El acné es causa de preocupación de muchos jóvenes y algunos adultos. Es una enfermedad de la piel que nace en las glándulas sebáceas del rostro. El acné es tratable, pero dependiendo de la naturaleza de los granos se recomendará una medicación u otra.
¿Cuáles son las causas del acné?
Las causas exactas del acné aún siguen sin estar del todo claras. Muchos especialistas sugieren que la causa principal es el crecimiento de la hormona andrógeno, que en general se produce durante la adolescencia. Al tener más hormonas andrógeno también crecen las glándulas sebáceas y se produce más sebo en la piel, en las cuales puede llegar a meterse bacteria si no se eliminan las células muertas. Las hormonas en las mujeres van variando, especialmente durante la semana antes del periodo por lo que a las mujeres adultas también les pueden salir granos. Del mismo modo, al llegar a la menopausia las hormonas también pueden provocar acné.
En los hombres el acné suele durar más que en las mujeres. Estos se debe que a los andrógenos son las hormonas sexuales de los hombres y en ellos se produce diez veces más que en las mujeres. Sin embargo con la edad, sus hormonas se estabilizan y por eso es extraño que aparezcan granos en los hombres cuando llegan a la madurez.
Pero también existen otras causas por las que puede surgir acné. La genética es una de ellas; ésta es la responsable de cómo nuestro sistema inmunológico responde a las bacterias y del bloqueo de los poros. Por ello, es muy probable que si los padres hayan sufrido de acné sus hijos también hereden esta característica.
Otra causa muy común es el estrés. Éste puede ser responsable de segregar cortisol y andrógenos que producen el crecimiento del sebo. Por ello el acné está extendiéndose entre los adultos ya que el estrés afecta a una gran parte de la población, en especial en las mujeres.
Dicho esto, también existen factores externos que propician la aparición de granos. La contaminación o estar en contacto con un ambiente grasiento pueden ser causantes de acné si no se cuida la piel debidamente. Por otra parte, las cremas, los geles, los champús y otros productos de belleza pueden contribuir a bloquear los poros si no son los adecuados para el tipo de piel. De la misma manera, es recomendable lavar frecuentemente aquellos elementos que solemos llevar cerca del rostro, como podrían ser los sombreros, las cintas de correr, los pañuelos, las sábanas de la cama y las fundas de los cojines.
Es conocido que ciertos alimentos también contribuyen al aumento del acné. Los alimentos procesados, la bollería industrial o el chocolate pueden incrementar el nivel de azúcar en sangre, y por lo tanto crear una resistencia a la insulina lo que puede causar el desprendimiento del sebo desde los poros faciales. Los medicamentos también pueden afectar en cierto modo. El litio o algunas píldoras anticonceptivas pueden desarrollar granos; si quieres asegurarte pregunta a tu dermatólogo.
¿Cuáles son los tratamientos?
Por supuesto, el tratamiento dependerá de la causa del problema. Existen varios remedios. Las cremas y los geles específicos para las pieles con acné pueden ser muy efectivos si se escogen correctamente, por lo que siempre se deberían de utilizar siguiendo las instrucciones de un dermatólogo o farmacéutico.
Para los casos más graves es normal que el especialista recete antibiótico. Hay diversas posibilidades y el dermatólogo sabrá escoger cuál es el que deberemos tomar en relación a la clase de acné, gravedad y tipología de la piel. La píldora es también muy recomendada para las mujeres cuyos granos surgen debido a problemas de hormonas ya que regular su comportamiento. Este tratamiento también deberá ser recetado por un médico.
Por último sería ideal eliminar aquellos alimentos que sabemos que empeoran la condición. En el caso de no tener claro cuales son esos alimentos podemos llevar un diario de los alimentos que consumimos y consultarlo con el dermatólogo.