Hay muchas mujeres que cada vez que ven un cambio en su pecho se ponen en lo peor pensando que puede tratarse de un cáncer de mama. No siempre todo lo que aparece en el pecho tiene que tener relación con esa enfermedad. En este caso, vamos a hablar de los granitos que pueden aparecer en el pezón en un momento dado. Estos no suponen ningún tipo de problema relacionado con ese gran miedo que suelen tener las mujeres tan presente. Estos granitos que aparecen en el pezón en algunos momentos de la vida de una mujer reciben el nombre de tubérculos de Morgagni o Montgomery dependiendo de cuándo haga aparición y del tamaño de estos.
Por qué salen granitos en el pezón
Como acabamos de decir, los granitos que salen en el pezón o como técnicamente se llaman, tubérculos de Morgagni, no suponen ningún tipo de problema de salud para la mujer. Aun así, sí que pueden tener variaciones en su tamaño y grosor que pueden hacer que las mujeres se alarmen ante estos cambios. Los tubérculos de Morgagni son pequeñas glándulas areolares que se ubican en las areolas que rodean al pezón. Tienen la función de proteger al pezón de posibles infecciones a través de las secreciones sebáceas que producen.
No son algo que haga aparición de repente. En verdad, suelen estar presentes tanto en las aureolas como en el pezón en todo momento. Lo que varía es el grosor y el tamaño de estos ya que, durante el embarazo tienden a hacerse más notables. También es posible que, cuando una mujer va a tener la menstruación, los granitos en el pezón se hagan más visibles por los cambios hormonales que está experimentando su cuerpo. En estos casos, sería cuando pasan a denominarse tubérculos de Montgomery.
Los tubérculos de Montgomery son los granitos en el pezón que normalmente están causados por las hormonas del embarazo. Provocan su aparición aquellas que se encargan de preparar el cuerpo de la mujer para amamantar al bebé que viene en camino. Es uno de los cambios físicos que padece la mujer cuando está esperando un hijo. Pero la razón es buena. Como ya hemos dicho antes, estas glándulas areolares se encargan de proteger el pezón y en estos momentos tiene mayor importancia. Se hace una preparación de la zona protegiéndola y poniendo la piel a punto para poder dar el pecho al bebé. Esta preparación del pezón para la lactancia suele tener lugar durante el primer trimestre del embarazo.
Cuidado de los granitos en el pezón
Ahora que ya sabemos cuándo aparecen y para qué, será necesario saber cómo proteger nuestro pecho para que no se produzcan irritaciones en esta zona del cuerpo de la mujer. Para ello, en cuanto veamos que nuestro pecho empieza a crecer y que los granos empiezan a hacer aparición, será necesario que cambiemos el tipo de sujetador que estamos usando. Es recomendable que el pecho no se encuentre oprimido, por lo que, en cuanto empieces a notar la presión, cambia de sujetador. Durante el embarazo, los pezones se vuelven más sensibles, así que será necesario que no se rocen demasiado con la tela. Para esto, es recomendable utilizar sujetadores sin aros metálicos que puedan presionar el pecho con tirantes y que tengan los laterales elásticos. Aunque éste tenga un aspecto de estar caído por el peso que ha ido cogiendo, será lo mejor para que los pezones no se irriten.
Por otra parte, es importante que se tenga la higiene necesaria para mantener la zona limpia. Una acumulación de sudor o de secreciones puede hacer que la zona se vea infectada innecesariamente. Para ello, intenta limpiar la zona a diario y siempre que veas que hay más secreciones de las debidas.