alguno de estos tratamientos.
Lo que sí está permitido durante el embarazo, y que pueden sustituir a algunos medicamentos cuando lo que se tiene son pequeñas molestias, son las infusiones y los remedios naturales. Así, contra las nauseas está la infusión de jenjibre y contra la acidez,la de manzanilla o poleo.
Excepciones
Hay mujeres que precisan tomar tratamientos médicos para determinadas enfermedades durante toda su vida o un momento determinado. Es el caso de aquellas que puedan sufrir diabetes, hipertensión o incluso enfermedades más severas como el cáncer. El renunciar a este tipo de sustancias puede poner en riesgo tanto su salud como la de su bebé.
Es por ello que en ese caso han de ser los médicos los que aconsejen qué puede hacer, informándole de los riesgos y de todas las opciones, y ha de ser la madre la que tenga la última decisión sobre qué hacer: si apostar por seguir con su medicación o rechazarla durante los meses de gestación.
De cualquier modo, después de las explicaciones que os hemos dado en este artículo sobre los medicamentos que una embarazada no puede tomar, no dudéis en preguntar a vuestro médico acerca de vuestra situación personal y posibles alternativas. En determinados casos se pueden permitir ciertos medicamentos, en pequeñas dosis. Pero esto nunca habréis de hacerlo por vuestra cuenta, sino consultándolo con el médico.