La otoscopia es una sencilla prueba diagnóstica del oído. Para comprender en qué consiste y para qué sirve, conviene comprender previamente algunas nociones básicas sobre la estructura y función del oído.
El oído
El oído está dividido en tres partes: externa, media e interna:
- El oído externo está formado por el pabellón de la oreja y el conducto auditivo externo. La oreja se encarga de canalizar el oído hasta el conducto auditivo externo y éste de amplificar la onda sonora que pasa a través del aire del conducto hasta chocar una fina membrana, el tímpano.
- El tímpano marca el inicio del oído medio. El tímpano vibra con la onda sonora que le llega y esta vibración es transmitida a la cadena de huesecillos: el martillo, el yunque y el estribo.
- El último huesecillo, a su vez, hace vibrar la ventana que da acceso al oído interno. Esta parte es la encargada de convertir las vibraciones en impulsos nerviosos y enviar éstos al cerebro.
Tipos de sordera
Hay dos tipos de hipoacusia o sordera en función de dónde se localice la lesión.
Por una parte, están las sorderas de conducción o transmisión, cuando hay algún obstáculo en el oído externo o medio. Por otro lado, en las sorderas de percepción o neurosensoriales el la lesión se localiza en el oído interno.
Las diferencias entre una y otra, son que la sordera de transmisión la pérdida auditiva es menor, mientras que en las sensoriales la pérdida puede llegar a ser total. Además, cuando el daño se da en el oído externo o medio, el tratamiento es relativamente más sencillo y con mejor pronóstico que cuando está dañado el oído interno.
Una vez aclarados estos términos, podemos comprender lo que es la otoscopia y en qué consiste.
La otoscopia
La otoscopia es el examen visual directo del conducto auditivo externo y de la membrana timpánica. Esta prueba permite definir el carácter normal o patológico de las partes externa y media del oído.
Se utiliza el aparato denominado otoscopio y no requiere de anestesia, ya que es una técnica indolora y no invasiva. Se suele explorar primero el oído sano, para observar las características del pabellón auricular y el conducto auditivo externo para compararlos después con el otro oído.
El conducto auditivo externo tiene una ligera curvatura, por lo que el médico tirará ligeramente de la oreja hacia arriba y atrás (en los niños normalmente hacia atrás y abajo) para introducir el otoscopio.
Al introducirlo en condiciones normales no debe producirse dolor, pero la presencia de molestias o picor ya pueden dar pistas al médico sobre la patología existente.
Aunque los hay de diferentes tipos, el más utilizado suele ser el otoscopio de luz. Resulta fácil y cómo de utilizar y proporciona una buena imagen, ya que consta de una lupa de aumento, que permite observar con mayor precisión el conducto auditivo externo y el tímpano.
Otros, como el otomicroscopio ofrece imágenes todavía mejores, a mayor aumento y dando la posibilidad de ofrecer cámaras fotográficas o de vídeo.
Los médicos que de manera más habitual realizan la sencilla prueba de la otoscopia son los médicos de familia o los pediatras y será el primer examen que realicen cuando el paciente se queje de molestias en el oído. El médico especialista sería el otorrinolaringólogo, que podría también hacer pruebas más específicas e intervenir en caso de localizar patología.
Lo que la otoscopia permite detectar
Lo que podemos encontrarnos mediante la otoscopia son, por tanto, daños en el oído externo o medio que generen molestias, dolor o pérdidas auditivas al paciente.
En el oído externo, lo más habitual es encontrar:
- Tapones de cerumen, que pueden ser diluidos o aspirados.
- Otitis externas, generalmente de origen microbiano.
- Malformaciones en el conducto auditivo externo.
- Tumores.
En el oído medio, a través de la observación de la membrana timpánica, podemos encontrarnos con:
- Otitis medias. La más común es la otitis serosa, que se caracteriza por presencia de un fluido no purulento dentro de la cavidad del oído medio, que en condiciones normales es hueca y sin líquido. Suele producirse como consecuencia de una otitis aguda, habitualmente provocada por un proceso infeccioso. Es muy frecuente, sobre todo en la infancia. Tanto, que un 30% de los niños habrán tenido dos o tres otitis antes de cumplir los dos años.
- Hundimiento de la membrana del tímpano, como consecuencia de disfunciones en la trompa de Eustaquio. Las funciones de la trompa son la ventilación del oído medio para equilibrar las presiones con la atmósfera, la protección de los cambios bruscos de presión y de la entrada de secreciones y el drenaje del moco y estas secreciones producidas en el oído medio. Los factores que interfieran en estas funciones predispondrán al desarrollo de otitis y otras patologías tubáricas. Estos factores pueden ser la hipertrofia de las adenoides, la presencia de tumores, alergia, infecciones, el humo de tabaco, la hendidura palatina o algunos síndromes, como el síndrome de Down.
- Timpanoesclerosis, que se caracteriza por la presencia de depósitos cálcicos en la mucosa de la caja timpánica y suele ser también consecuencia de complicaciones de las otitis.