Sabes que tienes que comer más frutas y verduras, de hecho... eres consciente que es la mejor forma de mantener una vida larga y saludable. Pero después acudes a tu despensa y te das cuenta que te faltan frutas y verduras, ¡pero comida poco adecuada para la salud te sobra! Habrán días que comerás ensalada y pensarás que eres la persona más sana del mundo y después, otros días, repasarás lo que has comido en ese día y no sabes cómo sigues con buena salud... o cuánto tiempo durará "esa buena suerte".
Solo necesitas seguir este plan de cuatro semanas para lograrlo y aumentar tu ingesta de verduras. El mayor obstáculo que impide que las personas coman más verduras es que no saben cómo comenzar ni cómo cocinarlas para que les guste más. Si no eres alguien que consume muchas verduras con regularidad, puedes sentirte desmotivado, te puede parecer atractivo, costoso o fuera de tu alcance. Piensa en esto como un desafío divertido, no como una tarea que debes hacer... Si sientes que comer verdura es una obligación, ya estás empezando mal.
La clave para obtener las de cinco a siete porciones recomendadas de frutas y verduras en un día es acercarte a tu dieta con una mentalidad de cambio. No significa que debas convertirte en vegano o vegetariano, simplemente que priorizar las verduras y las frutas en tu dieta debe ser lo ideal. Sigue leyendo para conocer los mejores consejos para añadir más verduras a tu vida con este plan de cuatro semanas.
Primera semana: Ve al mercado
Para familiarizarte con las nuevas frutas y verduras y aprender qué temporada es la que toca ahora (lo que asegurará que el producto sea más fresco y menos caro), busca en el mercado de tu localidad y explora. No tengas miedo de ser curioso con las verduras que nunca has visto antes y pregunta al dependiente cómo prepararlas.
Si no tienes un mercado cerca de ti, opta por una tienda de comestibles. Si no tiene la variedad que te gustaría puedes cultivar tus propias hierbas, frutas o verduras en un huerto pequeño en tu hogar. Aunque también puedes comprar verduras congeladas para que te duren más tiempo.
Segunda semana: Mantén un seguimiento de las verduras que comes
La mejor manera de hacer un cambio es tomar conciencia de tus hábitos actuales. Comienza la segunda semana registrando tu ingesta actual de verduras para que puedas compararla con las próximas semanas y celebrar cualquier mejora.
No se trata de contar calorías, sino más bien hacerte responsable de este nuevo estilo de vida. Debes tener la mente abierta. El problema con las 'dietas' es que a menudo son demasiado restrictivas, lo que las hace difíciles de seguir a largo plazo.
Tercera semana: toma verduras y batidos de fruta y verdura
Aprovechar el perfil rico en nutrientes de las verduras no significa comer platos de comida blanda. La comida debe ser deliciosa, excitante y llena de nutrientes que respalden tu cuerpo y el estilo de vida que deseas llevar.
Los batidos son una forma rápida y fácil de hacer que tus verduras estén en tu organismo. Añade un puñado de verduras a la licuadora con frutas tropicales y menta para una mezcla estilo mojito, o combina coliflor o calabacín al vapor y luego congelados con plátano, cacao y leche de almendras para un batido de chocolate más saludable... te van a encantar.
Cuarta semana: llena tu nevera con verduras crudas
No puedes comer algo que no tienes a mano, así que debes asegurarte de tener una nevera llena de opciones de frutas y verduras fáciles de tomar para cuando llegue el hambre. Anímate a solo comer tentempiés de verduras o frutas durante una semana y nota cómo te hace sentir.
La fruta y la verdura te aportan de forma natural energía, que es lo que necesitas. Cuando te concentras en disfrutar de tus comidas y sentirte bien, incorporar alimentos más ricos en nutrientes en tu rutina diaria se convertirá en algo divertido y satisfactorio.