Actualmente, la psicología ha dado un vuelco a nuestras vidas. Cada vez nos concienciamos más de lo que sentimos o pensamos, aprendemos a disminuir nuestra fatiga mental y procuramos rodearnos de gente positiva. Todo con tal de mejorar así nuestra salud física: mens sana in corpore sano.
Todos pueden aprender
Se entiende por salud emocional aquella que permite a las personas mantener en sintonía aquello que piensan, sienten y hacen. Se trata de gente que mantiene una relación positiva con la gente de su entorno, se siente a gusto consigo misma y, además, ayuda de manera indirecta a más personas por su propia autoestima y la mejor solución de problemas.
A veces, la salud emocional no depende solo de uno mismo. Ocurre que, con la sociedad actual donde los atascos, la rivalidad laboral, las prisas y el estrés son causantes de que muchas más personas pierdan el sentido. Por eso es adecuado saber cuáles son las personalidades que dañan nuestra estabilidad.
Para empezar, debemos desprendernos o intentar mejorar aquellas actitudes que te hagan sentir pequeño, indefenso o inseguro. Aquellas que critiquen a los demás, sean negativas con cada acto, mientan compulsivamente o pretendan minar tus expectativas.
Luego aparecen otro tipo de personas que tampoco son recomendables para tu salud emocional. Aquellas que padecen un trastorno personal atacan directamente a tu estabilidad y hacen que no encuentres tu centro de confort. Estas puede que hayan sido dañadas con anterioridad por otras personalidades tóxicas que les hayan dejado marcada su propia salud emocional.
Las personas tóxicas
Entre las personalidades que más afectan a tu salud emocional son aquellas a las que se denomina como tóxicas. Además de las personas que hemos mencionado anteriormente, existen otras que pueden dañar seriamente tu carácter físico y mental.
Hay que procurar alejarse o tratar de mejorar día a día su propia personalidad a aquellas personas que tengan las siguientes características: los envidiosos, los descalificadores, los autoritarios, los manipuladores, los pesimistas, los neuróticos o los siciopsicópatas. Características que hacen perder el valor de esa persona.
No hay que darles de lado, sino intentar mejorar la relación entre ambos. De lo contrario, podríamos minar todavía más su autoestima. Puede que tengan algún problema todavía sin resolver o con el que no encuentran una razón para seguir adelante. Además, la ayuda profesional para este tipo de caracteres tóxicos podría ayudar a ambos: tanto a ti que buscas estabilidad emocional, como a la otra persona que puede mejorar así su propio ser y las relaciones sociales.
Atención a las redes sociales
Por último, cabe apuntar que las redes sociales no ayudan en estos casos. Hay que andar con cuidado, ya que no siempre las nuevas tecnologías tienen una buena solución para todo. Muchas veces, subimos un contenido a este tipo de plataformas intentando compartir algo íntimo con los demás.
Pero ocurre que a veces tu salud mental se ve afectada por necesitar un refuerzo positivo continuo, ya sea mediante comentarios o likes. En el caso de no recibir la opinión que buscábamos nuestra conciencia empieza a crear un espacio negativo. Además, el uso continuo de las redes sociales puede crear un efecto devastador en nuestras propia autoestima, ya que necesitamos de un alarde continuo de los demás para sentirnos bien. Así que cuidado con la gente que sigues y que te sigue.
Las claves de una buena salud emocional
Solo hay que recordar las fases que se necesitan para conseguir una salud emocional correcta. Unos pasos que nos ayudarán a corto y largo plazo a mejorar nuestras relaciones, además de hacernos sentir mejor con nosotros mismos.
- Reconocer emociones. Las propias para mejorarlas y las ajenas para reaccionar ante ellas.
-No reprimir nuestros sentimientos, sino demostrar cómo nos encontramos.
- Expresar los sentimientos de manera adecuada, sin ofender o molestar a los demás.
- Relativizar los problemas y saber cuáles son los graves de verdad.
-Buscar soluciones honestas y que no hagan daño a nadie.
-Potenciar las relaciones positivas y evitar las relaciones con gente tóxica.
-Mantener una vida equilibrada, que puede empezar por nuestros hábitos.
- Crear un estado de relajación que nos permita pensar y actuar con coherencia.