Los trastornos alimentarios son una enfermedad real que padecen muchas personas en el mundo y que desgraciadamente, pueden acabar con la vida de quien lo padece. 1 de cada 20 personas que padece un trastorno alimentario muere. Anorexia, bulimia... son algunos de los trastornos y cuando ocurren, es necesario actuar inmediatamente.
Las personas con trastornos alimentarios no siempre se dan cuenta de que están enfermos y que necesitan atención medica y psiquiátrica. Existen algunos mitos que hacen minimizar la gravedad de estos trastornos, por lo que es necesario desmentirlos cuanto antes para que si aparecen estos trastornos en tu vida, puedas saber qué hacer.
1. Una persona con trastorno alimentario si lo tiene es porque quiere
No, nadie quiere tener un trastorno o una enfermedad de manera voluntaria. De hecho, este trastorno es de origen genético y también tiene un carácter sociocultural. Tanto la genética como el ambiente pueden tener un papel desencadenante en el desarrollo de la enfermedad, pero nadie pide tenerlo.
2. Las dietas de moda no son un problema
Lo que puede comenzar como una dieta estricta puede ser el comienzo de un trastorno alimentario... incluso si los síntomas no cumplen con los criterios para un diagnóstico clínico de trastorno de alimentación. Una mala alimentación puede tener graves consecuencias médicas como anemia o pérdida ósea.
Las personas con trastornos de alimentación graves necesitarán tratamiento antes de que sea un problema de salud mucho mayor. Las dietas crónicas suelen estar relacionados con este trastorno por lo que será necesario tratarlo con un profesional.
3. Si no está demacrado, no está enfermo
La mayoría de personas con un trastorno alimentario no tienen bajo peso... Aunque en los medios de comunicación solo se muestre lo contrario. Estas percepciones pueden agravar el problema y causar angustia a quienes padecen este tipo de trastornos por temor a no estar lo suficientemente buenas o malas para el tratamiento.
No se puede determinar si una persona tiene un trastorno de bulimia o de atracón solo teniendo en cuenta su peso. Solo porque la persona no esté demacrada o no pierda peso no significa que esté bien y si recupera peso no significa que esté recuperado.
4. Un trastorno de conducta alimentaria solo se centra en la comida
Las personas con trastornos de alimentación suelen tener un enfoque poco saludable sobre la comida y el peso, pero los síntomas de un trastorno de alimentación va mucho más allá que de los alimentos. Hay vínculos que demuestran ciertos vínculos entre los trastornos alimentarios, el perfeccionismo y la obesidad.
La malnutrición causada por los comportamientos de los trastornos alimentarios pueden aumentar los niveles de depresión, ansiedad y afectar a todos los aspectos de la vida de la persona afectada.
5. Si no dice que está gordo cuando no lo está, no tiene un trastorno alimentario
Las distorsiones de imagen corporal son muy comunes en los trastornos alimentarios, pero están lejos de ser universales. Los informes clínicos indican que los niños pequeños son mucho menos propensos a tener alteraciones en la imagen corporal y muchos adolescentes y adultos tampoco reportan este problema. No decir que se está gordo no significa que no se tenga un trastorno alimentario.
6. No se podrá recuperar nunca
Es importante recordar que aunque sea un factor genético no significa que esté sentenciado para siempre... siempre hay esperanza para la recuperación. Aunque los factores biológicos tienen un papel importante no son los únicos valores que cuentan. La predisposición a los comportamientos alimentarios poco saludables pueden reaparecer en momentos de estrés aunque existen técnicas que pueden ayudar a las personas a controlar las emociones y evitar que estos comportamientos tóxicos vuelvan.
Es necesario no minimizar la gravedad de los trastornos alimentarios para que las personas que están enfermas con esta afección puedan recibir el tratamiento adecuando cuanto antes y tener más posibilidades de recuperación.