A todas nos gusta vernos las uñas bonitas, sanas y cuidadas. Sobre todo con la llegada del buen tiempo, donde lucimos más nuestras manos y con el bronceado, tienden a resaltar más. Por eso también nos gusta llenarlas de colores, además de para sentirnos más coquetas, como un complemento más de color en bodas, comuniones y otros eventos. Pero nunca nos hemos parado a pensar, ¿pintarse las uñas puede ser malo para nuestra salud?
La mayoría de los esmaltes de uñas sobre todo de las marcas más reconocidas vienen con un manual de letras diminutas en la parte trasera, pero nunca nos paramos a leerlo. En él se describen la cantidad de elementos que lo forman y aunque no lo tomemos en cuenta deberíamos pararnos a leerlos, ya que los estamos depositando en nuestras uñas, una parte muy fina de nuestro cuerpo y que está en constante contacto con otras zonas del mismo e incluso con los alimentos que nos llevamos a la boca.
Elementos tóxicos del esmalte de uñas
Aunque esta industria está muy controlada y para comercializar en algunos países como España tienen que pasar un control de calidad, todavía podemos encontrar esmaltes entre cuyos componentes se encuetra el conocido "trío tóxico", que no son más que la unión de una sustancias, el formaldehído, el ftalato de dibutilo y el tolueno.
Estos productos se han testado y comprobado que pueden llegar a ser cancerígenos y provocar problemas de riñones. Además, el ftalato es especialmente peligroso en mujeres embarazadas ya que si llega a su sangre puede llegar a traspasarlo al feto. El tolueno es un elemento más tóxico en el aire a través de su inhalación, por lo que al aplicarlo una vez en las uñas no será tan peligroso, pero sí lo es si trabajamos decorando las uñas a otras personas o lo hacemos de manera constante, con una inhalación muy frecuente. Por último el formaldehído, aunque aparece de forma natural en nuestro organismo, es un elemento tóxico en grandes cantidades ya que se ha demostrado que puede llegar a ser cancerígeno una inhalación extrema del producto. Sobre todo hay que tener especial cuidado con las personas asmáticas, mucho más susceptible a la hora de inhalar formaldehído y a los efectos que puede provocar, entre los que se incluye la dermatitis alérgica.
Aquellos productos de esmalte de uñas que no contienen este "trío tóxico" han decidido aclararlo con una etiqueta que marca que es 3-free para que así puedan ser más reconocidos.
Pese a estos componentes, debemos aclarar que pintarse las uñas no es malo, pero siempre haciéndolo con productos conocidos y con cautela. Lo ideal además es dejar descansar y respirar la uña entre aplicación y aplicación al menos un día, y cada ciertos meses dejarla en reposo una semana, para que la uña no se debilite en exceso, ya que todos los productos que apliquemos encima pueden filtrarla y de ahí llegar directamente a la sangre. Sobre todo es bueno mantenerla siempre lo más hidratada posible y cuidarla antes de aplicar el esmalte con bases alisadoras y endurecedores, así el impacto de los químicos será mucho menor.
La aplicación diaria de esmaltes aunque sean libres de tóxicos puede llegar a provocar en algunas personas una deshidratación de la uña, debilidad de la misma, decoloración e inlcuso la aparición de hongos, estrías o roturas, por lo que es muy importante mantenerla más cuidada aún si nos gusta darle un toque de color de vez en cuando.
Hay que tener en cuenta que muchas veces las reacciones suelen ser alérgicas, como cualquier otro cosmético, por lo que en los casos en los que estemos viendo algo raro debemos evitar el contacto con otras zonas más vulnerables de nuestro cuerpo como la boca o los ojos.