Todas las personas pasamos por momentos de estrés en algún momento de nuestras vidas. El problema está cuando ese estrés se vuelve crónico y comienza a darnos problemas de salud física y emocional. Cuando tenemos estrés de más, es cuando se genera cortisol, pero también el organismo segrega otra hormona llamada epinefrina (adrenalina) que es una hormona natural que se usa durante la respuesta al estrés del cuerpo.
La respuesta al estrés
Cuando una persona siente estrés, sentirá la necesidad de huir o de luchar ante ese estímulo que le causa estrés. En el pasado, los humanos necesitamos esa dosis de energía extra para salvar la vida ante un depredador, ya fuese luchando contra él o huyendo rápidamente y así evitar se devorado.
Durante la respuesta del organismo al estrés teniendo en cuenta la lucha o la huida, la glándula suprarrenal libera epinefrina en el torrente sanguíneo, junto con otras hormonas como el cortisol, lo que indica al corazón que bombee más fuerte, aumentando la presión arterial, abriendo las vías respiratorias en los pulmones, estrechando los vasos sanguíneos de la piel y del intestino para aumentar el flujo de sangre a los principales grupos musculares y realizar otras funciones para permitir que el cuerpo pelee o corra cuando se encuentre con una amenaza percibida.
La amenaza percibida
El término amenaza percibida hace una distinción importante y trae a colación un punto crítico para recordar: como en el caso del estrés crónico, la respuesta de estrés del cuerpo se dispara repetidamente a diario en respuesta a amenazas físicas y psicológicas no reales, así como a las amenazas psicológicas percibidas. Como resultado, el cuerpo puede agotarse y la sobreabundancia de epinefrina y cortisol, así como otros aspectos de la respuesta al estrés del cuerpo, pueden volverse inadaptados, lo que reduce la inmunidad y generarán otros problemas de salud.
El estrés adecuado
Es necesario recordar que el estrés no siempre es malo y la epinefrina y la respuesta al estrés del cuerpo puede desencadenarse como respuesta al estrés negativo o por la excitación. Pero también existe el estrés positivo que ayuda a las personas a mantener la vitalidad y el equilibrio en cuanto a la respuesta del estrés positivo y negativo.
La importancia de aliviar el estrés
Si notas que tu cuerpo genera demasiado estrés de forma habitual, entonces ha llegado el momento de evitar que se active la mayor parte del tiempo. Deberás buscar la forma de frenarlo con calmantes del estrés que funciona y que te irán bien para practicarlos regularmente. Algunas técnicas a utilizar pueden ser:
-Tener un calmante para el estrés, como un caramelo o un chupachups. También puedes utilizar respiraciones profundas, cantar una canción interna, meditaciones rápidas, pensamientos positivos, etc.
-Seguir hábitos saludables. Mantener los hábitos que lo ayudan a aliviar el estrés a largo plazo puede ayudarlo a desarrollar la capacidad de recuperación. La clave es practicarlos regularmente, y no solo cuando te sientes estresado.
-Cambiar de perspectiva. Cambiar tu percepción de una situación puede alterar la frecuencia y la gravedad de tu reacción de estrés a lo que sucede en tu vida. A veces la mente nos juega malas pasadas y hace que parezca que las cosas son demasiado oscuras o más estresantes de lo que realmente son. Incluso cuando el estrés es real, puedes minimizarlo alterando la forma en que hablas contigo mismo (tu autodiálogo), en qué eliges enfocarte y el significado que atribuyes a varias situaciones.
Una vez que tengas todo esto en cuenta, te darás cuenta de que aunque tengas epinefrina en el organismo, no necesitarás salir corriendo o enfrentarte a las cosas que te estresan. Podrás buscar soluciones adecuadas a la situación que estás viviendo dejando al estrés a un lado y pudiendo así , ver las cosas desde otro ángulo sin que tengas que nublarte por completo.