Son muchas las personas que quieren perder peso y encontrar la fórmula mágica para conseguirlo. Si bien es cierto que la fórmula mágica es una alimentación saludable y ejercicio, hay otra cosa que deberás tener en cuenta: el volumen de la música. ¿Alguna vez te has dado cuenta cómo en los restaurantes ponen música mientras comes? El volumen de la música puede influir en las decisiones dietéticas que tomas.
La música en tu dieta
La música puede tener un efecto visceral en ti, es más, es probable que ya sepas que la música puede alterar tu estado de ánimo, ya sea que te puede poner más contento/a o más triste. En realidad, las empresas se aprovechan de esto, y por eso en sus establecimientos (como en las tiendas de ropa), ponen música activa que te ayude a sentirte con energía y con mejor estado de ánimo... ¡para que compres más y de forma más compulsiva! El estado de ánimo marca la diferencia en las ventas.
Las personas podemos ser modeladas por la música, por eso, la sociedad intenta sacar el máximo partido a su potencial en la influencia que tiene sobre la gente. Reproducir música es algo sencillo y se puede escoger el género que más encaje según el momento y el objetivo.
El volumen de la música y tus elecciones de comida
Existe un estudio reciente publicado en el Journal of the Academy of Marketing Science que deja claro que la música puede tener implicaciones para cualquier persona que quiera perder peso. Le puede ayudar a hacer perder peso más fácilmente. El estudio fue realizado por los investigadores de la Universidad de South Florida Muma College of Business en Tampa.
Investigaron el impacto de la música en los hábitos alimenticios de las personas. Específicamente, querían saber si el volumen de la música influía en cuán saludables eran sus elecciones de alimentos que hacían las personas. Es decir, si escogían alimentos saludables o no saludables teniendo en cuenta el volumen de la música que escuchaban en ese instante.
Entonces, para investigar, se centraron en un café en particular en Estocolmo, Suecia. Escogieron música de clientes entre una variedad de géneros en un bucle, y alternaban a 55 o 70 decibelios. Cada elemento del menú se codificó de tres maneras: saludable, incluyendo elementos como ensaladas; no saludables, pasteles y chocolates, por ejemplo; o neutral, que incluía tés y cafés. Los hábitos de consumo de los clientes se observaron durante varias horas durante 2 días.
Como era de esperar, cuando el café tocaba música más tranquila, la gente elegía los artículos más saludables un 10% más a menudo. Debido a que el estudio fue relativamente breve, los científicos decidieron investigar más a fondo. Esta vez, se dirigieron a una tienda de comestibles y llevaron a cabo un experimento similar: la música se escogió a un volumen alto o bajo y las compras de los compradores se calificaron como saludables o no saludables.
Los resultados fueron que compradores que fueron expuestos a música más fuerte compraron artículos menos saludables que aquellos que escucharon música más tranquila. Continuando con este tema, establecieron otro experimento que comparó el efecto de la música alta, la música tranquila y la falta de música en las elecciones dietéticas de 71 estudiantes. Los participantes escucharon música clásica a 50 decibelios o 70 decibeles, o fueron sometidos a silencio.
Después de varios minutos, a los participantes del estudio se les preguntó qué comida preferirían: ensalada de frutas o pastel de chocolate. Una vez más, la música más alta condujo a elecciones menos saludables. Los que escucharon música tranquila eligieron el pastel de chocolate el 14% de las veces, en comparación con el 44% de los expuestos a música alta.
Curiosamente, las personas que no escucharon música tomaron malas decisiones la mitad del tiempo, más similar al grupo de música alta. Los investigadores creen que la música clásica tranquila puede haber inducido la relajación, lo que influyó positivamente en la toma de decisiones.
Así que la próxima vez que quieras ir a comprar comida o cuando decidas qué quieres comer hoy, ¡ponte música tranquila o relajante!