La hemofobia, o miedo a la sangre, es una fobia específica común. En este tipo de fobia también se puede tener subtipos como la fobia a las agujas o las inyecciones, que puede causar síntomas que no se ven con frecuencia en otros tipos de fobias específicas.
Los síntomas
La mayoría de los tipos de fobia específica suelen hacer que la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumenten, en cambio, la hemofobia hará que la frecuencia cardíaca y la presión arterial bajen, llegando incluso al desmayo de la persona afectada por este tipo de fobia.
También puede haber ansiedad anticipadora en la que se experimenten:
- Palpitaciones
- Trastornos gastrointestinales
- Temblores
Causas
La hemofobia a menudo se relaciona con otras fobias. La tripanofobia, o el miedo a las agujas médicas, a veces se asocia con hemofobia. Algunas personas con miedo a la sangre también tienen otras fobias médicas, como los temores a los médicos y a los dentistas.
La sangre es una indicación de que algo va mal en el cuerpo y la visión de la propia sangre también puede ser causante de hipocondría o ansiedad por controlar la propia salud. Las personas que experimentan por ejemplo, miedo a los gérmenes, la visión de la sangre de otra persona cerca puede desencadenar el miedo a que le infecten con cualquier enfermedad aunque no se vea a simple vista.
En muchas ocasiones, el miedo a la sangre puede estar estrechamente relacionado con el miedo inconsciente o consciente a la muerte. Ya que la pérdida de sangre está asociado también a la muerte.
Otra causa también puede ser el tener una experiencia negativa con la sangre. Si la persona ha sufrido algún tipo de lesión o experiencia traumática que tenga que ver con la sangre, puede tener mayor probabilidad de tener miedo a la sangre. Incluso, también se sabe que puede estar vinculado a factores evolutivos.
Consecuencias de padecer hemafobia
Si tienes miedo a la sangre o hemafobia es posible que se te complique un poco la vida, ya que puede ser limitando para ti e incluso, se puede volver peligroso para tu calidad de vida dependiendo de las circunstancias que vivas. Por ejemplo, si tienes miedo a la sangre y necesitas ir al médico, es probable que no quieras buscar tratamiento médico para alguna dolencia y esto pueda complicar tu estado de salud.
Si tienes hemafobia y tienes hijos, puede ser bastante perjudicial para vuestra vida familiar porque te podría resultar casi o imposible vendar o curar las heridas que tengan tus hijos. También puedes reaccionar de forma exagerada a lesiones leves tanto propias como de tus hijos. Esto puede provocar que acudas a salas de emergencia cuando un cuidado en el hogar sería más que suficiente.
Cuando se tiene miedo a la sangre también puede hacer que limites las actividades en tu vida en las que pienses que podrías tener alguna lesión. Quizá no quieras participar en deportes o cualquier otra actividad que percibas como peligrosa.
Con el tiempo, estos comportamientos evitativos pueden hacer que te aísles demasiado e incluso, que desarrolles fobia social o agorafobia (en casos más extremos). Este aislamiento también puede hacer que padezcas ansiedad o depresión al no sentirte capaz de mejorar tu calidad de vida.
¿Existe tratamiento?
Como en la gran mayoría de fobias existe tratamientos adecuados para mejorar la calidad de vida. La más frecuente y utilizada es latexto enlace terapia cognitivo-conductual. Con este tipo de terapia se aprende a reemplazar la conversación temerosa interna por otras más sanas cuando vea la sangre delante. También se aprenden nuevos comportamientos y estrategias de afrontamiento de forma individualizada dependiendo de la intensidad de la fobia en la persona.
Si la fobia es demasiado grave se pueden emplear medicamentos para ayudar al control de la ansiedad y de esta manera la terapia será mucho más efectiva. También existen otras terapias de tipo de conversación, hipnosis o tratamientos alterantivos. Lo importante es que el terapeuta haga un buen seguimiento en cuanto al proceso de recuperación, algo que puede parecer imposible si la persona lo hace por su cuenta... Con una buena terapia la hemafobia dejará de controlar tu vida.