Es posible que seas una mujer sana, que visitas a tu médico de cabecera cuando es necesario y te haces análisis y pruebas regularmente como prevención para controlar que tu salud está bien. También es posible que no te plantees pedir cita con el ginecólogo si no tienes pensado quedarte embarazada en un futuro cercano. Pero, ¿es esto correcto? ¿O deberías visitar a tu ginecólogo periódicamente?
Un ginecólogo es un especialista en la salud de la mujer, por lo que puede tratar problemas que otros médicos no pueden. Por ejemplo, puede realizarte la prueba de Papanicolaou, puede tratar infecciones y resolver dudas sobre métodos anticonceptivos con más detalle que un médico de atención primaria.
Es recomendable que una mujer visite a un ginecólogo por primera vez en la adolescencia. Es una edad en que las chicas tienen muchos cambios físicos debidos a la menstruación. También es una edad en que se comienza a pensar en el sexo y en mantener relaciones sexuales, por tanto, es más que aconsejable que la primera visita ginecológica de toda mujer se realice en la adolescencia su primera revisión ginecológica.
En esta primera revisión, aparte de realizarle a la paciente controles de bienestar como un examen pélvico, también se le pueden resolver dudas sobre métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual o ETS, problemas ginecológicos o sobre los cambios que experimentan sus cuerpos, unos temas muy importantes para que comiencen su vida sexual de una manera saludable y segura.
Durante la adolescencia, es adecuado tener una revisión ginecológica un par de veces. Es a partir de los 21 años aproximadamente cuando las mujeres deben acudir con más regularidad. En cualquier caso, es el ginecólogo quien determina cuándo será la próxima revisión teniendo en cuenta los resultados obtenidos en la revisión presente.
Miedo ante la revisión ginecológica
Muchas mujeres sienten cierto grado de ansiedad antes de ir a la revisión ginecológica, especialmente si el médico especialista es un hombre. Pero pueden existir otras razones como las siguientes:
- Sentimientos de incomodidad
- Sentimientos de vergüenza
- Sentimientos de intrusión personal, de que el espacio personal es invadido
- Miedo a encontrar en los resultados un problema grave como el cáncer
Las mujeres también se muestran poco comunicativas con sus médicos, con sus ginecólogos en este caso concreto, y no comparten sus inquietudes ni sus dudas porque piensan que estos suelen mostrar una actitud indiferente y condescendiente, pero en realidad, están ahí para resolver todas tus dudas y para que te sientas tranquila y que el rato de la consulta no te suponga un trauma.
La visita ginecológica puede salvar tu vida
Las enfermedades cardíacas tienen un alto índice de mortalidad entre las mujeres, y éste es un dato del que cada vez somos más conscientes.
Algunos indicadores de riesgo de padecer una enfermedad cardíaca pueden aparecer décadas antes de que el problema se manifieste. Estos indicadores pueden aparecer durante el embarazo o la menopausia, o mediante el desarrollo de problemas hormonales como el síndrome de ovario poliquístico o SOP.
A pesar de estos riesgos, muchas mujeres no tienen información adecuada sobre esto ni sobre las evaluaciones médicas que necesitan para reducir el riesgo a sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular y otras afecciones cardiovasculares. Por tanto, los obstretas y ginecólogos pueden informarte en consulta si estás en riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular en el futuro, y así, podrás actuar en consecuencia, cambiando de hábitos alimenticios y de estilo de vida e informando a tu médico de cabecera para prevenir que la enfermedad se manifieste y ponga en peligro tu vida.
Durante las revisiones ginecológicas, los obstetras y ginecólogos suelen realizar exámenes abdominales y pélvicos y aconsejan a las pacientes sobre cuestiones relacionadas con la salud sexual y reproductiva. También miden el peso y la presión arterial de las pacientes, les preguntan sobre su historial de salud y sus hábitos de vida, y les proporcionan pruebas de detección y asesoramiento relacionados con otros problemas de salud.
Las mujeres y las enfermedades cardiovasculares
Los factores de riesgo tradicionales para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares son:
- La presión arterial alta,
- El colesterol alto,
- La obesidad,
- La diabetes
- Ciertos hábitos de estilo de vida como fumar
Estos factores de riesgo tradicionales afectan tanto a mujeres como a hombres, pero algunos de ellos afectan a las mujeres de maneras diferentes. Por ejemplo, el colesterol alto y el tabaquismo parecen aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca en las mujeres en un porcentaje mayor al de los hombres.
Las mujeres pacientes también se enfrentan con factores de riesgo específicos de su sexo, relacionados con el embarazo y otras afecciones que influyen en sus niveles hormonales. Por ejemplo, la preeclampsia es una complicación potencial del embarazo que se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
La diabetes gestacional, la hipertensión gestacional, el parto prematuro el bajo peso al nacer o la misma preeclampsia a menudo se pasan de alto como futuros factores de riesgo. Esto deja en evidencia que tanto los cardiólogos como los obstetras y ginecólogos tienen mucho que aprender unos de otros, y que ninguna disciplina relacionada con la salud de las personas puede trabajar sola y aislada del resto.
El síndrome de ovario poliquístico, la menopausia y los medicamentos que afectan los niveles hormonales de las mujeres también pueden afectar la salud de sus vasos sanguíneos y del corazón.