A muchos nos encantan los zapatos. Son un complemento ideal para todos nuestros looks y existen de muchas formas, medidas y colores. Sin embargo, debemos cuidar muy bien de la salud de nuestros pies, ya que si no los tratamos adecuadamente, a la larga, podemos sufrir grandes problemas e imposibilitarnos de utilizar según qué calzado. Por eso, es esencial que llevemos siempre los zapatos que mejor les traten, lo que no implica que no dejen de ser económicos o de nuestro agrado.
En Bekia te contamos qué debemos tener en cuenta antes de comprar unos zapatos según nuestros gustos y necesidades.
¿Para qué ocasiones son estos zapatos?
Seguramente cuando vayamos a comprarnos unos zapatos sepamos en qué ocasiones vamos a utilizarlos. Por ejemplo, para ir a una fiesta, para el trabajo o para hacer deporte.
Dependiendo de cuál sea el uso de estos zapatos nos decantaremos por un estilo u otro. Si vamos a llevarlos para el trabajo, pero tenemos que andar mucho rato o hacer trasbordo en el transporte público será mejor que optemos por un zapato plano o ergonómico con tal de cuidar de la salud de nuestros pies, movernos con agilidad y no hacernos daño.
Así pues, decidiremos primero cuál será el uso principal de los zapatos. Si son para acudir a una fiesta o para ocasiones muy puntuales podemos optar por un zapato de tacón alto. No obstante, buscaremos unos que no nos duelan y nos sean cómodos al caminar, de lo contrario a la media hora no podrás andar más y tendrás heridas y ampollas por todo el pie.
Por el contrario, si los zapatos son para hacer deporte compraremos un tipo de calzado específico para cada tipo de deporte, no serán lo mismo unas zapatillas para correr que unas para jugar al tenis, por ejemplo. Lo mismo si las queremos para salir a pasear o si tenemos pensado andar muchas horas con ellas puestas.
¿Cuál es el estado de mis pies?
Depende de la edad que tengamos tendremos los pies en un estado u otro. Seguramente que si de joven llevaste zapatos que te hicieron daño a la larga tus pies hayan estado dañados y en la actualidad no puedas llevar cualquier tipo de calzado.
También debes tener en cuenta el arco de la planta, tanto si es poco como demasiado pronunciado deberás llevar un tipo de zapatos ( con o sin plantillas de piel) especiales para que no te hagan daño.
Recuerda que existen multitud de marcas especializadas en pies sensibles, las cuales serán capaces de proporcionarte el calzado adecuado para tu necesidad, a la par que será más cómodo y de buena calidad al estar homologado, por lo que pagarás un precio más alto por ellos.
Si sufres molestias constantemente al caminar, te salen juanetes y sientes que ningún zapato parece adaptarse a tu pie seguramente tengas que visitar al callista o al médico para poder detectar la causa de estos dolores e incomodidades y poder así ponerles remedio lo antes posible.
¿Cuál es tu presupuesto?
Todos los zapatos no valen igual. Sin embargo, seguramente no te importe pagar un poco más si de este modo te aseguras de que los zapatos no te harán daño y puedan durarte durante años. Pagar un precio más alto por un calzado no siempre implica que sea mejor que otro, por ejemplo ciertas marcas cobran más por un producto que es exactamente igual que otro solamente por el prestigio del logotipo.
Por lo tanto, cuando sepamos qué tipo de zapatos estamos buscando, para qué ocasiones y cuál es la condición de nuestros pies deberemos buscar de qué están hechos estos zapatos en concreto. Materiales como la piel y los zapatos ergonómicos son ideales para la salud de tu pie. No obstante, ten cuidado con la piel, ya que muchos zapatos contienen este material pero son demasiado rígidos.
Si el zapato es demasiado duro no podrá adaptarse a la forma de tu pie al caminar y, poco a poco, irá dañando tus pies. Seguramente que a los pocos días ya no puedas ponértelos debido al dolor que te están causando o porque sientas que no es nada cómodo andar en ellos. Eso es porque no eran de piel buena o estaba mezclada con otro material.
En la actualidad existen multitud de zapatos en el mercado que dicen ser ergonómicos, esto implica que se adapten a los movimientos de tu pie al andar, por lo que no deberían apretarte ni serte incómodos durante los primeros días. Existe una leyenda que dice que los zapatos normalmente duelen al principio, pero si un zapato es bueno no tiene porqué dolerte, ni el primer día.
Este tipo de calzado adaptado tiene como un colchoncito en la parte interior para que tu pie se sienta cómodo y acolchado, lo que evita el peso del cuerpo contra la planta del pie al caminar muchas horas.
Consejos básicos a la hora de comprar los zapatos
Ahora ya sabemos para qué, qué material y la condición de nuestros pies, entonces ya podemos escoger los zapatos que más nos gusten y que se ajusten a nuestro presupuesto.
Cuando vayamos a la tienda deberemos llevar unos calcetines (gruesos o finos, dependiendo de si los zapatos son para el invierno o el verano respectivamente). Recuerda que si no llevas los calcetines adecuados cuando te pruebes los zapatos te parecerán más grandes o pequeños de lo que realmente son. Si lo que nos estamos probando son unas sandalias, probablemente en la tienda nos den una bolsa de plástico para poder probárnoslas sin calcetín.
La talla del zapato debe ser siempre la correcta, ni más grande ni más pequeña, cualquiera de estas dos te será sumamente incómoda al caminar e irá malgastando progresivamente tus pies. Si los zapatos son cerrados veremos que nos son pequeños si la punta del dedo gordo toca el extremo del zapato y grandes si nos sobra medio centímetro por delante o se nos sale el talón al caminar. Intenta siempre probarte ambos zapatos, el derecho y el izquierdo, en la tienda y andar un poquito. De este modo sabrás si te son cómodos o no.
Si lo que estás comprando son unas sandalias intenta que no se te salga el dedo gordo por delante al caminar ni que te sobre espacio por la zona del talón, puesto que de ser así te dolerán los pies al llevarlas y no podrás usarlas más.
Cuando unos zapatos te duelan al llevarlos y ni tapando las heridas dejan de hacerlo pasados un par de días deja de utilizarlos. De lo contrario puedes terminar por dañarte mucho los pies y dejar de utilizar el calzado que más te guste.