Las palabrotas son aquellas palabras malsonantes que, aunque se supone que no están bien vistas por la mayoría de las personas por considerarse algo vulgar, sí que es verdad que están más que extendidas en la forma de hablar de las personas. Dedicamos mucho tiempo a buscar que nuestros hijos no las utilicen, pero, a la hora de la verdad, son palabras que utiliza todo el mundo. En verdad, como todo, el empleo de palabrotas tiene sus pros y sus contras y no siempre nos tenemos que quedar con un solo punto de vista.
Beneficios de decir palabrotas para tu salud
Normalmente, nos centramos más en la mala imagen que dan las palabrotas de uno mismo que en lo bueno que pueden tener para nosotros. Por lo tanto, aquí vamos a intentar ver qué es lo que nos pueden aportar de beneficioso a nuestra salud. Que no sea algo de lo que se hable mucho o que no se piense que es así, no significa que no exista.
Las palabrotas, habitualmente, suelen estar relacionadas con los momentos de mayor tensión que vive una persona. Se tratan de un acto involuntario que puede darse en distintos intervalos de tiempo. En este caso, por ejemplo, cuando se trata de una discusión con otra persona, decir palabrotas nos hará sentirnos mucho más relajados, pero habrá que tener cuidado con las palabras que escojamos. Seguramente, si nos sobrepasamos a la hora de descargar tensión a través de las palabrotas acabaremos teniendo que pedir disculpas a la otra persona. Aun así, al final no deja de ser una forma de que el problema no sea tan problema después de la descarga de tensión. Las palabrotas nos ayudarán a estar mucho más calmados una vez pase la discusión y no le demos tantas vueltas por haber descargado toda la presión.
La relación entre las palabrotas y la descarga de tensión también nos vale para cuando tenemos un problema cuando estamos solos. Decir palabrotas nos sirve, igualmente, para quedarnos mucho más tranquilos. Lo bueno de esta circunstancia es que, como estamos solos y no hay nadie delante, no será necesario que nos censuremos, ya que no habrá un destinatario para nuestras palabrotas. Será necesario no dejarse llevar por la descarga de la tensión e incluir algún que otro golpe provocándonos algún daño.
Hay otro beneficio notable a la hora de decir palabrotas para nuestra salud y está directamente relacionado con el dolor. Cuando nos damos un golpe o estamos sintiendo un dolor bastante agudo tendemos a gritar, pero si además decimos palabrotas, es posible que nuestro dolor se vea más aliviado. No significa que decir este tipo de palabras hagan que ya no nos duela nada, sino que hay estudios que demuestran que, cuando decimos palabrotas, aumenta nuestra resistencia al dolor.
Cuidados que hay que tener con las palabrotas
Por muy bien que nos venga el uso de palabrotas para descargar tensión y sentirnos mejor, no dejan de ser palabras mal sonantes que no tienen por qué ser del agrado de todo el mundo que nos rodea, por lo tanto, deberemos de tener cuidado. Evidentemente, si estamos solos no será necesario que tengamos tanto cuidado, pero cuando hay gente alrededor sí que deberemos tenerlos en cuenta.
Por un lado, cuando tenemos una discusión, deberemos usar las palabrotas en su justa medida. No porque nos ayude a liberar tensiones están permitidas todas. Éstas han de ir relacionadas con la gravedad del tema y siempre guardando el respeto que la otra persona se merece. No por utilizar palabrotas más fuertes se va a ganar la discusión. Además, seguramente nos pase factura porque la otra persona tendrá todo el derecho a enfadarse.
Además, no es bueno que abusemos de ellas en los momentos de tensión. Aunque hayamos dicho que son buenas para la salud y que pueden ayudar a que nos relajemos en algunos momentos, no siempre pueden ser una opción. Debes de buscar otras opciones que te hagan el mismo efecto y deja las palabrotas como último recurso. Si recurres constantemente a ellas darás la impresión de ser una persona violenta y que no sabe controlar su carácter. Las palabrotas pueden ser beneficiosas, sí, pero en su justa medida.