Vivimos en una sociedad donde las prisas y el estrés son protagonistas en nuestro día a día, dos factores claves que nos llevan a olvidar cómo se disfruta realmente la vida. Realmente, vivimos acelerados, casi siempre focalizados en el trabajo o preocupados por cosas que jamás sucederán, sin tener en cuenta las pequeñas cosas que nos hacen felices. En medio de toda esta marabunta social, ha surgido una corriente que pretende desacelerar el ritmo de vida que solemos llevar y apuesta por vivir sin prisas, es lo que se conoce como el movimiento slow.
Una nueva filosofía de vida que lo que dicta no es otra cosa que "vivir sin prisas, pero sin pausas", ¿aún no lo conoces? Hoy vamos a explicaros qué es exactamente eso del movimiento slow que ya acapara casi todos los ámbitos de nuestra sociedad y que augura múltiples beneficios para la salud.
¿Qué es el movimiento slow?
El movimiento slow, como decíamos previamente, es una nueva corriente, un nueva forma de vivir en la que se apuesta por la desaceleración del ritmo de vida actual, haciendo que cada persona se sienta dueña de su vida y siendo más consciente de lo que es, lo que tiene y la naturaleza que le rodea.
El objetivo principal del movimiento slow es hacer ver que se puede llevar una vida más plena y satisfactoria si conseguimos olvidarnos un tiempo de las pautas cronológicas a las que parece que vivimos nuestro día a día, es procurar ser dueños de nuestro tiempo y no esclavos, ayudando a mejorar la salud. El movimiento slow lo que pone de manifiesto es que no por ser más veloces o más rápidos seremos mejores, todo lo contrario, estaremos dejando de disfrutar plenamente nuestra vida.
Esta corriente que cada vez está más presente en diferentes parcelas de nuestra vida, tiene su origen en Europa, concretamente en Italia, uno de los lugares donde el ritmo de vida se ha vuelto más frenético. Se apuesta por realizar todas las tareas, hasta las más cotidianas, de manera más sosegada. Vivimos en un mundo en el que pensamos que no habrá un mañana, pensamos que todos los recursos son infinitos, al igual con nuestro tiempo, y esto también acaba pasando factura a nuestra salud.
¿Puede el movimiento slow repercutir en mi salud?
Uno de los propósitos o deseos más habituales que toda persona tiene es mejorar la salud, cuidarse, y tomar las cosas con más calma o con mayor sosiego. Lo cierto, es que la mayor parte de la sociedad acaba olvidando estos propósitos, no por falta de voluntad, muchas veces achacan sus problemas a la falta de tiempo. El movimiento slow pone en el punto de mira a la salud como el pilar básico y fundamental para llevar una vida plena, y es que vivir sin prisas tiene múltiples beneficios para la salud, tanto a nivel físico como mental.
En el momento que mejorar la salud y vivir una vida plena sean nuestros objetivos principales, estaremos en el camino correcto del movimiento slow. Tal vez resulte complicado al principio eso de vivir sin prisas, pero con el tiempo nos adaptaremos a ese nuevo ritmo de vida y todo parecerá más sencillo. Gran parte de los problemas de salud de este siglo se deben a problemas originados por el estrés y la rutina, el no saber conciliar trabajo con ocio o tiempo de descanso, es por ello que en el momento que estemos dispuestos a desacelerar nuestras vidas, estaremos cogiendo las riendas de nuestro tiempo y ayudando a mejorar la salud.
El movimiento slow es beneficioso para la salud porque invita a conocerse en profundidad, a ser consciente de lo que nos rodea, invita a desarrollar la creatividad olvidando el reloj. Los que practican el movimiento slow afirman haber roto con la rutina y disfrutar del momento como se merece.
Dar prioridad a lo importante y evitar agobios innecesarios puede repercutir enormemente a nuestra salud mental. Incluso siguiendo el movimiento slow también estaremos trabajando la productividad en el hogar y en el trabajo, pues estarás más concentrado en lo que haces y tomarás las cosas con calma.
Como decíamos, el movimiento slow life, ayuda a mejorar la salud, porque incide en diferentes ámbitos, por ejemplo en la comida. Del movimieno slow, surgió el slow food, este apuesta por la cocina de verdad, alejada de productos artificiales y ultraprocesados, apuesta por productos de la tierra, ecológicos y cocinados con el tiempo que se merecen. Una opción segura para mejorar la salud, controlar lo que comemos pero también el cómo lo ingerimos, lo que favorece a una buena digestión.
Además, el movimiento slow ayuda a mejorar las relaciones sociales a conectar con los que están más cerca. El movimiento slow es una invitación a saborear la vida y una advertencia en la que informan que aún estamos a tiempo de cambiar nuestra forma de vivir.