Los medicamentos inmunosupresores, son una serie de fármacos creados para bloquear ciertas respuestas del sistema inmunitario ante algunas situaciones. Por ejemplo, después de un trasplante de órganos para evitar que el organismo rechace los nuevos tejidos. También se utilizan en personas que padecen enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn.
La función de los medicamentos inmunosupresores es la de producir una respuesta adversa hacia el sistema inmunitario. La sustancia química que compone este tipo de fármaco, provoca un efecto inmunosupresor lo que significa que actúa inhibiendo alguno o varios de los componentes que forman parte del sistema inmunitario.
¿Qué es sistema inmunitario?
El sistema inmunitario, es el encargado de luchar contra posibles ataques de bacterias o virus, que intentan atacar al organismo. Está compuesto por una serie de órganos, células y tejidos que se disponen por todo el cuerpo. En definitiva, es el arma más potente del que dispone el cuerpo para defenderse de los ataques originados por parte de agentes externos.
El problema es que a veces, el sistema inmunitario actúa de forma errónea y ataca a células sanas del organismo. Este trastorno, puede causar diferentes problemas y enfermedades como:
- Enfermedades que producen inflamación intestinal como, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa
- Diabetes de tipo I
- La artritis reumatóide
- Intolerancia al gluten, celiaquía
- Lupus
También existen otras enfermedades autoinmunes aunque son mucho menos comunes, como el vitíligo o algunos trastornos de la tiroides.
¿Cómo actúan los medicamentos inmunosopresores?
Cuando el sistema inmunitario reconoce algún agente extraño, que no forma parte del organismo, responde activando los anticuerpos existentes en el cuerpo. La forma de evitar que puedan causar una infección es, provocando una inflamación que mantenga a raya al agente causante del ataque.
Lo que hace el medicamento inmunosupresor, es que inhibe esas sustancias naturales presentes en el sistema inmune para evitar que se provoque ese ataque erróneo hacia las células sanas.
El problema es que este tipo de medicamentos son muy agresivos, y las consecuencias de su consumo pueden revestir distintos tipos de gravedad. Además, los medicamentos inmunosupresores interactúan con otros medicamentos, lo que puede causar que ambos pierdan su efectividad e incluso que los efectos adversos se agraven en cualquiera de los casos.
Por este motivo, si vas a ser tratado con medicamentos inmunosupresores, es muy importante que informes a tu especialista de todos los demás medicamentos que puedas estar tomando. El médico tendrá que revisar si estos son compatibles y buscar la mejor opción para tratar tu enfermedad.
No olvides mencionar si estás tomando algún otro tipo de tratamiento aunque sea natural y a base de hierbas. Algunos de estos suplementos naturales, también pueden interferir en el funcionamiento de estos medicamentos.
Enfermedades y patologías que se tratan con medicamentos inmunosupresores
Como ya hemos mencionado, el tratamiento con medicamentos inmunosupresores está indicado para pacientes que padecen alguna de las enfermedades de tipo auto inmune como:
- La enfermedad de Crohn
- La esclerosis múltiple
- Lupus eritematoso
- Miastenia gravis, que es una enfermedad neuromuscular autoinmune
- Otras enfermedades que causan inflamación aunque no sean de origen autoinmunes
También en el caso de pacientes que son sometidos a una intervención para recibir un trasplante de órganos. En este último caso, el tratamiento con los medicamentos inmunosupresores será de forma crónica. Aunque es posible que se pueda modificar la dosis en función de las necesidades de cada paciente.
Los efectos secundarios de los tratamientos con medicamentos inmunosupresores
El mayor problema de este tipo de fármaco es, que actúan directamente sobre el sistema inmunitario. Es decir, estos medicamentos debilitan el sistema encargado de producir anticuerpos y defender al cuerpo de distintos ataques. Por lo tanto, las personas que consumen inmunosupresores están más expuestas ante otras enfermedades como el cáncer y a distintas infecciones.
Los mencionados son los efectos adversos más graves, pero el tratamiento con inmunosupresores suele acarrear otro tipo de consecuencias menores para los pacientes como:
- Mayor cantidad de vello en el cuerpo
- Fatiga y malestar estomacal, vómitos y náuseas
- Falta de apetito
- Problemas estomacales como diarreas
- Temblores en las extremidades, especialmente en las manos
También existen otro tipo de efectos adversos que pueden sufrir las personas que toman medicamentos inmunosupresores de forma crónica. Este suele ser el caso de pacientes que se han sometido a un trasplante, que necesitan tomar estos fármacos durante el resto de su vida para evitar que el organismo rechace los nuevos tejidos.
Este tipo de efectos secundarios pueden presentarse en forma de infección o la aparición de tejidos cancerosos. Los medicamentos inmunosupresores en pacientes crónicos, también pueden causar que se potencien los factores de riesgo en algunas patologías como el colesterol o la hipertensión arterial.
¿Cuánto tiempo duran los efectos secundarios?
Por lo general, este tipo de efectos secundarios considerados menores, suelen desaparecer una vez que el cuerpo se adapta a la nueva sustancia. Aunque en otros casos estos pueden prolongarse durante mucho tiempo e incluso agravarse, en ese caso sería necesaria la atención médica urgente. Por lo tanto, si estás tomando inmunosupresores debes acudir a tu médico rápidamente si notas los siguientes síntomas:
- Si tienes problemas para respirar de forma normal
- Notas dolor al orinar o si notas cambios en el color o el olor en la orina
- En el caso de que aparezca una fiebre muy alta, incluso con escalofríos
- Repentino dolor en el abdomen
- Si notas que un resfriado común o mucha tos durante demasiado tiempo
No obstante, las personas que siguen tratamiento a base de medicamentos inmunosupresores necesitan llevar un control médico rutinario y constante. Es muy importante que el especialista pueda valorar de forma constante los efectos que estos fármacos puedan estar causando al paciente.
Por lo tanto, si eres uno de estos pacientes ya sea porque te has sometido a un trasplante o por alguna de las enfermedades autoinmunes, debes saber que las revisiones médicas son muy importantes. Es necesario que acudas regularmente a tus citas médicas y que además, prestes mucha atención a los efectos secundarios. También es importante que estés atento ante cualquier cambio significativo que puedas advertir en el funcionamiento de tu organismo.
De esta forma, el médico podrá actuar lo antes posible en el caso de que algo no esté funcionando de forma correcta.