¿Alguna vez te has preguntado cuáles son las diferencias entre los polvos de talco de toda la vida y la Talquistina? Pues si creías que sirven para lo mismo te equivocas. Cada producto tiene un uso bien diferenciado y aunque ambos pueden suponer un alivio para algunas dolencias de la piel no debes intercambiarlos. Te explicamos el porqué.
Los polvos de talco y la Talquistina son dos productos que poco tienen que ver a pesar de su parecido aparente. La primera diferencia que hay entre ambos es que el primero no es un medicamento, sino más bien un cosmético o un producto de higiene, mientras que el segundo sí que lo es. Prueba de ello es que los polvos de talco tradicionales se pueden encontrar en los supermercados y la Talquistina solo se vende en farmacias.
Los polvos de talco se llevan usando desde hace muchos años, sobre todo para evitar las irritaciones causadas por los pañales en los bebés. Sin embargo, cada vez son menos los padres que optan por los polvos de talco para ello. Esto se debe a que el talco es muy fino y puede ser inhalado accidentalmente por los pequeños.
El talco es principalmente silicato de magnesio (formado por silicio, magnesio, oxígeno e hidrógeno). Se trata de un mineral que en la naturaleza contiene amianto. El amianto es una sustancia tóxica que provoca un tipo de cáncer específico y que está prohibido en la mayoría de países. Por lo tanto, los polvos de talco para uso personal que se venden desde 1970 no contienen amianto.
Hay muchos artículos en Internet que relacionan los polvos de talco con diversos tipos de cáncer, sobre todo con el de ovario tras la utilización continuada de este producto en las zonas íntimas. Se han hecho varios estudios al respecto y los expertos aseguran que no son concluyentes. No está claro si existe o no una relación directa entre el uso de los polvos de talco y el cáncer.
Los polvos de talco tienen muchas aplicaciones en cosmética. Por ejemplo, son un estupendo limpiador facial. Mezclado con glicerina y agua es ideal para la piel sensible por que no la irrita como hacen otras limpiadoras más agresivas. Tradicionalmente también se ha usado como desodorante por su gran capacidad de absorción, principalmente en los pies. Un poco de talco en los calcetines y podrás olvidarte de las molestas rozaduras que puede provocar el sudor.
Otro de sus usos más comunes es el de champú en seco. Si tienes el pelo graso y no te da tiempo a lavártelo antes de irte a dormir, aplica una pequeña cantidad de polvos de taco sobre el cabello y deja que actúen toda la noche. A la mañana siguiente, el talco habrá absorbido la suciedad y no quedará ni rastro de él.
Muchas mujeres también lo utilizan como alivio después de la depilación. Tan solo tendrás que ponerte una pequeña cantidad en la zona que esté enrojecida y dejar que haga efecto durante un par de minutos.
La Talquistina, como decíamos al principio, es un medicamento y debe ser utilizado como tal. Debes consultar con tu farmacéutico antes de ponértelo sobre la piel pero aquí van unos consejos que pueden ayudarte a decidir. La Talquistina está indicada para el picor y las irritaciones leves de la piel : rozaduras, picaduras de mosquito, erupciones, quemaduras , dermatitis, eczemas... pero nunca sobre heridas. Puedes ponértela solo 3 ó 4 veces al día después de lavar y secar bien la zona de la piel a tratar. Enseguida notarás el alivio que produce. Recuerda que su uso es tópico, no lo apliques en las mucosas y evita el contacto con los ojos. Ten cuidado para no mancharte la ropa cuando te lo pongas.
El ingrediente principal de este medicamento y el que lo hace tan efectivo es la calamina, que es el responsable del alivio del picor. Como excipientes lleva parafina blanca blanda, lanolina, talco y esencia de lavanda. Asegúrate de que no eres alérgico a ninguno de ellos antes de utilizar la Talquistina.
Así que ya sabes, los polvos de talco pueden ser utilizados como un producto de higiene o de cosmética mientras que el uso de la Talquistina debe ser el de un medicamento.