Como seres inmersos en una sociedad ahogada en el estrés, se llega a relegar el tema de la salud y obviar ciertos síntomas. Hay que pensar que la salud en gran medida es nuestra responsabilidad, por lo tanto la prevención y cuidado son cruciales. A continuación vamos a hablar sobre por qué debes visitar a un fisioterapeuta.
La salud con el fisioterapeuta
La salud depende de cada persona en un alto porcentaje, de la herencia que quede y de factores externos. Existen casos donde no se puede hacer nada por mejorar el estado físico o mental, sin embargo, en otros casos estar atento a síntomas e ir al médico, pueden marcar la diferencia y evitar malas mayores. La fisioterapia es un buen aliado para los problemas de salud físicos y psicosomáticos con diversos medios.
Ante síntomas físicos que hagan dudar de un adecuado estado de salud, lo correcto es consultar con un especialista en fisioterapia. La labor del fisioterapeuta, en este caso, se basa en tratar a pacientes que no tengan el grado de movimiento ni la funcionalidad idóneos. Su trabajo tiene diferentes vertientes: la prevención, la curación y la recuperación tras enfermedad o lesión. Es decir, su labor se centra en enfermedades, en el proceso que ocurren en el envejecimiento y en la curación de daños físicos.
Indicativos para visitar al fisioterapeuta
El fisioterapeuta debe asegurar el correcto funcionamiento de articulaciones, músculos y evitar problemas en los tejidos, el sistema cardiovascular, el cerebro y el sistema nervioso.
1.Falta de información y prevención
Para visitar al especialista en fisioterapia no es necesario tener una lesión ni ser un deportista de élite. Si existen dudas acerca de cómo prevenir problemas físicos o realizar determinada actividad deportiva sin dañar músculos, huesos o tejidos..., puede hablarse con el especialista. El fisioterapeuta no solo se encarga de dar masajes, su labor va más allá. Es conveniente preguntar sobre ejercicios más adecuados en la paliación de ciertas molestias y para librarse de otras. Además la prevención puede ayudar a evitar que sí necesiten largos y duros tratamientos.
2.Ignorancia sobre técnicas de entrenamiento
Para vendar partes del cuerpo, aplicar frío o calor según sea la molestia..., el fisioterapeuta puede aportar sus conocimientos e instruir al paciente. Antes de realizar actividades donde pueda sufrirse algún daño muscular, articular o de tejidos, lo mejor es consultar dudas y técnicas que favorezcan un entrenamiento responsable y efectivo según la disciplina deportiva. Con las recomendaciones por parte del fisioterapeuta podrá seguirse activo y no poner en riesgo la salud.
3.Desinformación del control postural y dolencias
Si el paciente sufre molestias derivadas de ciertas posturas habituales y que le impiden realizar actividades cotidianas y deportivas, conviene hablar con un fisioterapeuta. La persona que padece de dolores y que no logra entender cómo o qué le está llevando a esa situación, puede intentar corregirlo con los consejos que le dé el especialista. En caso de conocer el motivo del daño puede mejorarse. Cuando el profesional sanitario no logra intervenir por su cuenta y/o necesita más ayuda, puede derivar a la persona a otros profesionales o colaborar con ellos.
4.Miedo frente a futuras lesiones
El fisioterapeuta puede entrenar al deportista para que no se dañe ni se reactiven molestias ni lesiones pasadas. Es habitual que le diga al paciente cómo realizar ejercicios según la disciplina, para así evitar realizar una pisada o un trote inadecuados, forzar músculos, prescindir de estiramientos..., y así fortalecer diferentes partes de la anatomía. Para aumentar la calidad de vida en deportistas que han padecido lesiones anteriores, en personas mayores o adultos con determinadas enfermedades, es esencial que un especialista indique ejercicios prácticos para realizar a diario desde casa.
5.Existencia de dolores musculares que no remiten
Cuando existen lesiones musculares tras algún ejercicio físico duro, accidente, operación...Si esos dolores persisten y no permiten llevar una vida diaria normal, debe visitarse al fisioterapeuta. Cuando con una lesión siguen existiendo síntomas de dolor hay que tomar medidas y no posponerlo. El fisioterapeuta pondrá en marcha ciertas técnicas como los masajes, la acupuntura o las que requieren vendajes funcionales, que serán una ayuda.
6.Desinformación sobre hábitos saludables diarios
Si el paciente va a afrontar una competición o solamente quiere seguir unos hábitos de vida saludables, puede pedir información al fisioterapeuta. Puede consultar sobre la mejor dieta para la actividad física que vaya a realizar, el tipo de entrenamiento, los días de descanso que debe tener, cómo proteger las articulaciones y recuperarse tras la competición. Puede preguntar sobre tablas de ejercicios para favorecer la relación entre el sistema nervioso central y el sistema muscular. El fisioterapeuta evaluará a la persona y en base a ello dispondrá los mejores ejercicios y rehuirá los que sean contraproducentes.
7.Control previo a entrenamiento
Para personas que se inician en el mundo del deporte, es primordial visitar regularmente, a ser posible una vez al mes, al fisioterapeuta. Tanto el entrenador físico, endocrino como fisioterapeuta, lograrán enseñarle a la persona mecanismos, tanto en teoría como en práctica, para observar buenos resultados y mantener el organismo en perfectas condiciones. Verdaderamente la fisioterapia comienza con un control y análisis físico, es decir, antes de un entrenamiento o posible lesión, por lo que no hay que posponer esa cita.
La importancia de cuidarse
La visita al fisioterapeuta es obligada para conocer nuestro estado de salud, prevenir problema físicos, mejorar daños instaurados, conocer hábitos para tener mejor calidad de vida. Con dudas, miedos, cuando existe el dolor o se empieza a entrenar con más intensidad y tiempo, debe hablarse con este profesional. Siempre se encuentran excusas para no hacer algo, no obstante, la salud no es un juego que pueda aplazarse. Antes de actuar, forzar nuestro organismo, con la desinformación de técnicas de calentamiento, con hábitos de dudosa consideración, más vale hacer esa consulta.
Los masajes son muy necesarios para la circulación sanguínea y mejoran aquellas molestias leves que ocurren a diario. No solo hay que pensar en la cantidad de sesiones que nos recomienda el fisioterapeuta, la disponibilidad horaria o el dolor que pueda inferirnos. Hay que sopesar cómo de fuerte o intenso es el malestar vivido o la inseguridad de padecer dolencias mayores futuras, que sí pueden condicionar el día a día de por vida. Para cualquier tipo de personas, reducir el dolor muscular y el nivel de estrés serán factores determinantes en la manera de afrontar los quehaceres cotidianos.